Salim Ismail

Salim Ismail

Salim Ismail, embajador de la Singularity University, dijo que el 2016 se enviará sonda para extraer platino de asteroides.

“Imaginen un híbrido entre la NASA y la madre Teresa de Calcuta, y obtendrán Singularity University”. Así define el científico Juan Martínez-Barea al ‘think tank’ erigido en el corazón de la NASA(California) por un grupo de emprendedores preocupados por el crecimiento exponencial y disruptivo de las ciencias de la información.

El embajador mundial de esa universidad, el indio-canadiense Salim Ismail, estuvo recientemente en Lima para explicar cómo esta revolución (que decuplica la de Gutenberg cada segundo) transformará en las próximas dos décadas el mundo de los negocios, dejando rezagados y maltrechos a los que no lleguen preparados. Su auditorio fueron doscientos CEO mineros, interesados en discernir lo que se viene.

Hay personas en el Perú que consideran a la minería como poco intensiva en tecnología, pero usted vino a hablar de este tema con empresarios mineros. 
En mi país, Canadá, hay una tradición minera muy fuerte. Así que suelo pasar mucho tiempo con los ejecutivos del sector hablando sobre estos temas. La minería utiliza una tecnología muy sofisticada, particularmente en las perforaciones diamantinas. Lo que debe preocuparnos no es esto, sino la demanda por minería, porque estamos entrando a un mundo radicalmente distinto a todo lo  que hemos visto antes.

¿Distinto, en qué sentido? 
En los últimos doscientos años, hemos administrado un mundo asentado sobre infraestructura física: puentes, carreteras y edificios. Ahora estamos cambiando esa modalidad por un nuevo orden que tiene como base la información. Para ello necesitamos materiales distintos, y la minería debe entender los impactos de todo eso.

¿Cuál será el impacto en el sector minero?
Por ejemplo, hoy se venden 80 millones de automóviles en todo el mundo, pero esa cantidad se reducirá en dos tercios cuando se difundan los vehículos autónomos, que impactarán en la producción de recursos como carbón y acero. Algo así ya sucede con los cables de cobre, que son sustituidos por los de fibra óptica. Pero habrá otros materiales que serán muy demandados, como los metales para fabricar chips. De otro lado, se darán ocurrencias muy raras, del tipo ‘cisne negro’.

¿Qué tipos de ocurrencias?
Hay una empresa, llamada Planetary Resources [de la que soy cofundador], que el próximo año enviará al espacio la primera sonda con rumbo a un asteroide, el cual podría contener hasta un trillón de dólares en recursos de platino. Esto tendrá un impacto grandioso en el sector minero.

¿Será un viaje para traer muestras?
Así es.

¿O sea que tendremos explotación minera en el espacio, de tener éxito el proyecto?
La minería en asteroides podría alcanzar su madurez en algo más de diez años. El otro objetivo es la minería lunar, que podría darse en menos de una década. El polvo selenita asentado en la superficie contiene enormes cantidades de platino [y titanio], que son muy fáciles de traer a la Tierra. Es bastante difícil llegar allá, pero es muy fácil regresar. Hay dos compañías que trabajan en ese proyecto.