(Foto: La República)

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Anthony Laub. Socio principal de Laub & Quijandría.

El especialista cuestiona los pocos logros en el ámbito petrolero, así como en el sector energético del país. Estos y otros temas serán tratados desde distintos enfoques en el Día de la Energía, que organiza Laub & Quijandría por cuarto año consecutivo en el país y que este 2015 se realizará el 17 de noviembre. Estos puntos serán infaltables en la agenda de campaña de los candidatos a la presidencia de la República.
¿Cómo se encuentra el sector petrolero a un año de terminar el actual gobierno?
El tema petrolero en el Perú es sumamente complejo, cada vez se ha vuelto más álgido. No hemos llegado a suscribir ningún contrato petrolero nuevo en los últimos años. Tampoco tenemos ningún descubrimiento de petróleo importante y la producción ha venido declinando de manera constante. Hoy consumimos unos 220 mil barriles de petróleo equivalentes y producimos con las justas 65 mil barriles; eso quiere decir que el resto lo estamos importando.
¿Cree que el tema pase por el modelo de contratación petrolera?
Tenemos que ver qué se va a hacer con los contratos petroleros. La cereza sobre la torta que corona la pésima performance en el tema de contratos petroleros está evidenciada con lo que ha ocurrido en el Lote 192. Es el lote que más produce en el Perú, el que mejor potencial puede tener de seguir aumentando la producción o de darle un giro para que aumente; y, no obstante, en cuestión de una semana nos vamos a quedar sin un concesionario y todavía no sabemos quién será la empresa que tome temporalmente esos campos. Lo peor que podría pasarnos es que el actual operador tenga que salir y no contemos con un operador calificado. (Antes de conocerse la noticia de Pacific)
Se cuestiona seriamente el rol de Perupetro.
Lo que hemos estado viendo es que Perupetro en sus últimas rondas en vez de flexibilizar y convertir nuestro alto riesgo geológico (tenemos poco petróleo) en algo mucho más atractivo para el inversionista petrolero lo ha endurecido. Es decir, ha exigido mayores regalías, mayores incrementos de inversión, y ha exigido eventualmente también participaciones conjuntas con la empresa estatal, lo que puede constituirse en un impuesto adicional. Entonces, en vez de haber flexibilizado los términos y las condiciones por lo menos de manera temporal, los endureció.
¿Qué considera que debió ser lo óptimo?
Lo que debió haber hecho Perupetro de repente era modificar las fórmulas como se venían estableciendo en los contratos. Revisar un poco lo que había estado haciendo Colombia, que hoy produce aproximadamente un millón de barriles de petróleo al día y no hace mucho tiempo producía un tercio de eso. Es un ejemplo positivo de cómo es que se hacen las cosas de manera correcta y nosotros tendríamos que buscar y estudiar estos ejemplos exitosos.
¿Qué otro análisis debería considerar Perupetro?
Revisar cuáles han sido los casos no exitosos para no cometer los mismos errores. La idea en un año preelectoral es comenzar a identificar cuáles son los puntos más importantes de la agenda energética y que esos puntos sean eventualmente abordados por los candidatos presidenciales.
¿Eso es justamente lo que se buscará en el Día de la Energía?
Buscamos con el Día de la Energía convertirnos en un espacio de diálogo franco donde estén todos los que tienen que decir algo sobre el tema de la energía en el Perú. Con ello me refiero al Estado, los agentes privados y los agentes empresariales estatales. Asimismo, la idea es tratar también sobre temas de financiamiento de proyectos de energía, ya que estos los necesitan, pues hoy es sumamente complejo. Un ejemplo de ello estaría dado en caso de que un inversor quisiera desarrollar una central hidroeléctrica el día de hoy sin contar con precios refugio dados por el Estado, ello sería prácticamente imposible de financiar acudiendo a la banca comercial. Del mismo modo, este Día de la Energía comprometerá a los principales candidatos a la presidencia de la República para que expongan sus planes energéticos en caso de llegar a ser gobierno. Así, ya tenemos el compromiso de PPK y hemos cursado las invitaciones a otros candidatos, los cuales confirmarán en breve.
¿Se tienen buenas expectativas para el sector, considerando que las inversiones se encuentran detenidas y el mercado internacional aún sigue deprimido?
El sector energía se encuentra en una situación muy delicada, pues tanto en electricidad como en petróleo y gas las condiciones actuales no son del todo las que esperamos. Sin embargo, dentro de este panorama, el hecho de que estemos creciendo a ritmos menores a los esperados nos permite tener una tregua en la atención de necesidades urgentes y repensar mejor cuáles son las cosas que debemos replantearnos y cuáles debemos mantener. Por ejemplo, es imprescindible que la actividad de generación de energía eléctrica no se vea trastocada ni modificada hasta que se haya culminado con un análisis de lo que ha ocurrido en los últimos 20 años con ese sector y que ello cuente con el consenso de la mayoría de los agentes que confluyen en esa actividad.
¿Por qué ese tema en concreto?
Hoy tenemos una sobreoferta de energía eléctrica de más del 40% y eso es lo que ha generado que los precios hayan caído dramáticamente, y si es que se sigue incrementando la oferta de generación y la demanda no acompaña ese crecimiento lo que vamos a tener es un problema de sostenibilidad que puede poner en una severa crisis la generación en el Perú. Con precios bajos lo que va a ocurrir es que se van a generar desincentivos para que nuevas inversiones se vayan ejecutando. Si es que esto ocurre y la demanda no crece a ritmos excepcionales, nos vamos a encontrar con un desfase a futuro que luego puede convertirse en un serio déficit de nuevas inversiones.
¿Pero tener precios bajos en la generación de energía no es una ventaja?
Ese es un tema sumamente complejo. Los precios de la energía eléctrica están realmente bajos. Ante ello, por un lado, uno podría suponer que eso es bueno, pero es bueno para quien consume pero no necesariamente para el que produce. Y aquí lo que hay que buscar es un equilibrio entre el que consume y el que produce para que los dos estén en una situación de tranquilidad y no de estrés. No debemos olvidar que en condiciones de precios normales el Perú sigue siendo largamente competitivo respecto a países con los que competimos como Chile o Colombia.
¿Quiénes sienten más este efecto inverso?
Claramente hoy los generadores están en una situación de estrés. Lo que no puede ocurrir, por ejemplo, y es parte de lo que vamos a plantear en el evento, es el ingreso de nueva generación cuando no está asegurado claramente el incremento de la demanda. Es decir, vamos a poner más unidades pero no van a poder producir porque el mercado está satisfecho y lo que van a hacer es impulsar el precio a la baja artificialmente y eso puede generar una crisis mucho más seria de la que se podría esperar si es que no hubiese energía eléctrica. Los efectos tanto de que haya exceso como de que falte son nefastos y hay que ver cómo equilibramos la balanza.
masificación del gas
¿Cómo ve el tema del gas natural y su masificación?
Es muy importante la expansión del gas natural. Creo que es primordial que el gas natural llegue a nuevas zonas del país y que atienda la futura demanda del sur del país en especial. Es central que se empiece a pensar en una integración energética con Bolivia, que, como sabemos, tiene excedentes de gas natural y tiene que evacuar este gas natural a otros lugares, y deberíamos convencerlos de que lo hagan por territorio peruano. Sería muy triste que el día de mañana Bolivia opte por salir por territorio chileno y no peruano y que además nos perdamos la oportunidad de contar con mayor disponibilidad de gas natural y con nueva infraestructura que se pueda construir para tal efecto.
¿Infraestructura como gasoductos?
En efecto. Bolivia, en sus condiciones actuales de mediterraneidad, tiene que salir por un puerto y para ello tiene que construir un gasoducto. Si ese puerto fuera en algún lugar del sur del Perú, pues también nos beneficiaríamos con un gasoducto que nos otorgue mayor seguridad energética y redundancias que hoy no existen. Incluso, ese gasoducto puede terminar llegando antes y con ello el sur del Perú obtendría ventajas que hoy no tiene. El sur requiere de grandes inversiones y de nuevas oportunidades de desarrollo. El contar con gasoductos y gas natural en el sur abre una gran puerta para el desarrollo de nuevas industrias en la zona: hablamos de petroquímica (del etano y del metano), de nodos energéticos que sean tan importantes como los que tenemos en Chilca, plantas de licuefacción y otras industrias que usen el gas como insumo. Hablamos también de comenzar a llevar gas natural a los domicilios en las principales ciudades del sur y gas natural vehicular, en beneficio de toda la población.
¿Considera viable una integración de este tipo en la región?
Por supuesto. Lo que debe ocurrir es que tenemos que estar mucho mejor alineados con nuestros intereses y entender que el Perú es un país que tiene un potencial energético sumamente poderoso. Entonces deberíamos ver cómo esa potencialidad la llevamos a un plano distinto en el que nos convirtamos en una suerte de polo energético en Sudamérica. Tenemos la capacidad de producir mucha más energía eléctrica de la que producimos hoy día, pero si ya tenemos un mercado que está totalmente abastecido evidentemente lo que tenemos que buscar es salir a conseguir nuevos mercados. Deberíamos estar pensando en integración energética con países de la región como Colombia, Ecuador y Bolivia. Del mismo modo, si entramos en una dinámica de mayores descubrimientos y producción de gas natural, buscar posicionarnos en la región como un eventual suministrador, tal como lo hace, por ejemplo, Rusia con Alemania.
En el sector energético en general, ¿qué temas ve como impostergables?
El desarrollo de infraestructura, en todo sentido. Gasoductos, líneas de transmisión de energía eléctrica y un elemento que nunca debemos perder de vista es que más o menos hoy a un 10% o un 15% de peruanos no hemos podido llevarles energía eléctrica y eso en un país que pretende estar en vías de desarrollo es inaceptable. Tenemos que hacer un esfuerzo más grande para atender a esta población que aún no cuenta con energía y darles la oportunidad de que elijan si es que quieren o no energía. Luego en los temas de petróleo, la agenda está bastante clara, requerimos cirugía mayor. Un Perupetro que tiene que ser reestructurado y al que se le debe dotar con mayores herramientas para que pueda desarrollar su labor de promoción y contratación de manera más exitosa. Tenemos que convertirnos en un país que sea lo suficientemente atractivo para que empresas de mediano tamaño comiencen a venir al Perú, no voy a decir las grandes, que simplemente no vienen al país, porque tenemos un riesgo geológico muy alto. No somos un país con vastas reservas de petróleo, pero sí podríamos comenzar a interesar a empresas de mediano calado. Y como ya hemos visto, en temas de energía eléctrica debemos caminar con cautela en las medidas que podemos dar para no comprometer el desarrollo futuro y sano de la generación de energía eléctrica, actividad que mientras ha caminado de manera libre ha respondido adecuadamente a las necesidades del país. Debemos, también, atender la creciente demanda de GLP y prever las medidas necesarias para que ante problemas de suministro de este hidrocarburo el abastecimiento a la población no se vea afectado. Y, finalmente, promover la integración energética sudamericana.
La República