¿Cuáles son los puntos de agenda más importantes para el viceministerio este año?

Una de las tareas más importantes es fortalecer la capacidad institucional. El viceministerio es pequeño pero con una gran complejidad de tareas, las cuales necesitan fortalecimiento del presupuesto y de recursos humanos.

Por ejemplo, nosotros debemos proteger a los pueblos en aislamiento, pero esto implica un monitoreo a cinco reservas nacionales de 2.8 millones de hectáreas, donde no hay carreteras ni una base aérea cercana. Necesitaríamos un aparato similar al del Sernanp para hacernos cargo.

No es fácil [ser el ente rector en temas de interculturalidad] cuandoel trabajo a nivel del Ejecutivo o de los gobiernos regionales está muy distanciado. Es común que los otros sectores vean los procedimientos que implementa el viceministerio como un paso más de una lista de cosas por superar, cuando en realidad son un valor agregado. Debemos lograr que los sectores tengan en claro eso.

¿Qué hitos específicos tienen para este año?

Hemos superado un hito importante en el tema de consulta previa:avanzar en procesos de consulta previa en materia de hidrocarburos. Que el Ministerio de Energía y Minas [MEM] y Perupetro confíen en su alianza con el Viceministerio de Interculturalidad favorece a que los procesos sean positivos.

Nos falta [una consulta previa en] minería y esperamos que sea pronto. Hemos estado trabajando con la Dirección de Minería [del MEM] para identificar sus principales temores y determinar parámetros comunes.

Estamos realizando el primer proceso de consulta previa en una zona andina [Huancavelica]. Está vinculado a temas ambientales, pero ya es un hito intermedio porque da el mensaje de que sí habrá consulta previa en zonas andinas, y lo que sigue es una consulta en minería.

Como le digo al MEM, lo único que se está logrando [con retrasar la consulta previa a proyectos mineros] es paralizar cosas que deberían estar en marcha. No hay posibilidad de retroceder. Podrás demorar más, pero el costo será más alto.

Si ellos [el MEM] plantean que eso tiene que tomarse su tiempo, está bien; nosotros no vamos a forzar ese proceso. Pero sí tenemos que advertirles que la consulta previa en minería y en zonas andinas se realizará sí o sí.

¿Ya tienen identificado cuál será el siguiente proceso de consulta previa?

Nosotros no hacemos el proceso de consulta, sino que brindamos asistencia técnica y soporte a las entidades promotoras, las encargadas de desarrollar el proceso de consulta.

Implementar la ley y el reglamento no ha sido suficientepara que estas entidades sientan la confianza para avanzar en los procesos de consulta. Ya había mucha desconfianza de todos los sectores, y la ley se dio por un compromiso asumido tras el conflicto en Bagua [en el 2009].

Pero no se desarrolló una capacidad estatal que se encargue de implementar la consulta. El reglamento otorgó noventa días al Estado para prepararse. Ese tiempo es muy corto, pues se requieren presupuesto, equipos especializados, trabajar con otras organizaciones con las cuales se hará la consulta. Es decir, todo un aparato interno que no se hace en noventa días.

¿Cuánto se ha avanzado en ese aspecto?

Perupetro ha avanzado. Los gobiernos regionales recién están tratando de armar equipos, algunos más que otros, como en Loreto. El Ministerio del Ambiente también tiene un equipo. Pero son tres o cuatro sectores.

¿En el MEM se ha avanzado para una consulta en minería?

Trabajamos con ellos para poner las reglas de juego más claras, porque eso es lo primero con lo que me topé trabajando con Perupetro: sus funcionarios me decían que necesitaban esa claridad. Además de capacidades, hay que dar seguridad a las entidades promotoras.

Por ello, desde el año pasado, el viceministerio trabaja con mucha fuerza emitiendo lineamientos y criterios mínimos. Hemos aprobado una sola metodología para identificar a pueblos indígenas, pues no se puede dejar que cada sector interprete el convenio 169 como se le ocurra; y estamos por aprobar la guía de validación del uso de esos instrumentos.

Creemos que los sectores se animarán más cuando sientan que tienen un piso seguro. La sola relación con las comunidades indígenas es altamente inestable. También hay presión y preocupación de los sectores económicos. Estos factores generan mucho ruido.

Nos gustaría acelerar un poco más, pero el viceministerio ha recibido tremendos encargos sin el presupuesto adecuado, y se asume que la labor de rectoría y coordinación es básicamente tener a cuatro personas que vayan a reuniones.

¿Cuáles son los riesgos que podrían entorpecer la generación de capacidades y confianza a los sectores?

Lo primero que creo que podría generar mayor inestabilidad es retrasar procesos de consulta, porque podrían pasar a otras instancias. [Las comunidades] podrían ganar [el derecho a realizar] consultas previas vía acciones judiciales en lugar de recorrer el proceso normal. Si no se consulta un proyecto minero cuando se tiene que consultar, pueden surgir acciones de amparo[ante el Tribunal Constitucional]. La gente no se quedará parada: puede tener paciencia, ¿pero [esperar] dos años? Tampoco tanto.

Lo segundo es revisar varios temas que la ley y el reglamento de consulta previa no han dejado claro: por ejemplo, cómo hacer procesos planificados de consulta previa. El Estado asume el costo de la consulta y debe considerarlo en su presupuesto anual. Sin embargo, aquí ninguna entidad planifica ni presupuesta sus procesos de consulta, y son muy caros.

¿Cuánto cuesta un proceso de consulta previa?

Aproximadamente S/.500,000 para un proyecto de hidrocarburos.

¿Cuáles son los siguientes procesos que se convocarán?

Hemos realizado un mapeo de todos los proyectos de hidrocarburos y mineros. Con Perupetro hemos conversado, y son 27 lotes petroleros, de los cuales 7 serán para este 1S14, pero con minería no lo tenemos aún claro.

Los petroleros tienen una diferencia: están muy acostumbrados a negociar con las comunidades porque negocian constantemente, y por ello es más sencillo [realizar la consulta]. Hace algunas semanas hubo una reunión con 13 empresas petroleras para presentarles las lecciones del primer proceso de consulta.

¿Qué aprendizaje queda de la primera consulta en una industria extractiva [lote 169]?

Un primer logro fue que el proceso se desarrolló sin ninguna tensión; con desconfianza sí, pero eso no generó un clima de tensión. En segundo lugar se logró separar la agenda social del objeto mismo del proceso de consulta. Hay dos actas al cierre del diálogo: los acuerdos que Perupetro tiene que cumplir y la agenda social, que tiene que ver con las necesidades directas de la población.

En tercer lugar, este proceso se desarrolló con cuatro pueblos al mismo tiempo, lo cual lo hizo aún más complejo, pues los cuatro hablan distintas lenguas y llegaron por necesidades distintas. Aun así nuestro marco metodológico permitió llevar a cabo el proceso.

El lote 192 iba a ser el primero a consultar, pero no se ha logrado justamente porque la agenda social y la propia consulta no se han separado: las comunidades exigen la remediación ambiental de antiguos pasivos ambientales antes de hacer la consulta.

En un primer momento, las federaciones amazónicas aceptaron la consulta, pero luego varios hechos cambiaron. Se declaró la zona en emergencia ambiental, pero sin presupuesto [para la remediación]. Dos años después, nadie [en las comunidades] siente que ha habido una respuesta efectiva. El ministro de Energía y Minas dijo que si en 15 meses no se realiza la consulta, se tendrá que parar el lote más importante del país.

Ésta es una preocupación de hace mucho tiempo. Se ha constituido una mesa de desarrollo para avanzar aceleradamente. Creo que las exigencias de la población son justas. El Estado debe poner plazos concretos a sus metas para dar tranquilidad a la gente. [Decir a la población] que un estudio demora cinco meses, otro demora ocho meses y que tendrán una escuela en dos años… Las comunidades esperan una respuesta concreta de que el problema se va a resolver.

Pero también las organizaciones deben entender que no es posible supeditar la [consulta] del lote [a la remediación ambiental]. Obviamente no resolverán los problemas [en el corto plazo] al 100%, pues la contaminación ambiental es muy alta.

¿Cuáles son los principales miedos de las empresas mineras?

Que se generen más tensiones de las que actualmente ya existen, porque el proceso de consulta implica dialogar con las comunidades y con las organizaciones, y éstas no siempre están satisfechas con lo que hay. Además, la capacidad del Estado para manejar adecuadamente la generación de espacios de tensión aún genera dudas.

El viceministerio de Interculturalidad pisa muchos callos. Los viceministros no duran mucho…

Yo ingresé al viceministerio por primera vez en el 2011, y en julio pasado regresé. Conozco el viceministerio desde adentro: me encargué de contratar al personal y conseguir el presupuestopara implementar la consulta previa. Entonces la gente está más alineada conmigo y tengo una visión más clara de lo que habría que hacer.

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