En el 2014, la industria minera no logró consolidar su recuperación tras el fin del ‘superciclo minero’. En la primera mitad del año se auguraba una mejora del sector: los precios de los metales se mantenían relativamente estables y las reducciones en los costos (iniciadas en el 2013) iban a permitir a las mineras operar a menores precios.

Se esperaba una mejora gradual de los resultados financieros de las empresas, tras las fuertes pérdidas en el 2013. Sin embargo, en el segundo semestre del 2014 los precios de los metales cayeron nuevamente. El oro perdió toda su ganancia acumulada, la plata cayó 19%, el cobre 15% y el hierro 42% hasta el cierre de esta edición.

Los márgenes operativos se han acortado aun más y la industria continúa adaptándose a la nueva coyuntura. A los precios actuales, el 20% de las minas de oro y el 30% de las minas de plata operan a pérdida. Si los precios se mantienen, algunas operaciones mineras inevitablemente cerrarán.

Las mineras peruanas, por supuesto, sintieron el golpe de los menores precios. Las más expuestas a la plata, como Volcan y Hochschild, han visto el precio de su acción caer de manera dramática en el año: 33% y 43%, respectivamente. El menor precio del cobre también impactó en productoras como Southern Copper (SCCO) y Cerro Verde.

En medio de este panorama negativo, dos metales registraron fuertes alzas por sus mejores fundamentos de mercado (mayor demanda que oferta): el zinc y el estaño. Ello se reflejó en los mejores resultados financieros de Milpo (zinc) y Minsur (estaño).

El segmento más afectado por la actual coyuntura es el de las mineras de exploración o juniors: varias de estas empresas debieron vender o dejar sus proyectos emblemáticos, mientras que otras terminaron absorbidas por juniors en mejor situación financiera o por mineras productoras.

La producción minera metálica cerrará ligeramente a la baja por el agotamiento de la mina Yanacocha –la principal mina de oro del país–, las demoras en la puesta en marcha del proyecto Toromochoy las huelgas de Antamina.

ENTRAN Y SALEN

El gran evento del año fue la compra del proyecto Las Bambas por un consorcio chino liderado por MMG a Glencore, que debió venderlo para concretar su fusión con Xstrata. También se anunció el inicio de los proyectos Tía María y Toquepala de SCCO –aunque el primero aún tiene cierta oposición–, así como el retiro de Anglo American del proyecto Michiquillay, como parte de su nueva estrategia tras el fin del ‘superciclo minero’. Asimismo, la reelección de Gregorio Santos en Cajamarca mantuvo en suspenso los proyectos Conga y El Galeno.

La regulación en el sector fue contradictoria. Mientras que, por un lado, el gobierno redujo la permisología ambiental, los cambios a los contratos de estabilidad tributaria aumentaron el riesgo de los inversionistas mineros más importantes del país ante cualquier cambio impositivo.

Semana Económica