Mercado de GLP en alerta amarilla ¿acabaremos importándolo?

La producción de GLP mantiene un crecimiento de 3%, pero la demanda viene creciendo a 7%, se advierte

glp

“El mercado de gas licuado de petróleo (GLP) muestra cierta fragilidad”. A esa conclusión llegó Gonzalo Tamayo, ministro de Energía y Minas (Minem), al explicar la situación de este combustible en el programa “Mira quien habla” el domingo.
Además de afirmar que se ha “comenzado a importar GLP” y que hay un déficit en infraestructura de almacenamiento para hacer frente a futuros desabastecimientos, el titular de la cartera energética afirmó que existe muy poca exploración en la actualidad.

Las declaraciones de Tamayo resaltan el incremento de la demanda de GLP, que en abril pasado crecía a un ritmo promedio anual de 7%, mientras que la oferta lo hacía a 3%, según indicó un reporte semestral publicado en agosto por Osinergmin.

“Si la demanda sigue subiendo, Pluspetrol [operador del Consorcio Camisea, productor del 85% de GLP en el país] no va a tener capacidad de elevar su producción mucho más y la diferencia será cubierta con importación, como sucede ahora pero de forma mínima”, explica Luis Fernández, gerente general de Gas Energy Latin America en el Perú.

Mercado de GLP en alerta amarilla ¿acabaremos importándolo?

 

La figura de la importación de GLP ya había sido vaticinada por un estudio de Macroconsult, realizado en junio del año pasado cuando Tamayo era socio de la consultora. Tras los problemas de aprovisionamiento de GLP surgidos entre abril y mayo del 2015 por la rotura del ducto de líquidos de Transportadora de Gas del Perú (TgP) debido al fuerte oleaje frente al Callao –que restringía el desembarque del combustible– y la crecida del río Camisea, la importación fue la solución transitoria que resolvió el incidente en aquel entonces.

Tras una caída coyuntural en enero, la producción nacional de líquido de gas natural –de donde se produce GLP– de este año se ha mantenido estable y sin incidentes que hayan acrecentado un déficit de oferta pero sin cubrir en su totalidad la demanda. “A la fecha, la producción de barriles (Bls.) de GLP es de aproximadamente 46.000 por día y esa cifra no debe cambiar para fin de año”, estimó Fernández.

El experto añade que, si bien no se prevén reducciones en la producción del 2017, tampoco habría grandes aumentos, por la falta de nuevos yacimientos que alejen la compra de GLP del exterior –que tendrá impacto en el precio al usuario final– y que ya es una realidad en el sur del país, con el abastecimiento marginal desde Bolivia.

Absorción de demanda
El lento avance en la masificación del uso del gas natural vehicular (GNV) y doméstico tampoco han podido reemplazar la demanda actual de GLP.

“Hoy es más caro convertir un auto a GNV que a GLP. Y la conexión a gas natural en hogares va a paso lento y a precios que aún hacen más atractivo el balón de GLP”, refiere Juan Antonio Jara, presidente de la Corporación Peruana de Envasadoras de GLP.

Según información pública de la Cámara Peruana de Gas Natural Vehicular, el ritmo de conversiones vehiculares mensuales –al contado y financiadas– del 2016 no han superado el récord de 1.539 transformaciones registradas en agosto del 2015. Tampoco han logrado mantener los picos de créditos aprobados en mayo y junio, cuando alcanzaron los 1.108 y 1.030 colocaciones, respectivamente.

Masificación
Ambos expertos señalan que es necesario acelerar el cambio de matriz energética. “Si se quiere una masificación intensa del gas natural como sucedió en Colombia, Argentina y Bolivia se necesita la inversión directa del Estado”, asegura Fernández.

Por ahora, una buena señal de la voluntad estatal es el lanzamiento de BonoGas, programa que beneficiará a unas 500.000 familias en cinco años. Pero hará falta más esfuerzos para la transición a este combustible, así como una estrategia de masificación estructurada, aseguran los expertos.

El Comercio