Álvaro Ríos

Álvaro Ríos

El gas natural será el combustible preferido del Siglo XXI dado que su potencial de recursos a nivel mundial, tanto convencional como no convencional, es enorme, a lo que se añade su competitividad, flexibilidad para respaldar energías intermitentes, ser más económico, eficiente, seguro y amigable con el medio ambiente, sostuvo Álvaro Ríos, director de negocios de Gas Energy Latin America.

En tal sentido, sostuvo que América Latina tiene reservas y proyecciones importantes para desarrollar aun más su matriz energética con base en gas natural, mediante la integración regional con gasoductos y vía GNL al mundo.

“Gas Energy, mediante su Servicio Multiclient Gas Natural en Sudamérica, pretende contribuir a promover el desarrollo del gas en toda la cadena, incluyendo aspectos tecnológicos, tendencias y proyecciones, mercado de desarrollo, de infraestructura, de regulación, de precios y políticas públicas”, informó Ríos durante una exposición en un seminario especializado realizado en Lima.

Hay gas para 204 años

El especialista recalcó que existe abundante gas en el planeta, y que por eso es que Argentina tiene disputas con Inglaterra porque hay mucho petróleo y sobretodo abundante gas en los casquetes polares.

Agregó que lo mismo ocurre en el Cono Norte, donde hay diferencias entre Rusia, Noruega y demás países, para ver cómo se van a repartir esa área y poderla explotar en el futuro. “Eso demuestra que ahí existen grandes cantidades de gas natural”, indicó.

Asimismo, reveló que los recursos de shale gas (no convencional) es de 6622 millones de pies cúbicos, recuento que se ha hecho hasta la fecha porque aún no se ha terminado de sumar todo ese potencial.

“Entonces si hago el balance y lo divido, el mundo fácilmente tiene para 204 años más de gas al ritmo del consumo actual; y eso que todos lo shales no han sido evaluados todavía”, consideró.

Estimó que, en consecuencia, se va quedar una parte de gas sin consumir, ya que el mundo después de 200 años, por muchas otras razones, habría dejado de consumirlo, pues “se estima que para ese entonces se podría estar usando hidrógeno o haciendo funcionar al mundo con cualquier otra energía”.

Explotación de Camisea

De otro lado, el funcionario internacional destacó que la explotación y producción de gas natural es un proceso más económico, como es el caso peruano de Camisea, donde hay que perforar entre mil a cuatro mil metros para extraer el recurso.

“Pero no es lo mismo perforar a cuatro mil metros bajo el mar para hacer lo propio, ahí es muy caro. Un pozo en Camisea puede valer 60 millones de dólares mientras que hacerlo en un pozo en aguas profundas valdría de 250 a 300 millones de dólares”, ilustró.

Conflictos por el gas

De otro lado, lamentó el surgimiento de conflictos con las comunidades por la explotación de yacimientos de gas natural. “Definitivamente, éste no es sólo un problema de Perú, también es de Colombia y de todos lados, porque oponerse (a esa explotación) también parecería ser un buen negocio, no dejemos de ver esa perspectiva”, señaló.

Agregó que la causa de esos conflictos tiene que ver principalmente con la salvaguarda del medio ambiente y de las áreas naturales protegidas, los cuales devienen en reclamos sociales de las comunidades ubicadas en las zonas gasíferas.

Detalles gasíferos

En un terreno más técnico, Ríos indicó que el gas natural es una simple cadena de moléculas de hidrocarburos que se encuentran en los reservorios o yacimientos, y que los cuatro componentes generalmente encontrados ahí son: metano, etano, propano y butano.

En el reservorio, el gas está en estado líquido, debido a la alta presión en que se encuentra. Sin embargo, una vez que alcanza la superficie, se encuentra en estado gaseoso, añadió.

Precisó que el gas natural se puede clasificar en: Convencional y No Convencional.

El Convencional es el gas acumulado en formaciones rocosas de alta porosidad y permeabilidad, presente en concentraciones elevadas, y que puede ser explorado a través de tecnologías convencionales de perforación. Por su origen se clasifica en gas asociado y no asociado o libre.

Y el No Convencional abarca tipos de gas más desarrollados y avanzados como el: Tight gas (Gas apretado), Shale gas (Gas de esquisto) y Coalbed methane (CBM) (Gas metano de carbón)

Y se encuentra en yacimientos o reservorios no comunes, en formaciones rocosas de baja porosidad y/o permeabilidad, de forma más dispersa, en baja concentración, requiere de tecnologías diferentes de producción y perforación para ser comercialmente viable.

Otros tipos de gas No Convencional son los: Hidratos de Metano (sólida estructura similar al hielo, formada bajo el agua; “Carbón a Metano”(producido a partir de un proceso químico de la gasificación del carbón); “Biogás” (gas metano obtenido de la descomposición de materia orgánica).

García manifestó que la frontera entre el gas convencional y no convencional no está definida unívocamente y tiende a variar en el tiempo, a medida que la tecnología evoluciona y disminuyen los costos.

“Por ejemplo, en En Estados Unidos, el tight gas representa 40% de la producción total de gas del país, según las estadísticas oficiales, junto con el gas convencional”, detalló.