aguas contaminadas

Las malas condiciones de olor, sabor y apreciación (organolépticas) en el agua distribuida por la empresa Sedapar, se deben al mal funcionamiento de las represas y a la ausencia de lluvias en las mismas. El líquido se repartió en ese estado a la ciudad, desde el último jueves.

Rosa María Jiménez Milón, jefa de Control de Calidad de Sedapar – planta La Tomilla, explicó que la ausencia de precipitaciones ha ocasionado que el sistema de represas, monitoreado por la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema), evacue las aguas retenidas por décadas, debido a la inoperatividad de las compuertas y a su inadecuado cuidado.

“El mantenimiento de las represas es responsabilidad del gobierno, nosotros también somos usuarios y nos hemos visto perjudicados por este problema”, dijo la ingeniera.

En una visita a la represa de El Pañe, Sedapar confirmó la presencia de algas de la variedad diatomeas, verdes y verdeazuladas que han surgido. “La materia prima que recibimos de la represa está deteriorada. Pese a ello producimos agua potable con estas condiciones”, dijo.

Criaban truchas

La empresa también encontró cuatro criaderos de trucha en las aguas de la represa, que son destinadas al consumo poblacional. Liudmila Murillo Nuñez, gerenta de Producción y Tratamiento de Sedapar – planta La Tomilla, dijo que presentarán un oficio a Autodema para que  se retire las pozas de los peces.

“No puede haber este tipo de actividad piscícola en agua de consumo humano, las heces de los peces producen nitrógeno y fósforo, que es el alimento de las algas”, manifestó la gerenta.

Ambas funcionarias dijeron que en dos días se solucionará el problema. No obstante, dijeron que la población tiene que consumir el agua, a la que no consideraron dañina para la salud.

La República