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El consorcio brasileño mexicano Braskem-Idesa no ha incurrido en irregularidad alguna en su operación nacional, aclaró la empresa, que es una sociedad integrada por una filial de Odebrecht, empresa que confesó haber sobornado a funcionarios en México, y por la mexicana Idesa.

Braskem-Idesa dijo en un comunicado que el acuerdo que firmó Braskem con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Securities Exchange Comission (SEC) en diciembre del 2016 no contiene ningún informe, ni ningún reconocimiento de que hayan realizado irregularidad alguna en relación con sus actividades en México.

La empresa añadió que el acuerdo judicial no incluye “lo que respecta al contrato de suministro de etano celebrado con Pemex”.

Mientras la empresa brasileña aclara su acuerdo judicial, lo que hizo Pemex fue dar a conocer cuatro contratos firmados con Odebrecht y su filial Braskem en el periodo investigado.

Uno de los contratos es precisamente el suministro de etano para el complejo petroquímico de Braskem Idesa, que entró en vigor el año pasado, y que fue firmado en febrero del 2010 entre Pemex Gas y Petroquímica Básica, Braskem y Grupo Idesa. La aclaración se llevó a cabo luego de que se dio a conocer el acuerdo judicial y ante la presión que hicieron los medios.

En el 2010, Braskem Idesa celebró un contrato de suministro de etano con Pemex que fue parte fundamental para atraer la inversión de más de US$5.000 millones a México.

Pemex informó que algunos de sus empleados son parte de las investigaciones realizadas por las autoridades, aunque son escuchados como testigos en la investigación abierta luego de que Odebrecht admitió haber pagado US$10,5 millones a altos funcionarios públicos entre el 2010 y el 2014 a cambio de contratos.

Odebrecht admitió que entre el 2001 y el 2016 efectuó pagos ilegales por unos US$788 millones a funcionarios públicos y partidos políticos en Brasil, Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela para obtener ventajas inapropiadas para concretar negocios.

En el caso de México, entre el 2010 y el 2014, Odebrecht aceptó haber pagado US$10,5 millones a funcionarios públicos para la adjudicación de contratos; en particular, durante el 2013 y el 2014, efectuó pagos que ascendieron a US$6 millones a un funcionario de la alta administración de una empresa de la propiedad y bajo el control del gobierno mexicano, a efecto de obtener la adjudicación de un proyecto.

Braskem Idesa se fundó en el 2010 como una asociación mexicana entre Braskem (Brasil), la mayor compañía petroquímica productora de termoplásticos en el continente, y la petroquímica mexicana, Grupo Idesa. Ambos desarrollaron un complejo, enfocado en la operación y producción de Etileno y Polietileno de Alta y Baja Densidad en Nanchital, Veracruz.

En este proyecto requirieron invertir US$5.200 millones para producir 1 millón 50.000 toneladas por año de etileno y polietilenos, el cual entró en operación en abril del 2016.

En el 2010, Braskem Idesa celebró un contrato de suministro de etano con Pemex que fue parte fundamental para atraer la inversión de más de US$5.000 millones a México. Dicho contrato fue garantizado mediante un proceso de licitación internacional realizado por Pemex con el apoyo operacional de Goldman Sachs en su representación y supervisado por el gobierno mexicano.

El proyecto representa la mayor inversión industrial privada de México en los últimos 20 años y permitirá desarrollar la industria del plástico; crea nuevas materias primas, nuevos empleos, innovaciones, nuevas instalaciones de fabricación y la atracción de nuevos proveedores de servicios, agregando valor a los hidrocarburos de México.

Fuente: América Economía