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Por Giulia Sammarco*

La mayoría de las personas que trabajamos en corporaciones o empresas, sujetos a un horario de oficina fijo – de lunes a viernes y, a veces, hasta los sábados – terminamos sumergidos en una rutina inevitable, tan fija como el pasar de los meses, las estaciones y los años. Llega 28 de julio y, dos semanas después – al menos así lo parece – ya es diciembre, todo es un caos, se acabó un año más y no nos dimos cuenta.

El problema real aparece cuando, de pronto, los síntomas que cité en el artículo anterior comienzan a aparecer el trabajo:

  • Sentimientos de inutilidad, incapacidad para pensar e inseguridad para tomar decisiones.
  • Disminución de la autoestima y de la confianza en uno mismo.
  • Visión pesimista, poco promisoria o ‘negra’ del futuro.
  • Disminución importante del interés por disfrutar del trabajo, o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades.
  • Ansiedad o lentitud mental.
  • Fatiga, pérdida de energía.
  • Insomnio o sueño excesivo.
  • Sensación de vacío y tristeza la mayor parte del día, casi todos los días.
  • Pérdida o aumento importante de peso -sin haber hecho ningún régimen- o disminución o aumento del apetito.

Todos los síntomas anteriores son indicadores de que algo muy serio nos está afectando, y debemos detectar inmediatamente si el desencadenante de lo que parece ser una fuerte depresión proviene de nuestro entorno familiar o laboral.

Principales indicadores de que es hora de cambiar de trabajo

Según una encuesta realizada por la firma de gestión de talentoPlateau a finales del 2010el 31% de los trabajadores no está satisfecho en sus puestos de trabajo, mientras que el 74% de trabajadores – satisfechos o no – considerarían dejar sus puestos de trabajo si se les presenta una oferta. Las principales razones para cambiar de trabajo son: remuneración (57%), necesidad de cambio (31%), oportunidades de crecimiento profesional (29%), cambio de rubro (22%) y preocupación por el futuro de su empleador (18%).

Si bien es cierto que, por naturaleza, el ser humano es reacio al cambio, sobre todo en épocas de incertidumbre laboral y en cuanto se refiere al sustento económico familiar y suyo propio, el aliciente de una mejora general de la calidad de vida es un móvil poderoso que, ante la menor posibilidad de un crecimiento personal, impulsa al cambio casi instintivamente.

Existen algunos indicadores muy sencillos de identificar para tomar seriamente en consideración la búsqueda de un nuevo trabajo. A continuación encontrarán los principales.  

1.      Tu trabajo, literalmente, te enferma

Migrañas frecuentes, dolores de espalda y cuello crónicos, problemas estomacales como gastritis o úlceras, y hasta fiebres aparentemente injustificadas son señales de alerta de que algo está definitivamente mal.

Si a estos síntomas les agregamos una angustia difusa cuando se termina el fin de semana o los lunes por la mañana, al despertar para ir al trabajo, claramente estamos hablando de algo más que estrés pasajero.

2.      Pérdida de productividad o demasiado tiempo libre

Si bien estar sometidos a un estrés excesivo permanentemente es dañino, su ausencia completa tampoco resulta productiva. Libby Gill – coach empresarial con veinte años de experiencia en el tema, quien cuenta entre sus principales clientes a Disney, Microsoft, HP, Warner Bros., Cisco, entre otros – comenta que, si el trabajo se ha convertido en tedioso y rutinario, tal vez nos haya quedado chico y necesitemos retos  mayores.

Por otro lado, el exceso de tiempo libre podría ser una forma de insinuarnos que ya no somos necesarios para la empresa… ¡Mucho cuidado con este tipo de señales!  

3.      No logras siquiera fingir que te interesa tu trabajo

El 31% de las personas que está considerando cambiar de trabajo refieren que “simplemente necesitan un cambio”, según la citada encuesta de Plateau.

Según  Gill, podríamos estar haciendo un daño a nosotros mismos y a la empresa al quedarnos estancados en un trabajo que ya no nos despierta ningún interés ni constituye un reto para nuestra capacidad profesional.

4.      Dejaste de aprender

Si, de pronto, nos damos cuenta de que hace tiempo que no aprendemos nada nuevo, puede ser momento de empezar a mirar a nuestro alrededor.

Según la encuesta de Plateau, la falta de oportunidades de crecimiento profesional es la causa principal de que un ejecutivo empiece a buscar nuevos retos fuera del ámbito de su trabajo actual. Permanecer en un puesto de trabajo pasivamente puede, además, hacernos perder excelentes oportunidades de carrera; cuando dejamos de aprender, dejamos de crecer. Este es un indicador fundamental que hay que tener siempre presente

5.      No recibes reconocimiento por tus logros

Si la empresa está obteniendo buenos resultados, pero no estamos recibiendo el reconocimiento que merecemos – ya sea económico o de otro género – debemos reevaluar nuestros objetivos de carrera.  Las señales de alerta incluyen: no recibir ‘retroalimentación’ (feedback) por el buen trabajo realizado, ser obviados para un ascenso, que se nos niegue un aumento de remuneración sustentado por resultados concretos y medibles, y no ser elegido para llevar a cabo proyectos que podrían permitirnos demostrar nuestra capacidad y crecer.

*He sido directora de Relaciones Institucionales para Scotiabank Perú, antes Banco Wiese Sudameris, durante 8 años; participé en el “start-up” de Tim Perú (hoy Claro) y fui jefa de Foros y Misiones de la Cámara de Comercio de Lima. En el ámbito periodistico trabajé para el grupo Televisa, como Directora de la revista Caras en el Perú.

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