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La preocupación entre los inversionistas por el brexit lejos de cesar sigue viva y golpeando a la libra esterlina. Este miércoles en los mercados asiáticos la moneda británica llegó a su cotización frente al dólar más baja en 31 años: US$1,2798.

Luego se recuperó ligeramente para alcanzar US$1,2929, pero los expertos no descartan nuevas caídas luego de que el Banco de Inglaterra admitiera que ya se estaban cristalizando algunos de los riesgos del Brexit.

Los rendimientos de los bonos estadunidenses también cayeron para registrar un mínimo histórico debido a que los inversionistas se han apresurado a proteger su dinero.

Las últimas caídas son el resultado de las decisiones de gestores de fondos de inversiones como Standard Life y Aviva para evitar que los inversionistas retiren su dinero de los fondos de propiedad del Reino Unido.

Y la advertencia hecha el martes por el Banco de Inglaterra tras los bajones economicos ocasionados por el brexit le echó más leña al fuego.

El pesimismo también ha sido alimentado por la información más reciente que se tiene sobre el sector de los servicios del Reino Unido y una caída de las órdenes de la industria de la manufactura estadounidense.

MÁS INCERTIDUMBRE

Los mercados financieros fueron sacudidos por el Brexit, con trillones de dólares perdidos en los mercados de valores mundiales y con monedas, como la libra, sufriendo caídas.

Se había registrado una cierta recuperación gracias a especulaciones de que los bancos centrales impulsarán medidas de estímulo para estabilizar los mercados. El partido conservador ahora tiene el desafío de elegir a su nuevo líder, quien se convertirá en el nuevo primer ministro.

Como consecuencia, se ha registrado una carrera para comprar deuda gubernamental (otro refugio de inversión) de ciertos países. Se incluye bonos de 10 años de Estados Unidos, Reino Unido, Suiza y Alemania, que han visto caer sus rendimientos a récords históricos.

Los rendimientos de los bonos gubernamentales de los bonos australianos y japoneses también han caído a niveles históricos. Demandas altas tienden a subir los precios de los bonos y cuando los precios suben, sus rendimientos caen.