(Foto: Internet)

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¿Qué inventaría usted si tuviera seis horas de su jornada semanal asignadas para hacerlo? A ese reto se enfrentan los empleados de la corporación global 3M, cuenta Darío Lareu, director de la firma en la región andina, que en el radar de la organización involucra a Bolivia, Ecuador, Paraguay y el Perú. “Un 15% de nuestro tiempo lo usamos para desarrollar cosas para los próximos 10 años que no están en el portafolio”, dice y detalla que su negocio está dividido en cinco rubros: seguridad y protección, soluciones industriales, salud, productos electrónicos y telecomunicaciones y consumo masivo.

Ese afán por la invención explica el plan regional de la corporación: crecer 22% de forma orgánica y facturar US$ 300 millones hacia el 2018 y en el 2017, lograr que todos los productos que venden tengan hasta cuatro años de antigüedad (hoy tienen cinco).

También se ha traducido en la decisión de invertir US$ 15 millones en un centro de distribución y reconversión automatizado en Pucusana, donde gestionarán 12.000 ítems, tres veces la cantidad que venden actualmente en los cuatro países. Asimismo, el capital será destinado a la puesta en marcha durante el primer semestre del 2015 de un laboratorio de Investigación y Desarrollo en Chorrillos (donde ahora poseen su almacén)

. Será un centro exclusivo para abastecer a los cuatro países andinos y el quinto de la corporación en América Latina. “Lo vamos a abrir para trabajar en colaboración con universidades, cámaras, gremios y desarrollar soluciones para Perú y para poder exportar”, describe y repara que congregará sobre todo a las pequeñas y medias empresas. 3M planea crear allí soluciones a medida para los cuatro mercados, según los segmentos priorizados en cada uno.

Así, en Bolivia buscan ampliar su presencia en el sector petróleo y gas, un blanco al que también apuntan en Ecuador, sumándole el sector salud. En Paraguay, el foco estará puesto en atender al sector barcazas (es el tercer fabricante del planeta, después de China y EE. UU.) y el sector exportador de carne. En nuestro país, la meta es incrementar la participación en el sector petróleo y gas del actual 16% a 30% en el 2018; en construcción, de 12% a 36% y en minería, de 23% a 35%. En los tres casos, planean lograrlo de la mano de las líneas de negocio de protección y soluciones industriales. En minería aspiran a innovar en materia de relaves y sostenimiento de minas. De hecho, el año pasado postularon un proyecto relacionado con la protección de caídas en trabajos de altura a los fondos que la corporación licita para sus filiales dos veces por año. “Son equipos que permiten menor sufrimiento y mayor capacidad de rescate”, describe Lareu y cuenta que pasaron a la segunda etapa de selección, junto a cinco proyectos de otras filiales. Ese ímpetu compartido le permitió a la empresa el mes pasado llegar a las 100.000 patentes registradas en el mundo y que su acción alcance un valor histórico récord de US$ 143 en el Dow Jones, tras ser premiados internacionalmente por la creación de dos tecnologías mientras las acciones de varias compañías caían, señala el ejecutivo. “Esto de crear cosas nuevas tiene que ver con entender las necesidades del cliente”, dice y acota que en la jerga interna global de la organización eso significa comprender sus “puntos de dolor”.

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