Daniel MoraPara el congresista y exjefe del Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), Daniel Mora, el seguimiento a personajes de la oposición pudo ser realizado por alguna empresa privada de seguridad dedicada al espionaje.

“Cuando se destruyó el Servicio Nacional de Inteligencia (SIN) quedaron miles de agentes sin trabajo -unos 8,000 -, que se habían capacitado durante varios años para todos los niveles de inteligencia, ¿y qué pasó? Se convirtieron en empresas”, señaló.

Recordó que pese a que ya había disminuido el terrorismo surgieron empresas de seguridad privada. Para Mora, al menos 20 de ellas se dedicarían al espionaje industrial.

“Surgió el tema de las inversiones mineras y las compañía empezaron contratar compañía de seguridad que hacían servicios de estudios estratégicos, llamados así, o estudios de seguridad situacionales, sobre todo para determinar quiénes se oponían a la minería”, expresó el legislador.

Equipos
Mora también dijo que ninguna empresa de seguridad en el Perú tiene equipos de interceptación de comunicaciones más sofisticado de los que pueda poseer el propio Estado.

Indicó que esta clase de equipos pueden costar hasta US$ 10 millones, lo cual constituye una inversión muy alta. “En el Estado, solo hay una central de interceptación, en la misma hay un juez y un fiscal, pues solo con su aprobación se puede intervenir en las comunicaciones de una persona”, añadió.

No obstante, señaló que el espionaje en el Perú no es un tema complejo, desde el lado empresarial, pero sí costoso.

Lo que hacen las empresas de seguridad –prosiguió Mora– es pinchar los cables de telefonía de una persona o empresa para escuchar sus comunicaciones.

“A partir de allí se necesita personal para escuchar las 24 horas del día, desgrabar las comunicaciones y un analista, pues todo lo que se habla no es importante”, añadió a este diario.

Mora también detalló que otro mecanismo usado por las empresas es la clonación de números telefónicos, así como la grabación con pequeños micrófonos de conversaciones.

Las empresas dedicadas a esta actividad suelen invertir hasta un millón de dólares en equipos.

Sectores bajo la lupa
¿Y dónde hay mayor espionaje empresarial? Para el también exministro de Defensa, mucho del espionaje a nivel empresarial se realiza en el sector minero, banca y telecomunicaciones. Pero también, afirmó, que hay seguimiento e interceptación de comunicaciones a empresas que buscan ser proveedoras o vender algún producto al Estado.

“Sobre todo en los sectores defensa y transporte, que tienen las licitaciones más cuantiosas”, añadió. Mora refirió que alrededor de muchos de los procesos de licitaciones hay extorsiones.

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