(Foto: El Comercio)

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El consorcio Odebrecht-Enagás realizará próximamente la construcción del Gasoducto Sur Peruano, pero el Gobierno no define todavía qué lotes suministrarán el gas para el proyecto ni cuál será el mecanismo de precios que empleará.

Los especialistas en hidrocarburos son unánimes en pronosticar que la construcción del gasoducto al sur detonará un ‘boom’ de exploraciones. Pero la realidad, a la fecha, es que no se sabe de qué lote provendrá el suministro para esta costosa obra de infraestructura.

El único gas que tiene precio regulado es el del lote 88, pero ese no pasará por el sur porque ya está totalmente comprometido para la demanda de Lima. Queda el del lote 58, que manejan los chinos, pero ellos van a querer imponer el precio que les dé la gana. Entonces, ¿cómo es posible que nos embarquemos en un proyecto para el que no hay demanda ni gas?”, exclamó un especialista en hidrocarburos que quiso mantenerse en el anonimato.

En efecto, la masificación del gas en el sur del Perú podría fracasar si es distribuido a un precio menos competitivo que el de Camisea. Así lo reconoce Luis Fernández, socio director de Gas Energy. “No se puede concebir que las generadoras del nodo energético, que son las anclas del gasoducto, reciban gas a un precio más alto que el de Lima. Si ese fuera el caso, nunca podrán ser despachadas”, refirió.

Advirtió que, para evitar esto, el Gobierno deberá renegociar los contratos con los lotes aledaños a Camisea o definir algún tipo de mecanismo para igualar el precio del lote 88 al de los yacimientos que no están regulados. “De repente se libera el precio de Camisea. Hay alternativas. Lo importante es conseguir una definición pronta para tener reglas de juego claras”, manifestó.

Reservas de gas
El suministro para el gasoducto al sur debería provenir, en primera instancia, del lote 58, que está en vías de ser transferido de Petrobras a la china CNPC. La demora en el cambio de operador sugiere que el Gobierno podría estar negociando la cesión de una parte de la producción futura del lote para el mercado sureño.

Aun siendo ese el caso, urge conocer cuáles son las reservas efectivas que alberga para definir qué suministro se destinará a la industria, el parque automotor (GNV) y a las centrales del nodo energético y Enersur, advierte Humberto Campodónico, ex presidente de Petro-Perú.

“Me sorprende que pensemos en exportar energía sin haber debatido y definido primero un plan energético de mediano plazo que identifique las reservas que abastecerán el mercado interno. Eso lo hacen todos los países y también las empresas. No digo que dejemos de exportar a Chile o a otro país, sino que definamos nuestras prioridades como nación y luego exportemos si así queda decidido”, expresó.

Hay una cosa cierta, y es que el Gobierno no puede sentarse a esperar que el suministro de gas para el ducto llegue a cuentagotas. Por el contrario, tiene la obligación de explicar de qué lote o lotes provendrá.

El Comercio