empresas altamente productivas

1. Aprende de tus clientes. Además de seguir con tu educación profesional, pon atención a lo que tus consumidores están aprendiendo. Realizar lecturas respecto a tu profesión es importante, pero no es suficiente. También necesitas estar revisando publicaciones populares en internet, sobre todo en las redes sociales.

Frecuentemente reportan sobre nuevas tendencias y es muy común que esto sea cuestionable. Cuando tus clientes son expuestos a información errónea, te verán a ti para confirmar o refutar lo que han aprendido.

2. Mantente flexible. No nos referimos a físicamente flexible, sino en términos de cómo trabajas y te relacionas con tus empleados y clientes. Al tratar con una persona, debes tener cuidado cuando surgen problemas y los pasos que se deben seguir.

Por ejemplo, si un empleado no va a trabajar porque está enfermo, hazle saber que te preocupas por él y que cuando se sienta mejor puede regresar a trabajar.

3. Disponibilidad. Una vez que contrataron tus servicios, deja muy claro que estarás ahí para cualquier duda que se presente. Lo mismo con tus compañeros de trabajo, mantén abierta la puerta de tu oficina todo el tiempo.

Bríndales tus números de contacto así como tu correo electrónico, claro, sin que estas llamadas intervengan con tu tiempo personal y familiar.

4. Invierte en educación. El conocimiento construye la confianza, así que invierte en ella aun después de obtener tus diplomas. Además de eso, necesitas leer y estudiar para mantenerte al día respecto a nuevas tendencias y noticias.

Leer casos actuales, atender a clases e ir a conferencias y talleres son todas las inversiones en tu negocio, no son gastos innecesarios. Invierta también en capacitaciones para las personas que trabajan para ti, a la larga lo vas a agradecer.

5. Escucha a tu cliente y a tus trabajadores. Todas las opiniones respecto a tu negocio son de suma importancia, por lo mismo si no piensas recibir retroalimentación o escuchar a un cliente molesto, no vale la pena que tengas un negocio.

Debes de estar abierto a resolver todas las inquietudes que pueda tener el consumidor respecto a tu producto o servicio. Los empleados deben sentir cierta libertad para entrar a tu oficina y compartir contigo sus molestias para encontrar una solución.

6. Mantén una base de clientes. Una de las razones más comunes por la que los negocios fracasan, es simplemente por la inhabilidad para establecer y mantener una base de clientes estable.

La alta rotación de consumidores y las tasas de retención bajas hacen que sea difícil tener un negocio rentable. Toma en cuenta que si no los dejas respirar o si no les das la atención que merecen, no regresarán contigo.

Otras causas para perder clientes son:

– Falta de resultados. Cuando las personas no ven los efectos que quieren o que pensaban que obtendrían, pierden el interés y se van. Si esto se vuelve un patrón, tu negocio no construirá la clientela necesaria para sostenerlo. Si los empleados no ven resultados perderán la motivación y no darán su 100 por ciento.
– Fallar en la atención al cliente. Es un gran error cuando un emprendedor no conoce con detenimiento lo que busca el consumidor y para qué lo necesita. Asegúrate que cada persona que entre en tu negocio salga satisfecha. No debe existir nada más importante que él.
– No mantener un sentido de compromiso. Tus empleados tienen vidas a parte de la empresa, pero cuando el jefe les permite faltar a las juntas de vez en cuando y no es exigente con ellos, la gente no progresará y eventualmente tendrán que irse.

7. No lo tires por la borda. Asegúrate de mantener una base de datos respecto a los antiguos clientes y prospectos. En un futuro tal vez quieras mandarles un email directo para informarles sobre nuevos servicios o paquetes especiales que ofreces, así como las promociones que estarán disponibles.

8. Decide cuánto estás dispuesto a trabajar. Cuando eres dueño de la empresa, no puedes cobrar cada hora laborada ya que necesitas pasar tiempo manejando tanto las operaciones como los entrenamientos.

Para evitar el desgaste decide con anterioridad cuántas horas por semana quieres trabajar, luego crea un horario y atente a él. Puede ser que trabajes de 12 a 14 horas, más los fines de semana en un principio, pero eso se terminará así que no lo hagas por un largo periodo de tiempo.

9. Sé tu propio anuncio. Anuncia tu empresa cuando puedas y a donde vayas. Si estás en una fiesta, debe reflejarse la admiración que le tienes a tu idea de negocio, no sólo para darlo a conocer, sino también para atraer nuevos socios e inversionistas.

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