En el 2007 se conformó la asociación Empresarios por la Educación (ExE) como una síntesis de los esfuerzos de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), por sacar de la crisis en que se encontraba la educación en el país, evaluada en el 2004 al interior del Acuerdo Nacional. Los resultados son alentadores, al final del 2010, unos 40.000 maestros tienen mayores destrezas para su labor educativa.

Karine Gruslin

Karine Gruslin

Una suerte de cadenas de voluntariados desde las empresas socias, guiadas por Empresarios por la Educación lograron generar mayor impacto pedagógico en menos tiempo. Ellos suscribieron un compromiso voluntario de apoyo para mejorar la educación con conocimiento, gestión y recursos.

La gerente general de Empresarios por la Educación, Karine Gruslin, explica a ProActivo los impactos positivos en la educación de niños en diferentes regiones del país, con la intervención de esta entidad. “Ser socios es entregar su tiempo con sus experiencias y recursos, para dar movilidad al programa que estamos impulsando y a la institución. Es ayudar a difundir el trabajo por la educación, si queremos mantener el desarrollo del país”.

Se trata de un trabajo en equipo y además de los socios cuenta con aliados estratégicos como la Universidad Cayetano Heredia con su Centro Andino, USAID, la Fundación Los Andes de Cajamarca, IPAE, los Gobiernos Regionales y Locales; así como el Ministerio de Educación.

En pocas palabras lo que hace ExE

Articula iniciativas en torno a la educación, ya sea entre las empresas que quieran trabajar por este servicio básico, en una misma región; como ocurre entre las empresa mineras; o entre empresas como Microsft con el gobierno sea Nacional, Regional o Local.

Además, la entidad cuenta con un portafolio de programas que garantizan su éxito. Hasta la fecha tiene tres grandes programas y avanza a pasos agigantados. “Leer para crecer” -un modelo creado hace 6 años entre USAID y Centro Andino-, “Inclusión Digital”, y “Red Integral para Escuelas”.

El programa más grande y que dispara un efecto multiplicador es “Inclusión digital” mediante el cual ya se ha capacitado a 32.000 docentes y a fines del año se superará a los 40.000 en el país. Gruslin afirma que el reto es llegar a los 77.000.

“Hicimos una evaluación que por ejemplo nos permite saber, cuántas escuelas hay en Lambayeque y cuántos docentes podrían ser capacitados. Es decir, que cuenten con electricidad en su localidad para aplicar lo aprendido”, explicó.

La innovación surge como espuma y la empresaria explica emocionada los casos de maestros que han hecho convenios con dueños de cabinas de internet en su zona. Como resultado, los lugares se convierten en una suerte de transitorios laboratorios informáticos y aulas con modernas herramientas.

“Cuando se le enseña el Word al maestro, se hace desde lo más básico aplicándolo directamente en su labor pedagógica, usando una serie de software gratuitos que hay en la web. Ellos los usan rápidamente y relatan que los niños aprenden muy rápido con estas herramientas”, agregó.

Sobre el tema, Gruslin recordó que en Tacna una docente usaba tres software educativos que aprendió con ExE, con los cuales había hecho su clase sobre el sistema solar. Hizo rompecabezas, pupiletras y además, su evaluación escolar. Pero además el trabajo era fruto de la sinergia con otro maestro, “lo mejor es que tenía el nombre de otro profesor y le digo, profesora esto no lo hizo usted. Me explicó: lo que pasa es que como no tenemos mucho tiempo para usar la computadora, compartimos contenidos y hacemos programas que se complementan”.

El programa incluye la constatación, mediante encuestas, del uso de la tecnología de parte de los profesores, los cual proporcionado indicadores de medición. “Los maestros gozan de lo aprendido, por ejemplo, se le pide al docente que entregue las notas de manera digital; y en zonas rurales tenía que pagar a alguien por falta de conocimiento del Excel”, anotó la gestora.

“El 83% de los maestros consideran que han mejorado muchísimo. Tenemos una primera evaluación de los costos y los cronogramas de cómo vamos implementándolo. Todos los programas tienen voluntariado y en una plataforma virtual se enlaza el voluntario con el profesor, para acceder a las consultas”, continuó.

Un programa ganador

En el área de Gestión Pedagógica ExE impulsa dos programas: “Escuelas Exitosas” de IPAE y “Leer para Crecer”, que es un modelo de enseñanza desarrollado por la Universidad Cayetano Heredia con su Centro Andino y USAID y que ha sido auditado por determinado tiempo en su efectividad y uso.

“Leer para Crecer” es un programa ganador, que costó 15 millones de dólares en su implementación durante seis años y se desarrolló en paralelo en Ecuador, Perú y Bolivia. Tiene un enfoque integral porque trabaja alrededor de todos los actores próximos a los niños y por lo tanto a su aprendizaje. Desde el padre de familia, para integrarlo en la educación de sus hijos, apoyándolos -incluso si es analfabeto o quechua hablante- y frenar así la deserción escolar.

Está también el voluntariado empresarial vinculado al aprendizaje de los niños.

El coach

El programa tiene un capacitador formado por la Universidad Cayetano Heredia, quien acompaña literalmente a los docentes, durante un año, para que apliquen la nueva tecnología al escolar. Es un coach, con sesiones demostrativas y responde cualquier duda.

“Los maestros terminan muy motivados porque los niños aprenden y se les ha enseñado técnicas, trabajo en equipo, liderazgo y cómo formar a niños con diferentes habilidades”, detalla Gruslin.

Paola Robles Velarde, del equipo de ExE destaca que “Leer para crecer” cuenta con un estratégico componente de contextualización. “La temática social se toma como argumento transversal en toda la capacitación. Por ejemplo, en el caso de violencia familiar se busca cómo resolverlo, desde el docente los niños y los padres. Sucede igual con temas ambientales, entre otros”, indicó.

“Cuando empieza el programa se hace un análisis, una evaluación del contexto y a partir de ello se plantea el contenido transversal y se toca problemas en los que están envueltos los niños. Los voluntarios también están involucrados”.

La evaluación y monitoreo del programa es una constante en toda su ejecución, cuenta con línea base de entrada y de salida para medir los avances. Su eje es la lectoescritura pero trabaja en conjunto los otros temas para un enfoque integral en la educación del alumno.

Material educativo

Se entregan módulos de guías didácticas para docentes y libros para alumnos, también se proporciona pequeñas bibliotecas. “¡Es un programa espectacular!”, afirma con entusiasmo Gruslin y refiere que luego de las evaluaciones de las intervenciones son notorios los logros alcanzados. “Se puede ver cómo aumentan sus destrezas en seis meses de aplicación del programa”.

Inclusión Digital

“La idea no es reemplazar al Estado. En Inclusión Digital, el Ministerio de Educación asume la revisión del currículo, respaldan el programa y registran en su base datos a los docentes con un nivel de conocimientos y destrezas respecto a esta área”, anota Elmer Galván, miembro de ExE, tras explicar que los gobiernos regionales y locales ya adoptan estas metodologías. Por ejemplo, el Gobierno Regional de Cusco replicó la experiencia, con fondos propios.

El valor agregado de los empresarios

ExE apoya a mejorar la educación en el país con una visión desde la empresa. “Trabajamos para la educación pero compartimos la misma visión empresa. En la que existe una etapa de investigación, procesamiento de información, ejecución y ajustar lo que no funciona para seguir trabajando”, anotó.

Otro valor agregado de ExE es el relacionamiento mediante el voluntariado, entendiéndolo como trabajo de los integrantes de las empresas que deciden dar de su tiempo para apoyar a una causa o programa. La gerenta de ExE aseguró que “los resultados son espectaculares porque es un tema de doble vía”.