Foto: Internet

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Por Marcela León (*)

Las organizaciones realizan importantes inversiones capacitando a su personal en el tema de seguridad, en diferentes modalidades como la modalidad e-learning, de manera presencial o realizando capacitación práctica mientras se realiza el trabajo. Sin duda ello conduce a empleados más seguros y a una reducción del número de accidentes. Lamentablemente, en general, se tiende a ignorar la investigación que demuestra que la personalidad y el comportamiento de un trabajador desempeñan un papel importante en la creación de una cultura de seguridad. Muchas catástrofes y accidentes son indudablemente ocasionados por el error humano y éstos pueden cobrar la vida de personas.

Ciertos casos que son de conocimiento público lo corroboran. En el caso de Chernobyl, por ejemplo, que costó muchas pérdidas humanas, se atribuyó el error a que los operadores de plantas de energía tuvieron un comportamiento desafiante y no siguieron los procedimientos y requisitos de seguridad. Y por el contrario, en el caso del vuelo 1549 de US Airways, sumamente famoso porque después de impactar con una bandada de aves que dañó el fuselaje y los motores, 155 personas a bordo se salvaron debido a que el piloto y copiloto mantuvieron la calma en una situación de emergencia.

¿Cuál es la gran diferencia entre ambos casos? El hecho es que el comportamiento y la personalidad de personas que tenían el control cambiaron el destino de muchas personas. En un caso un comportamiento condujo a un desastre de incalculables daños personales y materiales, y en el segundo resultó en un gran éxito que incluso se ha realizado una película al respecto.

Es imprescindible que las organizaciones, en lugar de adquirir un nuevo programa de capacitación en seguridad o un equipo diferente, obtengan mayores beneficios en un enfoque que les ayude a entender y modificar el comportamiento de los empleados y que genere un ambiente en el cual la seguridad forme parte integrante de la organización.

Existe una evaluación diagnóstica altamente confiable y validada científicamente; se trata de Hogan SafeSystem, que identifica seis características que, de persistir, pueden conllevar a comportamientos inseguros y accidentes en el trabajo. Dicha evaluación que dura apenas 20-30 minutos, puede reducir drásticamente los costos asociados de reclutamiento y capacitación.

Las seis características de comportamiento que identifica Hogan son:

  1. Desafiante – Obediente

Que es la tendencia de una persona a seguir reglas. Quienes alcanzan puntajes altos en la escala de obediencia, tienden a adherirse a las normas de la organización y generalmente son seguidores de reglas. Sin embargo, aquellos en el extremo de los desafiantes, a menudo ignoran la autoridad y las reglas; y pueden ser imprudentes al hacerlo, ocasionando accidentes y daños.

  1. Llevado por el Pánico – Fuerte

Se define como la habilidad para manejar estrés con “confianza”.  Aquellos que inclinan la escala hacia el pánico, a menudo se paralizan bajo presión y cometen errores que podrían resultar costosos e incluso mortales. Los que están en el otro extremo de la escala, es decir “Fuerte”, se mantienen firmes bajo presión.

  1. Sobrerreación – Emocionalmente Estable

Se conoce como la habilidad para manejar presión sin exabruptos emocionales. Los empleados alegres mantienen un temperamento invariable. Los que pierden los estribos, cometen errores por no mantener la concentración.

  1. Distraído – Vigilante

Indica la habilidad para mantenerse enfocado cuando se hacen tareas monótonas. Los que se mantienen centrados en la tarea que realizan, generalmente reciben un puntaje alto en el lado vigilante de la escala, tienden a ser más seguros que los que se distraen fácilmente.

  1. Imprudente – Cauteloso

La tendencia de una persona a evadir el riesgo. Aquellos en el extremo imprudente de la escala, tienden a tomar riesgos innecesarios. Los cautelosos evalúan sus opciones antes de tomar decisiones arriesgadas.

  1. Arrogantes – Entrenables

La tendencia de una persona a responder favorablemente al entrenamiento. Los de puntaje bajo tienden a ser arrogantes, demasiado confiados y difíciles de entrenar. Quienes obtienen un puntaje alto son “entrenables”, escuchan consejos, y disfrutan aprendiendo.

La combinación adecuada de capacitación en seguridad de la manera tradicional y la evaluación diagnóstica del comportamiento, es la solución más eficiente y de menor riesgo.

(*) Experta en gestión de Recursos Humanos