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Antamina, Minera Río Mosna y… Projusticia: Datos para entender un juicio

En las últimas semanas ha circulado entre algunos medios de comunicación de Huánuco y Ancash dos “informes” de la Asociación Civil Projusticia plagados de informaciones erróneas, tergiversaciones y temerarias acusaciones, refiriéndose a un proceso que no es difícil de entender pero que, de pronto, ha pasado a ser complicado de enfrentar y de resolver en el Poder Judicial.

El caso

Minera Río Mosna es una empresa titular, entre otras, de las concesiones mineras “Viejo Bromley”, “Estrella del Norte” y “Don Augusto”. Las dos primeras se ubican en el departamento de Ancash; mientras que la tercera se encuentra entre Ancash y Huánuco. Estas concesiones están ubicadas parcialmente en terrenos que son de propiedad de Antamina. Ojo, hablamos de concesión minera, no estamos hablando de propiedad de un predio; porque una cosa es tener una concesión, que permitiría explotar un recurso mineral del subsuelo; y otra ser dueño del terreno superficial. Este dato es importante porque es el punto de partida para entender este asunto: Antamina es propietaria de predios donde legítimamente viene ejerciendo actos como propietario, mientras que Minera Río Mosna tiene concesiones donde si quisiera realizar actividades mineras necesitaría obligatoriamente llegar a un acuerdo con el propietario del terreno. Esto sin perjuicio de tener que cumplir con diversas autorizaciones que la ley contempla, entre las que podemos mencionar, contar con un Estudio de Impacto Ambiental.

Recapitulando: una empresa o persona puede ser titular de una concesión minera (como es el caso de la empresa Minera Río Mosna), pero si no es propietaria del terreno superficial o no obtiene autorización del dueño (en este caso, Antamina) no puede realizar actividades extractivas en ese lugar. Al contrario, una empresa o persona puede ser propietaria de un terreno, pero si no tiene la concesión no puede explotar los recursos del subsuelo. En el caso al que nos referimos ahora Antamina no ejecuta labores de extracción de mineral en las concesiones de Minera Río Mosna, sólo realiza actividades secundarias en la superficie de su propio terreno, ejerciendo su legítimo derecho como propietario. Es como si en algún momento un concesionario minero quisiera impedir que una comunidad o propietario realice actividades en su predio porque tiene expectativas de desarrollar un proyecto minero en el futuro. Esto es muy peligroso. Hoy es Antamina, pero más adelante podría ser cualquiera…

Aclarando el escenario

Desde hace algunos años, Minera Río Mosna ha venido buscando potenciales compradores para sus concesiones mineras. Así es, en el pasado, ha ofrecido en venta estas concesiones, que no han resultado de interés para importantes empresas. Minera Río Mosna no sólo buscó hacerlo con Antamina; hasta donde se conoce también intentó llegar a alguna clase de acuerdo con otras dos grandes empresas: Milpo y Buenaventura. Ninguna se animó a comprar o explotar las concesiones de Minera Río Mosna.

Sin haber podido establecer alguna negociación o alianza empresarial por esas concesiones, Minera Río Mosna decidió entablar una serie de acciones legales y administrativas en contra de Antamina, que han llegado a afectar las actividades superficiales que se desarrollaban en esa parte de su propiedad.

Sobre este asunto, Minera Río Mosna y su hoy aliado Projusticia, han dicho una serie de cosas. Aquí vamos a aclarar lo siguiente: las actividades que Antamina realiza en la zona que hoy es motivo del proceso judicial no tienen naturaleza minera, no son labores de extracción mineral, se trata de actividades “civiles” conexas al proyecto minero; estas labores se encuentran plenamente autorizadas por las entidades competentes del Estado y se realizan únicamente dentro del predio de propiedad de Antamina, ubicado en el distrito de San Marcos, provincia de Huari, departamento de Ancash y no en Huánuco.

De Ancash a Huánuco… con Projusticia

Minera Río Mosna empezó su batalla judicial en Ancash, pero sus acciones en esa jurisdicción nunca llegaron a buen puerto. ¿Por qué?, la respuesta es simple: porque esta empresa no tenía la razón. Hace pocos meses el caso llegó a Huánuco. ¿Cómo así? No lo tenemos muy claro. ¿Tal vez porque una de las concesiones de Minera Río Mosna está entre Ancash y Huánuco?, eso no parece tener sentido debido a que la zona que es motivo del actual proceso judicial se halla en Ancash y no en Huánuco. Además, al haber presentado sus demandas originales en Ancash, esta empresa minera ya había reconocido que el distrito judicial de Ancash es la instancia competente para resolver su controversia con Antamina. Lo cierto es que el caso llegó a Huánuco, a kilómetros de distancia de Ancash. Y Minera Río Mosna no llegó sola, lo hizo de la mano de Projusticia.

Projusticia (y Minera Río Mosna) en Huánuco

El caso Río Mosna fue presentado en la ciudad de Huánuco en conferencia de prensa conjunta entre los representantes de esta empresa minera y de la Asociación Civil Projusticia. Así se daba inicio a una intensa campaña de comunicación que ha supuesto la aparición de varios titulares, de correos electrónicos masivos, un video en YouTube y de dos “informes” de análisis del caso firmados por Projusticia.

El asunto es que en esta campaña de comunicación se han mezclado conceptos, temas y situaciones. Por ello, hemos considerado pertinente poner los puntos sobre las íes y exponer el marco real de este caso. Negamos y rechazamos enfáticamente cada una de las tendenciosas afirmaciones difundidas por Projusticia, a la vez que dejamos en claro que la controversia judicial que sostiene Antamina con Minera Río Mosna nada tiene que ver con la compra de tierras en Llata en la provincia de Huamalíes, y que no es cierto que Antamina esté realizando actividades de explotación minera en Huánuco a espaldas de su población y de sus autoridades.

Así es, Antamina no está extrayendo minerales en Huánuco. Eso se confirma con ir a la zona. A pesar de ello, en el informe de Projusticia se puede leer textualmente que “hay muchos animales que se están muriendo por causas inexplicables, las cosechas cada vez rinden menos porque los suelos ya no son tan productivos como antes, mientras que los pobladores –especialmente los niños– están empezando a padecer también extrañas enfermedades que antes solo existían en la zona, incluyendo la leucemia”. Esto es absolutamente falso. Antamina lo desmiente categóricamente. Con tales afirmaciones, Projusticia podría estar generando innecesario temor entre la población de Huánuco y, por qué no decirlo, hasta creando un clima social adverso a la paz y el desarrollo. No se puede ser tan irresponsable.

En el último “informe” de Projusticia se dice que Antamina “ya tiene compradas a la mayor parte de las autoridades del lugar”, que “Antamina falseó información” ante las autoridades y que “la justicia se arrodilla frente a los intereses de una empresa poderosa”; además califica a la empresa de “Monstruo”, “cuya sombra se viene extendiendo como un cáncer imparable”.

Sin duda, aquí hay afirmaciones aventuradas, poco sensatas y hasta insultantes, no sólo en contra de Antamina sino también del Poder Judicial, institución a la que Projusticia afirma brindar soporte, orientación e intercambio de experiencias.

¿Qué busca Minera Río Mosna?

No cabe duda que éste es un caso entre dos organizaciones privadas. Una es Antamina, clara propietaria de terrenos superficiales en Ancash que se superponen con algunas de las concesiones de Minera Río Mosna, una empresa que, a la fecha, ha buscado infructuosamente vender esas concesiones. Aquí hay un proceso en marcha que está a cargo del Poder Judicial. Decidir por sobre el “ruido mediático” y los “informes” de Projusticia es imprescindible.

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