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Con un padre diplomático, el emprendedor venezolano Andrés Moreno vivió su niñez y juventud viajando en nueve países en tres continentes. Esto le dio una clara noción del valor del inglés como herramienta de comunicación. Luego trabajó en una empresa que organizaba clases presenciales de este idioma para compañías y vivió en carne propia los desafíos de tener profesores in situ.

“Tenía sentido que yo fuera el emprendedor para Open English por todas mis experiencias personales”, resalta hoy Moreno, fundador de Open English –start-up valorada en unos US$350 millones– y protagonista de varios de sus comerciales, que inundaron la televisión por cable con divertidos mensajes, como aquel en el que su compañero de vuelo Wachu populariza el término ‘ééééééxito’ (una confusión con la señal de “exit” o salida en un avión). El ejecutivo de 34 años compartió sus claves para caminar por el sendero del emprendimiento invitado al quinto aniversario de la aceleradora Wayra.

1.-La idea:
Como primer paso, Moreno exhorta a los emprendedores a construir sus empresas de acuerdo con las fortalezas personales. Cada persona posee experiencias previas distintas que le permitirán “unir los puntos” que resuelvan una necesidad y se transformen en una oportunidad de negocio. “La riqueza del Perú no solo está en las minas de oro, sino en las mentes de oro de sus emprendedores”, confía Gary Urteaga, fundador de Cinepapaya.

2.-De la idea al producto:
Descubierto el problema, hay que hallar soluciones. En el caso de Open English, se tenía claro que existía una necesidad de aprendizaje y que las grandes barreras eran los rígidos horarios de los institutos, el material desactualizado y la poca práctica oral. Estas hipótesis deben ser probadas mediante un producto mínimo viable, es decir, una aproximación sencilla y medible de nuestra respuesta. Ello eliminará el riesgo de hacer grandes inversiones sin saber la respuesta del mercado y acelerará el desarrollo de la idea.

3.-Definición del mercado objetivo:
Saber la dimensión del público al que se apunta y entenderlo es muy importante para calibrar la propuesta y generar confianza en los futuros inversionistas. “Hay que usar métricas que cuantifiquen al cliente objetivo,el tamaño [del mercado], más aun si se tiene una visión regional del producto, a fin de que se vea si es escalable”, indica Moreno. Para conocer al público, una técnica es crear un piloto y analizar el perfil de sus usuarios.

4.-La competencia:
Reconocer el ambiente competitivo y qué empresas juegan en el segmento al que uno se dirige es clave para saber cómo una start-up se diferencia del resto.

5.-Selección del modelo de negocio:
Tener claro cómo hacer rentable una idea de negocio puede ser un dolor de cabeza para muchos emprendedores. “Pero errar en el modelo no significa que el producto no funciona”, recuerda Moreno.
Open English pasó por el modelo gratuito (sustentado en publicidad) y el ‘freemium’ (de una parte libre y otra pagada) hasta llegar al de pago por suscripción. “Hay que hacer pilotos (probar), ser flexibles y tener creatividad para lograr que la idea se monetice”, anota.

6.-Captación de clientes:
Elegir cómo y dónde comunicarse con el público dependerá del entendimiento previo de los hábitos de compra del consumidor. Así, la estrategia variará según el mensaje y los canales elegidos para generar la conversión de compra, es decir, que un cliente potencial concrete la transacción.

7.Levantamiento de capital:
Conseguir inversiones para concretar el emprendimiento o que sean el combustible para nuevos objetivos requerirá tocar varias puertas. Contar con un plan de negocio detallado y el discurso adecuado no siempre resultará en una respuesta favorable. Sin embargo, en el país la avidez por nuevas propuestas ha ampliado el interés de inversores ángeles, comenta Gonzalo Begazo, cofundador de Chazki. En tanto, el emprendedor debe estar preparado para precisar si desea contar con un nuevo accionista o una inyección de capital vía deuda convertible en acciones.

El Comercio