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Por Kenneth Vargas

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Hernando De Soto y el ministro Manuel Pulgar-Vidal protagonizaron el debate radial del año cuando frente a frente discutieron sobre el rumbo del Estado para lograr la ansiada formalización minera. Más allá de la polémica, lo evidente es que este acalorado intercambio de ideas  pone a la palestra la gran interrogante que azota al país. ¿Qué hacer con la minería ilegal?

La cifras son contundentes.  Unos 400 mil mineros aún no escapan de la informalidad, lo que refleja la gravedad del problema y grafica el contexto de un acalorado debate, cuyos principales pasajes narramos a continuación.

 “La minería es una actividad especial y tenemos cumplir con condiciones técnicas rigurosas como el uso de geomembranas y los taludes, elementos que no encontramos en centros de operaciones en los que se devasta la naturaleza como en Madre de Dios. Que la gente no se confunda, no hablamos de formalizar a un vendedor ambulante”, comentó el ministro con solvencia ante las críticas que De Soto soltó sobre la falta de flexibilidad del Ejecutivo.

Vale decir que el economista no tuvo reparos en calificar como “un fracaso” y “una estrategia poco inclusiva, para nada promocional y hasta esclavizadora” porque, bajo su punto de vista, no empodera al minero para convertirlo en empresario.

Su principal argumento radica en el escaso número de concesiones mineras formalizadas, pues solo 5 lo habrían logrado. “Necesitamos que los mineros tengan los contratos por derechos de propiedad y exportaciones para que puedan ser empresarios autónomos”, agregó.

Sin embargo, Pulgar-Vidal, quien defiende a capa y espada el pilar fundamental del cuidado del medioambiente, plantea que lo trascendental son los efectos positivos y avances, tal como el control más riguroso en zonas fronterizas que ocurre en Puno.

En respuesta, el presidente del Instituto Libertad y Democracia criticó que la rigurosa fiscalización en Puno contribuyó a una reducción de los índices de exportación del oro. Sin duda, la premisa no fue del agrado del ministro, quién indignado dijo, “prefiero una declinación de la exportación de oro en el Perú que una niña prostituida”.

Otra de las razones, por las que Pulgar-Vidal considera como temeraria la iniciativa de su rival de turno es que sería promotora de las invasiones y podría ser un precedente para violar la seguridad jurídica en cuanto al derecho a la propiedad.

“En un programa de televisión (De Soto) dijo que si hay un peruano que tiene una propiedad y hay cien mil peruanos que lo invaden, hay que privarle a ese peruano individual de su propiedad”, adujo Pulgar-Vidal, quien lamentó que  el economista contradiga su lucha histórica a favor del respeto a la propiedad privada.

El debate en el terreno político

Por otro lado, De Soto argumentó: “Los mineros como Cajachagua y García vienen con una propuesta, por ende, la reacción del ministro Pulgar debe ser de apertura al diálogo y recepción de iniciativas”.

“Un ministro no solo es un técnico, sino un político”, dijo en otro pasaje de la entrevista De Soto, quién considera que los logros resaltados por Pulgar-Vidal son ínfimos si se observa que la meta de formalizar a un alto porcentaje de mineros no se cumplió.

Existe una reticencia por parte de diversos grupos de la minería artesanal que dificultan el proceso, además de intereses políticos y económicos en esferas como el Congreso.

“Nosotros planteamos un proyecto de ley para que el MINAM y otras entidades como Osinergmin cumplan el rol de las regiones y fiscalicen directamente a las plantas de minería como las de Chala y Ático (Arequipa); sin embargo los congresistas Eduardo Cabrera y Amado Romero bloquearon la iniciativa”, aseveró Pulgar-Vidal.

¿Qué dicen los mineros informales?

El sábado 22 de noviembre, Celso Cajachagua, presidente de la Federación Nacional de Mineros Artesanales del Perú y Francisco García Siviriche también expresaron sus ideas en compañía de Hernando de Soto.

 “Deslindamos completamente con los actos ilegales perpetrados en Madre de Dios. Definitivamente el gobierno siempre usa las imágenes de esa región como propaganda para criticar nuestras consignas”, dice Cajachagua.

“No se trata de decir Conga va sino vamos con Conga. Necesitamos un plan de formalización más incluyente”, concluyó.

Siguiendo la misma línea García Siviriche, descartó que en Nazca se cometan los delitos ambientales de Madre de Dios.

No obstante, aquel día el ministro, vía telefónica, ensayó una respuesta contundente: “Los invito a sobrevolar la zona de Nazca en aeroplano para que vean el desastre ecológico que se comete a diario”.

En general, para De Soto el proceso es un fracaso, mientras que su interlocutor considera que las críticas no son acertadas y son extremadamente riesgosas para el país. Lo innegable de este embrollo es que la frase más pintoresca de la contienda fue de autoría del titular de la cartera ambiental: “Definitivamente, esta vez Hernando de Soto se equivocó de sendero con su propuesta y tiene que buscar otro”.