Luis Marchese, presidente de la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía

ProActivo

Por Mónica Belling (Directora)

El presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Luis Marchese, ocupa también la presidencia de la Cumbre Empresarial a realizarse en PERUMIN 33 Convención Minera. En entrevista con ProActivo, el empresario opinó sobre temas de coyuntura y brindó un panorama del sector mineroenergético. Asimismo dio alcances sobre los avances de Quellaveco y cómo podría aprovecharse las oportunidades de negocio minero que tiene el país.

¿Cómo abordarán los empresarios la temática minera en Perumin?

El lema de la Convención Minera es “Competitividad y sostenibilidad”, porque una industria sana debe darse en un ambiente competitivo, para poder crecer; y por otro lado, la sostenibilidad es clave. Así, en la Cumbre Empresarial Minera, se discutirá sobre ambos temas, se dará una línea base de dónde estamos en competitividad a nivel país y regional; y en sostenibilidad, presentaremos una foto de cómo estamos.

Bien, bajo mi otro sombrero, de la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (SNMPE), encargamos un estudio sobre sostenibilidad a la Universidad del Pacífico.

Y desde el punto de vista del gobierno, trataremos sobre minería ilegal, conflictos, relación con el medio ambiente y consulta previa. También tendremos una perspectiva internacional de la Alianza del Pacífico, sus ministros han sido invitados (México, Chile y Colombia) y hablaremos sobre la lucha contra la corrupción.

También nos acompañará el presidente de la CONFIEP, Roque Benavides, el actual Defensor del Pueblo, Walter Gutierrez y el economista Juan Mendoza; con lo que esperamos poner una agenda para el futuro.

A propósito ¿cómo ven el horizonte para el sector?

Empieza a verse una luz de nuevo crecimiento, vemos un rebote de enero a julio del 2017; y tenemos 28% más de inversión en exploración que el mismo periodo de 2016, con 2,500 petitorios de enero a marzo contra los 4,800 de todo el 2016. Si uno ve los precios, el zinc ha subido 50% y el cobre un 20%.

Ahora ¿Qué ha hecho el gobierno desde que llegó? Identificaron la sobrecarga regulatoria y la carencia de políticas estructuradas. El ministro anterior (Tamayo) dejó el nuevo reglamento de seguridad, y el proyecto del reglamento ambiental para exploraciones mineras que esperamos salga pronto y refleje la realidad.

Hay una serie de proyectos en camino, entre ellos el de mi empresa, Quellaveco, y otros que aparecen en el radar.
Los precios de los metales siguen la trayectoria que el mercado esperaba hace un par de años, algunos han ido un poco más rápido, como el zinc, y eso trae apetito que ya se siente. Otros indicadores son los petitorios mineros y el precio de las acciones mineras en bolsa. Aunque hay bastante cautela en cómo llevar estos proyectos.

Por otro lado, existe la tendencia global de compartir el riesgo. Las empresas cada vez están menos dispuestas a llevar solas una inversión que ponga en peligro su propia existencia.

¿Cómo está Perú en ese escenario?

Perú es uno de los países más grandes en minería, el estudio del Instituto de Ingenieros de Minas (IIMP), lo demuestra. Tiene más porcentaje de PBI viniendo de minería, un 11%; Chile el 9%, y los otros países un 4%. Aquí se producen casi 25 mil millones de dólares de productos mineros, parecido a Brasil.

Ya que estamos próximos al año Bicentenario ¿se hará una reflexión sobre los planes del país?

Seguro saldrá en las discusiones. Lamentablemente, nuestros planes estratégicos hacia el Bicentenario, son de un máximo de 5 años, y están desarticulados.

Con respecto al gobierno ¿Cómo se maneja el tema social en el sector?

Hay que abrir la cancha de la definición porque además del gobierno central, regional y local están diversos estamentos del Estado, incluyendo al Poder Judicial y la Fiscalía. La industria ya ha referido la necesidad de reforzar el estado de derecho, lo que no exime al gobierno central de tener un papel catalizador y promotor de la industria minera… En general hay que mejorar las capacidades.

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¿Cuáles son las preocupaciones en cuanto a regulación?

El Banco Central de Reserva hizo un estudio que revela que pasamos en la última década de 28 regulaciones a más de 260. No es racional, son múltiples agencias, y empieza a entrar en conflicto una norma con la otra, es muy difícil.

Otro tema que surge es que los recursos del Estado para atender los requerimientos de la industria son los mismos pese al crecimiento. Y se ha incrementado la cantidad de permisos y el tiempo para otorgarlos. Si uno le pregunta al SENACE, ellos dicen: “Yo solo tengo el 25% del tiempo de este expediente, el 65% lo tienen otras agencias”.

¿Cómo orienta sus esfuerzos la SNMPE para promover la minería?

Queremos trabajar la cadena de valor de la minería. Por ejemplo, tenemos un comité de proveedores y procuramos que tengan un papel más activo en la promoción de la actividad.

El reciente estudio del IDEM demostró que por cada puesto de minería tienes 6.25 puestos en actividades indirectas, y ¿cómo hacemos que este 6.25 participe más en la promoción de la industria? Somos 184 mil y hay un millón de personas relacionadas al sector. Somos un grupo de peruanos orgullosos de trabajar en esta actividad pero hay que promoverla más.

Algunos expertos recomiendan cambios orientados a una mejor articulación

Sí, la articulación que mencionas es indispensable porque la minería y cualquier actividad será aceptada por la población y su entorno, en la medida que traiga beneficios.

El estudio del IIMP, demuestra que Perú tienen planes estratégicos por sectores pero ni están articulados entre sí, ni con las regiones o gobiernos locales. No hay un efecto cascada de un plan nacional que vaya hacia los planes regionales.

Por ejemplo, en Arequipa, se tiene unos dos millones de toneladas de cobre fino, exportamos unos 14 mil millones de dólares, y no hay una articulación con los proveedores. Más bien, por generación espontánea puede verse que en los últimos 6 años una serie de empresas se han instalado, o ampliaron, pero sin un plan estratégico.

Es decir, no se considera aspectos como la necesidad de carreteras o puertos. Dejamos oportunidades en el camino. Es más, en Arequipa si uno lo piensa, con el norte de Chile, tienes otros 4 millones de toneladas de cobre ¿Cómo hacemos para que Arequipa sea el proveedor del norte de Chile? Porque está más cerca de Antofagasta que Santiago. Eso se repite en el centro de Perú.

Y en el norte ¿Cómo marcha la idea de poder unirse El Galeno y Michiquillay?

Ahí hay una tarea pendiente, hay que sentarse y como país ver la forma de sacarle todo el jugo que podamos a esta naranja. Se tiene 5 yacimientos grandes, Michiquillay, El Galeno, Conga, Río Blanco y La Granja.

Y en un radio de 15 kilómetros están Michiquillay, El Galeno y Conga, para hacer cosas juntos dependerá del gobierno, que tiene el primero, así como de los dueños de los otros dos proyectos. Es la oportunidad de tener un clúster minero en el distrito de La Encañada (Cajamarca), que tiene 47% de pobreza extrema y en total 70% de pobreza, pese a tener esos 3 yacimientos de clase mundial de cobre-oro. Son miles de millones de dólares en los que deben estar sentados, y con esas cifras de pobreza, es vergonzoso.

Ponerlo en valor depende de nosotros los peruanos, pensar cuál es la mejor forma ambientalmente responsable, así como social y económicamente factible.

Pasado el boom minero se ha visto la fragilidad de la clase media lo que puede permitir la idea de que la minería no deja beneficios al ciudadano de a pie ¿lo toman en cuenta?

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Sí, lo trataremos en la Convención. En los últimos 10 años, invertimos 87 mil millones de dólares, con el 23% del impuesto a la renta. No hay otro sector que haya llegado a unos 11 mil millones de dólares en inversión anual. El año pasado, que nos fue mal, fueron 4 mil y tantos millones de dólares, es un sector que aporta mucho a la economía. Pero hay ciertamente áreas en las que debemos mejorar, una es la articulación con los proveedores y con la economía en general; y otro tema es el canon que lleva 16 años como está diseñado, con modificaciones menores.

El gobierno nos dice que tiene prioridad en infraestructura de agua, educación y salud. ¿Por qué el canon no está alineado con esos objetivos del gobierno? ¿Por qué se reparte de esa manera? ¿Por qué? Si sabemos que tan poco de lo que reciben las universidades, lo gastan en investigación. ¿Por qué dejamos ese dinero parqueado? O ¿Por qué no dejamos algo para que efectivamente mejore esa investigación en lo que se requiera? Ahí hay una lección que aprender, aunque todavía no tenemos la sugerencia de cómo modificarlo para aprovecharlo mejor.

Hay quienes buscan réditos políticos frente a esta situación ¿Y a propósito cómo esta Las Bambas y el clima social?

Estos personajes deben ser tratados por la sociedad de acuerdo a esos intereses mezquinos. Con respecto a Las Bambas y el corredor del sur, acabamos de tener un mes complicado por la huelga de los maestros, que lamentablemente bloquearon el corredor minero durante varios días como parte de sus protestas y además una serie de comunidades mantuvieron la carretera cerrada por 10 días. Al final, terminamos con el gobierno emitiendo el estado de emergencia.

Por más que uno tenga el derecho a protestar, no se puede bloquear infraestructura básica para el funcionamiento de la economía nacional y que lleguemos al extremo de enviar policías para que se levante. Eso sucede una y otra vez en el país. Bloquear una carretera es un delito y hay que explicárselo a la población, al mismo tiempo asegurarnos de que el gobierno escuche, sin necesidad de hacer algo extremo. Para eso requerimos la institucionalidad que nos falta trabajar.

Pasando a la energía, ¿Pueden los proyectos mineros de alguna manera absorber la actual sobreoferta?

No, no puede porque es del orden de unos 4,500 megas. Si logramos al 2021 subir la producción de cobre en 700 mil toneladas. De 2 millones 600 mil, a 3 millones 300 mil, eso consumirá unos 400 megas. Y si se suman otros proyectos, sería 600 megas.

La sobreoferta se reducirá en la medida que haya crecimiento en el país. La demanda eléctrica crece 1 a 2 puntos más que ese crecimiento. Si el país crece a 5%, la demanda eléctrica crecerá 7%.

Es bueno que sobre energía pero no tanto, porque empieza a ser un problema para la salud financiera de las distribuidoras y tiene efectos colaterales porque aunque pierden dinero tienen que mantener las líneas, poner los postes, ampliar la frontera eléctrica en los entornos urbanos, y asegurar la calidad del suministro… Tratarán de reducir los costos, y ello podría afectar la oferta o calidad del servicio en un futuro.

Esta situación fue inducida por el propio gobierno cuando sacó licitaciones con ingreso garantizado, tanto de los nodos energéticos como de las energías renovables no convencionales. Se pusieron varios miles de megas en el mercado, y eso lo pagamos ahora, porque esos ingresos garantizados salen del bolsillo de los consumidores.

¿Y cuáles son las propuestas de solución desde los distribuidores?

En este momento hay reuniones, el gobierno armó un comité de trabajo con el COES, el viceministerio y Osinergmin; ahora está llamando a los entes privados.

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Es una situación incómoda que afecta a muchos. Aún no tenemos una propuesta, pero abordaremos el tema, sin caer en el facilismo.

¿Cuál es el desafío en energía?

La diferencia de la calidad del suministro. En provincias, las distribuidoras estatales tienen un nivel de servicio bajo respecto a Lima con dos distribuidoras privadas, donde es comprable al de un país desarrollado. Las luces acá no se apagan, el voltaje no varía mucho y cualquier empresa sabe que tendrá una energía confiable. Eso no sucede en provincias, donde sí varía el voltaje, hay apagones, y retrasos para que te instalen la energía. No es correcto. Le planteamos al gobierno la necesidad de actuar, quizá a través de asociaciones público privadas e inyectarle dinero a las distribuidoras.

En cuanto al proyectado viceministerio de Hidrocarburos ¿Cómo marcha?

Entiendo que tiene que ser aprobado por el Congreso. Si esto ayuda a promover los hidrocarburos, bienvenido. Perú produce 40 mil barriles por día, consume 250 mil barriles al día, y tenemos áreas prospectivas geológicas tanto en la costa como en la selva, hay que ver cómo ponerlo en valor, y producir más.

¿La refinería de Talara alienta eso? ¿Y cómo queda la propuesta para el oleoducto norperuano?

Nuestra posición ha sido desde el principio que requería la inversión en la planta de desulfurización, que el producto que salía de esa refinería dadas las características del petróleo que se produce en el Perú -con demasiado azufre- tenía que corregirse. Lamentablemente de ahí se pasó a una expansión y a una cuasi reconstrucción. Y ha terminado en una enorme inversión más de 5 mil millones de dólares.

Según el gobierno ya avanzaron con un costo de más de mil millones de dólares, y es mejor terminarlo.

Eso no debe pasar, tenemos necesidades de inversión en seguridad, en educación, en salud, en medio ambiente. Como peruanos, ¿gastar 5 mil 400 millones de dólares en una instalación industrial? ¿Quiero ser accionista con mis impuestos? No. Hay que asegurarnos que eso no vuelva a suceder, poniendo los controles correctos.

Entiendo que la población tiene interés en que esta refinería funcione bien, que no contamine y sea moderna, y eso es absolutamente legítimo, y para eso era la desulfurización.

Por un lado hubo quejas porque el SNIP y demás eran restrictivos e impedían avanzar, pero por otro lado se cuela esto, es curioso. Esperemos que el gobierno haga lo correcto.

En cuanto al oleoducto norperuano, es la carretera de salida de petróleo del noreste y de la selva, ahí sí hay que trabajar para que vuelva a funcionar, además con una tecnología adecuada para los tiempos, este es un oleoducto de los 70’s. Claramente la tecnología no es la misma, ahora se puede tener controles, como Camisea y que funcionen de acuerdo a los estándares ambientales que se requieren.

Sin embargo, hay otros temas, como que reconsideren las regalías, que ahora son planas para toda la producción, cuando debieran ser variables del tal forma que si los precios son altos la regalía que pagas es mayor, si el precio es más bajo pagas un porcentaje menor, pero la operación sigue siendo económica.

De otra manera bajan los precios y paras de producir porque ya no es económico. Hay varias opciones para que nuestra industria de hidrocarburos sea nuevamente lo que ha debido ser.

Y con respecto al gasoducto ¿Cómo quedó luego del escándalo de Odebrecht?

Odebrecht es una empresa que aceptó abiertamente que incurrieron en corrupción, eso es inaceptable. Ellos y sus similares no son bienvenidas en el Perú, sea extranjero o sea peruano.

El gasoducto es otro tema, ahí hay una discusión sobre los siguientes pasos que dará el gobierno, tiene que licitarlo y esperemos que haya interesados para llevarlo adelante. Ahora, ¿cómo entra esto dentro de la seguridad energética? Hay una discusión y nosotros no nos hemos pronunciado al respecto.