Marita-Chappuis

ProActivo

OPINIÓN ENTREVITA A MARÍA CHAPPUIS

María Chappuis Cardich, ex funcionaria y consultora en temas mineros, conversó con ProActivo sobre la coyuntura minera. Directo y son rodeos criticó la poca presencia del Estado en Perumin y planteó que la solución para Las Bambas simplemente es: más minería.

¿Cuál es su evaluación del reciente Perumin?

Perumin es sobre todo una gran feria minera. Eso es bastante remarcable porque somos un país que no utiliza ese medio comercial. Sería muy bueno que por ejemplo hubiera ferias para el sector agrícola, o confecciones y que sea de esa envergadura. En países como Alemania, por ejemplo, hay una serie de ferias todos los días y eso ayuda muchísimo a los demás sectores.

Caminando por los stands pude ver que se hizo muchas transacciones, hubo público que hizo negocios y otros que por lo menos vieron nuevos equipos y nuevos proveedores. Desde ese punto de vista es muy bueno que Perumin exista y sea un ejemplo. Ojalá se repita en otros sectores porque un país necesita las ferias como una actividad permanente y Perú no lo tiene.

Entonces se refiere al área Extemin como parte de Perumin

Sí. En cuanto a las discusiones que se dieron, Perumin solo reflejó lo que pasa en Perú: las empresas mineras conversando entre ellas, con algunos invitados expertos y uno que otro funcionario.

Vi que el Estado peruano estuvo ausente los primeros tres días y sin embargo la ministra de minería de Chile sí estuvo precisamente durante ese periodo.

Ella había llegado el domingo, la vi recorriendo la feria el lunes y el martes pero siempre sola, sin ningún funcionario del gobierno cerca a ella.

¿Dónde estaba Osinergmin o Ingemmet? Se comentó que la ministra (Rosa María Ortiz) tenía que resolver el problema del Lote 192, perfecto. Sin embargo, ella pudo nominar a uno de los presidentes de los organismos mencionados para que la representen. Decirles, usted por favor acuda a las reuniones como mi representante en caso no pueda el Viceministro de Minas, Guillermo Shinno.

El Estado debió participar en todos los debates y reuniones de manera coordinada.  Es el colmo que la ministra de Minas de Chile tuvo presencia tres días, pese a que acababan de sufrir un gran terremoto y  tener problemas en La Haya. No es que la señora no tenga nada que hacer.

Supe que el Director General de Minería estuvo en Arequipa pero había viajado a Cerro Verde. No estaba en la Convención para escuchar y dar su opinión sobre lo que el gobierno piensa respecto a ciertos temas o asuntos.

Bajo esa coyuntura ¿cuáles son las perspectivas de la minería?

Lamentablemente si la tercera pata no está, tendrán que actuar como dos patas y no esperar. Si hay un tercero que no acude a tus reuniones, ni modo habrá que seguir adelante.

¿Es posible mantener firme una mesa en dos patas?

Es muy difícil, muy complicado. Porque el Estado es el stakeholders número uno. Tiene que cumplir y decir la música que se va a tocar, le guste o no a las empresas. Es aquel que pone las pautas y pone en orden a todos.

¿Qué le diría a los candidatos que postulan para gobernar durante el próximo quinquenio?

Primeramente el Estado tiene que estar presente y marcar la pauta. Si deciden que los asuntos deben tratarse de determinada manera debe ser así pero con convicción y con fundamento.

¿Por ejemplo en el caso de Las Bambas como ha visto la presencia del Estado?

El conflicto se veía venir al acabarse la etapa de construcción. Había mucha gente que se estaba quedando sin trabajo y sin opciones porque no hay otros proyectos.

Lo que me comentaron hace tres años cuando Conga paró, es que se fueron en grupos hacia Las Bambas y ahora esa gente se quedó sin trabajo y esta vez no tiene un proyecto a dónde ir. Hablo de las pequeñas y medianas empresas que cuentan con algunos equipos o un camión.

¿A dónde vamos? Fue la interrogante y surgió el malestar. Hubo otras voces que quizá han dicho el que no llora no mama.

¿Considera que el problema ha sido generado por una organización antiminera o es aprovechado?

Es aprovechado. Ya había el malestar.

Imagino que hay unas 5 mil personas que han quedado sin trabajo y sin opción de conseguir otro trabajo similar.

¿Son los proveedores quienes reclaman o las comunidades?

Es que a todos les cayó la reducción. Por ejemplo, una abogada a quien conozco, fue despedida hace seis meses porque sus servicios ya no eran necesarios al acabarse la etapa de construcción. Ella alquilaba un cuarto a alguien de la localidad, además gastaba en taxi y en comida. Todos esos gastos ya no los hace porque tuvo que retornar a Lima. Como ella, muchos. Así la economía del lugar se ha visto alterada.

Aquello no pudo verse en Conga porque la gente se enganchaba en otro proyecto y la mayoría fue a Las Bambas.

¿Y la queja por el Estudio de Impacto Ambiental (EIA)?

Es un pretexto. Cómo puede contaminar una planta cuando ya se sabe de todos los recaudos.

Estoy segura que la gente no sabe que es un EIA ni que es una  modificación pero tienen que decir algo.

¿Hubo un error en no participar a la comunidad sobre la modificatoria del EIA?

Lo que yo sé por el Consejo de Minería, es que todo lo están judicializando. Desde el punto de vista técnico no es nada trascendental.

¿Cuál sería la solución para Las Bambas?

El problema es igual que en Cajamarca.  Aunque mi respuesta suene horrible, es: más minería.

¿Qué necesita Apurímac o Cajamarca? En el corto plazo, para transformar a las comunidades más pobres se necesita más minería. ¿Qué otra actividad económica se puede hacer con similar rentabilidad? ¿Turismo? ¿A 4 mil metros de altura? Eso solo en Cusco, por la variedad de restos arqueológicos que tiene y que son de gran atractivo.