Maureen Upton, asesora de Sostenibilidad  de World Gold Council.

Maureen Upton, asesora de Sostenibilidad de World Gold Council.

La minería peruana no sólo es una buena pagadora de ingentes tributos al fisco sino que paralelamente desarrolla acciones de índole social y económico en el entorno de sus operaciones que le otorga un “rostro humano”, afirmó Maureen Upton, asesora de Sostenibilidad de World Gold Council. Dicha entidad presentó el informe, “La contribución económica de la minería de oro a gran escala en Perú”, que tomó como muestreo datos y cifras de las minas de oro de las empresas Newmont, Barrick, Goldfield y Buenaventura. Analizaron los resultados, funcionarios y ejecutivos que pidieron una estrategia nacional para que el Estado recupere la confianza de la población.

Upton dijo que una repercusión socioeconómica de los proyectos mineros, es la creación de empresas locales proveedoras de bienes y servicios de las minas. “En el mundo, los grandes proyectos mineros no siempre compran demasiado de sus comunidades aledañas y eso pasó en Estados Unidos, pues frecuentemente estas poblaciones no tienen capacidad para abastecer a las minas”, observó.

“Pensamos que también sería el caso en Perú, pero no ha sido así. Resultó que el 88 por ciento de los presupuestos de compra de las minas se quedan en el país”, destacó en el taller “Oro para el Desarrollo”, realizado en Lima.

Inversión en capacidades locales
Resaltó que aquello se logró con el impulso de programas de capacitación para reclutar a proveedores locales, y que continúan, en diversos puntos del país.

“Como cualquier industria extractiva pagamos tributos para beneficiar a la sociedad, pero también es vital el gasto en compras locales, por lo cual debe ser una prioridad construir capacidades y fortalecer a los empresarios locales”, remarcó.

Dijo que las empresas multinacionales -dueñas de las minas objeto del Informe de World Gold Council- podrían comprar bienes y servicios donde elijan, pero escogieron Cajamarca, Quiruvilca, Trujillo y Orcopampa, comunidades de su entorno.

“Lo han hecho porque tienen estrategias, a través de fundaciones y organizaciones de desarrollo comunitario que buscan y reclutan emprendedores locales, gente que necesita un ‘empujoncito’, a quienes se les da capacitación, se les explica contabilidad, economía y se les financia. Por lo cual no es casual que estas proveedoras tengan tan buenos contratos con las grandes minas”, detalló.

Acotó que las compras locales casi duplicaron en el 2011, “evidencia contundente” de lo bien que les va con esas prácticas.

Nuevas generaciones
“Es muy importante destacar la cara humana de estos cambios impulsados por la actividad minera en términos de la transformación que logran estas empresas locales, y que les permitieron ser proveedores de las minas a lo largo de los años, situación que repercute positivamente en la vida de sus hijos, de los empleados y de los moradores en general”, sostuvo.

Manifestó que a la larga, una mina cerrará, pero que el patrón desarrollado para generar ingresos en las comunidades donde opera, queda en provecho de las nuevas generaciones, que tendrán, por ejemplo, la posibilidad de recibir educación adecuada, incluyendo la universitaria.

“Sobre esta experiencia, algunas de las citas textuales del Informe son relevantes. Así, un proveedor reporta que “se siente como si hubiera logrado lo mejor de su vida”; una mujer expresa, “antes mis hijos iban al colegio en el campo, ahora van a los mejores colegios en la ciudad”, y otra dijo: “mi hija está estudiando en la universidad, será una ingeniera”, pormenorizó.

Crecimiento de empleo minero
De otro lado, Upton anotó que el Informe precisa que el empleo minero en Perú creció en 17 por ciento en el 2010. “Actualmente, 2.5 millones de peruanos viven directa o indirectamente, del sector minero”, apuntó, tras señalar que la actividad minera inyecta salud al empleo, y que de las minas -en cuyos datos y cifras se basa el Informe en referencia- se espera que cada año desembolsen unos 337 millones de dólares, de los que 67 millones irán directo a las comunidades locales.

Finalmente, resaltó el análisis de las cifras del Oxford Policy Management.

Alcaldes son actores claves
Fernando Ruiz- Mier, de IFC Servicios de Asesorías en América Latina y el Caribe (Banco Mundial), consideró que el gobierno local junto a las mineras son vitales en el mismo ámbito espacial y no se pueden ignorar el uno al otro, pues tienen impactos en lo que sucede a ese nivel. “Por razones distintas tienen un interés común, que es asegurar que los beneficios lleguen a la comunidad”, observó.

Dijo que municipalidades y empresas necesitan una visión nueva y clara del desarrollo minero, que les permita saber a dónde van, y compartan esa perspectiva a largo plazo”.

Jorge Merino Tafur, ministro de Energía y Minas.

Jorge Merino Tafur, ministro de Energía y Minas.

El ministro de Energía y Minas, Jorge Merino Tafur, presentó en el Simposium Internacional del Oro, un proyecto que clasifica tres importantes zonas económicas basadas en la minería: cluster norte, cluster centro y cluster sur.

 

El Taller en Lima

Presidente regional de Moquegua, Martín Vizcarra

Presidente regional de Moquegua, Martín Vizcarra

El presidente regional de Moquegua, Martín Vizcarra, pidió al Estado tener “un solo concepto sobre la minería y no cambiarlo de acuerdo al auditorio sino subsistirán los problemas y se hará inviable el desarrollo de nuevos proyectos”.

Puso como ejemplo, la postura de su gobierno sobre la minería, que defiende la inversión minera con una visión distinta a la de hace 2 décadas. “Por esta posición, los agricultores de mi región nos catalogan como pro mineros, mientras las empresas como anti mineros. Al final, perdemos la confianza de ambas partes”, lamentó.

“¿Si todo está tan bien (en minería), porqué Cajamarca rechaza Conga? ¿Por qué Arequipa rechaza Tía María?”. ¡Sí! hay que cambiar algo en la minería, acotó.

Aclaró que el PBI per cápita de Moquegua es casi el triple de su par nacional, lo que llevaría a pensar que ahí “todo está de maravilla”. Pero, si bien el PBI per cápita del sector minería es muy alto, de 200.000 dólares, en las zonas agrícolas es muy deprimido, con menos de 500 dólares.

Estimó que esa situación genera conflictos y obstaculizará nuevas inversiones mineras en esa zona. “Es un problema que deben asumir el Estado y la empresa y ver qué está mal y acortar esa brecha. Necesitamos una minería con diferentes resultados y que no distorsionen la economía”.

“Si la empresa minera no trabaja con otra mentalidad, conceptualmente diferente, no lograremos cambiar el pensamiento de la población sobre ella”, advirtió.

 

Nueva visión de minería

Gonzalo Quijandría, director de Asuntos Corporativos de Minera Barrick Misquichilca S.A.

Gonzalo Quijandría, director de Asuntos Corporativos de Minera Barrick Misquichilca S.A.

Gonzalo Quijandría, director de Asuntos Corporativos de Minera Barrick Misquichilca S.A, destacó que una nueva visión de desarrollo de la minería lo constituye su proyecto Lagunas Norte, en Alto Chicama, sierra de La Libertad.

“Ahí, hemos puesto en marcha el Compromiso ‘Alto Chicama’ (…) empresa, sociedad civil, gobierno, organismos multilaterales y los que quieran ayudarnos a compartir esta visión”, precisó.

Anotó que promueven el desarrollo rural para mejorar la calidad de vida de las poblaciones menos favorecidas de las provincias de Santiago de Chuco, Sánchez Carrión y Otuzco; y que tal compromiso involucra a la Fundación del BBVA Continental, Instituto para una Alternativa Agraria, USAID, Instituto Apoyo, Sierra Exportadora y la cooperación canadiense, además del gobierno regional de La Libertad y municipalidades, entre otros.

Precisó que por el acuerdo ejecutan los proyectos Reducción y Alivio de la Pobreza (PRA), Sierra Exportadora y Sierra Productiva.

“Es una nueva concepción de la minería; queremos producir indicadores comunes, proponerle a quien tenga un buen proyecto asociarse con nosotros para vencer a la pobreza, que es nuestro objetivo final”, remarcó.

También recordó que Barrick con 6 alcaldes -3 provinciales y 3 distritales- constituyó el vigente Fondo Social Alto Chicama”. “Los alcaldes administran estas regalías a través de ese Fondo, que tiene una transferencia del 2009 a la fecha de 405 millones de soles, ejecutados en un 66 por ciento, y cuya mayor parte está comprometida en obras de infraestructura y de salud”, pormenorizó.

 

Por estrategia nacional hacia la confianza

Diego Ortega, vicepresidente de Desarrollo Sustentable de Proyectos de exploración de Goldfields

Diego Ortega, vicepresidente de Desarrollo Sustentable de Proyectos de exploración de Goldfields

Diego Ortega, vicepresidente de Desarrollo Sustentable de Proyectos de exploración de Goldfields, opinó que si la minería es tan importante para Perú, entonces se necesita una estrategia nacional que genere confianza con información que permita a los alcaldes y comunidades entender que la minería es importante en nuestras vidas.“Ya llegó la hora de que las autoridades tomen las decisiones necesarias que nos lleve a resolver los problemas que afronta la actividad minera. Como empresa no podemos seguir actuando solos, porque eso no es sostenible para nosotros”, apuntó.Afirmó que en la minería todos deben reconocer los errores cometidos en el desarrollo de los proyectos, hacerse una autocrítica y saber en qué estamos mal y cómo mejorar.

Explicó que la ausencia del Estado en las zonas mineras crea distorsiones, sobre todo en cuanto a los roles de los actores de zonas alrededor de los proyectos: alcaldes, líderes locales y rondas campesinas, que fiscalizan la mina. “Incluso genera distorsiones en los conceptos de lo que es la inversión social o responsabilidad social”, apuntó.

Anotó que, en consecuencia, hay que cambiar el chip de todos los actores involucrados y entender que la minería es necesaria para el país, pero bajo una minería formal y responsable, de cumplimiento efectivo.
“Y a esa minería formal y responsable, obligarla a que busque los mejores mecanismos con los gobiernos nacional y regional para concretar iniciativas de desarrollo”, manifestó.