entrevista-de-trabajoPor Craig Cincotta

Me he dado cuenta de que los mejores equipos en los que he estado tienen una cosa en común: son personas con una gran actitud. Realmente considero que ésta es un indicador líder cuando tomamos decisiones de contratación.

Aquí hay cuatro razones por las que debes contratar en base a la actitud.

1. Estos empleados pueden ignorar el ruido y ayudar a los demás para que se concentren. Nada me molesta más que los chismes y rumores. Estas actividades que exprimen todo tu tiempo usualmente nacen de las actitudes negativas – la gente buscando lo peor en las demás personas y situaciones. No es nada más que ruido y lleva a una cultura ineficiente e improductiva. Con una gran actitud evades el ruido y te niegas a ser involucrado en una conversación negativa.

2. Son capaces de promover un ambiente laboral positivo. En otras palabras, la gente con buena actitud es más divertida. En el trabajo pasamos más tiempo con nuestros compañeros que con la familia o amigos. Una buena actitud puede ser un factor determinante para saber si la persona va a superar sus metas y en muchas ocasiones lo logra porque tiene el apoyo de la gente a su alrededor.

3. Estos trabajadores saben que celebrar las pequeñas victorias lleva a grandes triunfos. Parte de tener una gran actitud es ser capaz y estar dispuesto a celebrar las victorias diarias. Si eres una empresa que quiere alcanzar grandes metas, necesitas ser lo suficientemente pragmático como para saber que estas metas no se cumplen de la noche a la mañana. Necesitas trabajar por ellas. Eso requiere de motivación consistente y significativa para que la gente pueda ver cómo el trabajo duro de hoy rindió frutos.

4. Dirigen grandes equipos porque celebran el “nosotros” en lugar del “yo”. La gente con buena actitud es mejor dirigiendo equipos ganadores. Ya sea a través de la rendición de cuentas, compromisos compartidos o la falta de énfasis en sus propios objetivos, son capaces de hacer que los demás trabajen juntos y hagan algo increíble. No se obsesionan por los títulos, visibilidad o de promover políticas en la oficina.

Como dice el dicho “Una mala actitud es como una llanta pochada. No puedes ir a ningún lado hasta que la cambies”. Si te enfocas en contratar a gente con una buena actitud, no tendrás que lidiar con un descarrilamiento cultural en el camino.

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