Federica Guidi, ministra italiana de Desarrollo Económico.

Federica Guidi, ministra italiana de Desarrollo Económico.

La crisis ruso-ucraniana ha puesto en evidencia la fuerte dependencia energética de Europa con Rusia, su principal suministrador de gas natural, situación que preocupó hoy en Roma al G7, que trabajará para cambiar la situación antes del invierno en el hemisferio norte.

“Hemos acordado compartir una responsabilidad colectiva para desarrollar planes de emergencia que garanticen la seguridad energética de cara al próximo invierno”, afirmó la ministra italiana de Desarrollo Económico, Federica Guidi, en nombre de los ministros de Energía del G7.

Así lo explicó tras una reunión de dos días en los que los ministros de energía del G7 (Estados Unidos, Japón, Canadá, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido) estudiaron medidas “para implementar la seguridad y la eficiencia energética” de Europa.

A la cumbre también asistieron el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, y la directora ejecutiva de la Agencia Internacional para la Energía (AIE), Maria van der Hoeven.

“Hemos acordado realizar un esfuerzo conjunto para poner en marcha políticas energéticas más seguras y más eficientes, que reduzcan riesgos y que sean capaces de sostener una situación de crisis como en la que nos encontramos”, afirmó.

El 30 por ciento del gas que consume la Unión Europea le llega a través de los sistemas de gasoductos de Ucrania.

El gigante estatal ruso Gazprom suministra gran parte del gas natural consumido en la UE y este recurso llega a territorio comunitario través del sistema de gasoductos de Ucrania, se recordó en la reunión de Roma.

Gazprom amenazó el pasado abril con cortar el suministro si la ex república soviética no pagaba antes de junio los 2.000 millones de euros que, según el Gobierno de Vladimir Putin, acumula.

Una deuda a la que el gobierno del presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, no puede hacer frente.

Esta amenaza ha puesto en alerta a la UE, que ha decidido estudiar de forma urgente medidas que acaben con esta fuerte dependencia.

“La energía no puede ser usada como un medio de coerción política, ni como una amenaza a la seguridad”, explicaron los ministros del G7 en un comunicado conjunto emitido tras la reunión.

Asimismo, los mandatarios mostraron su preocupación por la seguridad energética, como consecuencia de “la violación por parte de Rusia de la soberanía de Ucrania y de su integridad territorial”.

“Confirmamos nuestra determinación -continúa la nota- de desarrollar diferentes tipos de asistencia hacia Ucrania que refuercen su seguridad energética”.

Bruselas insistió, en varias ocasiones, que esta crisis no pone en riesgo de momento el suministro hacia la Unión, aunque reconoció su preocupación porque esta situación perjudique principalmente a los socios de Europa del Este, como los países del Báltico (Lituania, Estonia y Letonia), Bulgaria, Eslovaquia o Rumanía.

“La seguridad energética no puede ser un problema local, sino que tiene que ser abordada de forma conjunta por todos los países”, confirmó la ministra italiana.

Entre las nuevas políticas, se encuentra la construcción del gasoducto del Transadriático, que comunicará Italia, Grecia y Albania y enlazará con otras tuberías de Europa.

Este proyecto permitiría que el 20 por ciento del gas natural que consume Europa le llegue a través del yacimiento submarino Shah Deniz II (Azerbaiyán) en el mar Caspio.

Además, reconoció Guidi, el G7 también baraja la posibilidad de diversificar las fuentes de energía o de aumentar el consumo del gas procedente de otros países del norte de Europa como Noruega, que ya suministra este recurso al continente, aunque en menor medida que Rusia.

“Son iniciativas que requieren un estudio de varios meses antes de su implementación”, reconoció Guidi.

Por último, y siguiendo las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía, el G7 presentará “en los próximos seis meses, opciones para acciones individuales y colectivas en el campo de la seguridad energética”.

Este paquete será estudiado por los jefes de Estado y de Gobierno del G7 los próximos 4 y 5 de junio en Bruselas.

El G7 energético volvió a reafirmar su compromiso de apoyo a Ucrania “en la difícil situación en la que se encuentra”, en palabras de la dirigente.

“Confiamos en que este conflicto se resuelva de forma diplomática y con el diálogo entre las partes involucradas”, insistió.

El cambio climático, el impacto medioambiental de la energía y su coste fueron otros de los temas abordados en esta cumbre.

El conflicto de Ucrania comenzó el pasado 21 de noviembre y se endureció en enero.

La violencia y el malestar social provocaron la dimisión del entonces presidente del Gobierno, Viktor Yanukóvich, el pasado 22 de febrero y, en su lugar, asumió el poder de forma provisional Alexandr Turchínov.

Desde entonces, la ex república soviética está sumida en una profunda crisis sin precedentes desde su independencia en 1991.

EFE