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El éxito de todo proyecto minero descansa en la credibilidad que la empresa mentora construya a su alrededor, teniendo como sustento sus beneficios sociales, de desarrollo y de respeto ambiental, y con lo cual podrá obtener el respaldo de la comunidad, sostuvo Valentín Choquenaira, ex gerente general del proyecto Las Bambas.

“Si no se construye la credibilidad en cuestión, definitivamente todo proyecto minero traerá conflictividad, al ser rechazado por las comunidades”, afirmó el empresario trayendo a colación lo ocurrido con los proyectos Conga y Tía María, en entrevista en el programa radial “No hay Derecho”.

Opinó que si Tía María, hubiera seguido algunas pautas de proyectos exitosos, quizá hubiera evitado el conflicto de grandes proporciones y sus consecuencias.

Construir buena imagen, reparando errores

“Debe aprenderse de las experiencias del pasado, construir una buena imagen empresarial, o repararla si hubo dificultades o errores en el camino”, agregó.

Señaló que para lograr que la comunidad crea en lo que dice la empresa ejecutora, se debe ser consciente de los contra que conlleva una iniciativa. “Hay que reconocer las cosas que se hicieron mal en algún momento. Si hay un pasivo ambiental que afecta a la comunidad debe corregirse o mitigarse, para construir la credibilidad entre la población”, acotó.

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Tía María: problema socio ambiental y político

Choquenaira manifestó que el Estado tiene que asumir que el desafío en Tía María, es por temas socioambientales, con un trasfondo político por la proximidad a las elecciones generales del próximo año.

“Tampoco es un tema policiaco o militar; y sus soluciones pasan por decisiones políticas (del gobierno), que deben tomarse en esta etapa del conflicto”, anotó.

Sin embargo, indicó que el estado de emergencia vigente en la provincia de Islay, “recobrará la calma y la paz y se podrá dialogar”.

Orden: Estado de emergencia

“El estado de emergencia es para poner orden y al parecer da resultados. Es una primera medida para restablecer el estado de derecho en el país, pero eso no puede mantenerse por tiempo indefinido”, subrayó.

Credibilidad y revisión

El experto dijo que durante la pausa de 60 días otorgada al proyecto por la empresa Southern, deben crearse las condiciones para reiniciar el diálogo, para reanudar los trabajos.

“Pero todo aquello excederá los 60 días previstos, puesto que demorará más tiempo construir la estrategia que debe aplicar Southern para hacer más creíble el proyecto y comunicar mejor el Estudio de Impacto Ambiental a la población”, puntualizó.

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A su criterio, para hacer más viable el proyecto, deben revisarse las 138 observaciones hechas por UNOPS al primer EIA, trabajo que podría hacer un tercer organismo por el tema de credibilidad y confianza. “Para ponerle una imagen de credibilidad al proyecto, la revisión del EIA tiene que hacerlo un ente creíble; y tras lo cual deberá comunicarse a la comunidad, en lenguaje sencillo, cuáles son los impactos y las soluciones. Creo que ahí recién la comunidad comprenderá”, citó.

Afirmó que sin esa revisión y sin la adopción de medidas de control a los impactos, la comunidad no aceptará a Tía María, y menos aún dentro del estado de conflictividad imperante. “Actualmente cada quien quiere imponer su idea, esa situación tiene que calmarse para iniciar un proceso de comunicación efectiva”, planteó.

Es clave el apoyo social

Al respecto, Choquenaira recordó cómo Las Bambas -que lideró durante 6 años- construyó una buena imagen y credibilidad desde su etapa de exploración, a través de audiencias de participación ciudadana en los distritos y caseríos del entorno, y que concluyó con una exitosa audiencia pública final, con la participación de más de 6 mil comuneros. “Eso permitió que la comunidad, bien informada entienda el proyecto, su EIA, y lo apoye socialmente, permitiendo su construcción”, destacó.

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Afirmó que actualmente para ejecutar un proyecto minero, “es más importante lograr primero la factibilidad social, y luego desarrollar la factibilidad técnica, económica y financiera”.

Aludió que Xstrata -anterior dueña de Las Bambas- hizo un plan socialmente responsable, implementando acciones con las comunidades y autoridades, para reforzar que la gente del entorno comprenda cuáles iban a ser sus beneficios, y despejar así sus temores respecto a posibles impactos ambientales y sociales. “Se precisaron las medidas de control para cada impacto ambiental detectado, que se pusieron en conocimiento de la población y de sus autoridades”, recalcó.

“El caso Las Bambas es un ejemplo de proyecto socialmente exitoso de la minería en el mundo, al punto que las 450 familias de la comunidad de Fuerabamba -donde está la mina- aceptó su reubicación en Nueva Fuerabamba, con los servicios básicos que debe tener toda población”, expresó con orgullo.