Las principales mineras que operan en el país multiplican esfuerzos para cumplir y adaptar sus operaciones a los requerimientos de salud ocupacional previstos en el nuevo reglamento de la materia. Así lo informaron durante la primera Mesa Redonda “Análisis de experiencias de aplicación de los aspectos de Salud Ocupacional del DS N° 055-2010-EM en las empresas mineras”, durante el V Seminario Internacional de Salud Ocupacional en Operaciones Mineras.

En el caso de Antamina, Horacio Reeves aclaró que las normas son buenas en el papel pero es diferente al aplicarlas.

Reconoció que para el control de riesgos de los agentes físicos, químicos y biológicos -cuando exceden los límites permisibles- las empresas se esfuerzan en invertir, pero falta un sistema de gestión de involucramiento real de las gerencias.

Sobre la norma lamentó que sólo observa el monitoreo sin detallar los procedimientos y sus guías. Por ejemplo para evaluar las vibraciones y el ruido la empresa no sabe qué hacer para tomar un valor representativo.

“La vibración es uno de los agentes físicos relevantes para el futuro de la industria minera, debido al fuerte impacto que tiene en los trabajadores, pues genera enfermedades crónicas que son objeto de mucho descanso médico y de incapacidad temporal”, advirtió.

Refirió que existe un vacío legal ante el reclamo de los trabajadores que adquieren enfermedades por dicho factor y que algo similar ocurre en el control de riesgos y monitoreo de ciertos agentes biológicos como el polvo, que carece de límites máximos permisibles.

También observó la dificultad para repetir sucesivamente los exámenes médicos de ascenso a altura, con trabajadores que viven por debajo de los 1.500 metros.

En Barrick, Raúl Gomero recordó que en el 2006 desarrollaron su sistema de gestión de salud ocupacional, en el 2007 el monitoreo de agentes biológicos y este año los actualiza.

Anotó la importancia del uso de los equipos de protección personal por lo que están ajustando los respiradores y el control de ingeniería.

Asimismo reconoció que mejoraron los exámenes médicos ocupacionales, al dejar de lado el concurso de los proveedores médicos, que hacían chequeos carentes del factor ocupacional.

En tal sentido, informó que desde el 2008 desarrollan un check list orientado a la gestión de un establecimiento de salud, que les permitió del 2006 al 2008, repetir más del 50 por ciento de los exámenes médicos deficientes.

Recordó que en el 2006 incluyeron en la concesión de descanso médico a los trabajadores de contratistas, medidas concordantes con la norma.

Por Buenaventura, Luis Hurtado mencionó que su empresa, bajo el DS 055, desarrolló el examen médico de reubicación y de reingreso, adicionales a los de ingreso, al periódico y al de retiro.

Asimismo, calificó crítica, la falta de especialistas médicos en la materia. “En el país no pasan de 13 los expertos en este campo”, sostuvo.

Enfatizó que las maestrías y diplomados, no son suficientes y se requiere que las universidades formen profesionales en este campo, “porque los proveedores médicos no son expertos en salud ocupacional, no hacen bien los exámenes, desconocen los riesgos a los que está expuesto el minero, y las implicancias legales y económicas que ello conlleva”.

Comentó que la ley pide almacenar los exámenes por 40 años y que teniendo Buenaventura casi 60 años, tiene un problema, pues mucha de esa información, hecha en papel, lapicero y placas radiográficas, se perdió por el deterioro propio de los años y que por esta falencia en una de sus unidades más antiguas, tuvieron demandas judiciales de trabajadores que perdieron, con el consecuente gasto económico.

“Para resolver este problema, implementamos 45 programas informáticos, que nos costó 100 mil dólares, y ahora los exámenes de nuestro personal están digitalizados, tanto los documentos escritos como las radiografías, lo que sirve para negociar con las aseguradoras”, ponderó.

De otro lado, cuestionó que se fije como contraindicación absoluta para subir a gran altura el embarazo, por lo que las gestantes temporalmente tienen que ser reubicadas en las oficinas de Lima. “Muchas trabajadoras no están cómodas con esta norma, porque embarazarse se convierte en un problema, pues las contratistas a veces prescinden de sus servicios. Debería rectificarse”, sugirió.

Subrayó también, que la normativa, al introducir cambios en el sistema de ambulancias, los obligó a comprar nuevas unidades, con un costo de casi un cuarto de millón de dólares.

Por la compañía Rímac Seguros, José Castello, dio cuenta que las aseguradoras en minería trabajan en análisis de riesgo, cumplimiento normativo, controles de trabajo, de enfermedad profesional y manejo integral de emergencias.

Consideró que la mayoría de problemas en salud ocupacional, siempre se dan por una gestión inadecuada e inciden entre el personal operativo.

Aludió que Perú tiene uno de los más altos índices de accidentes en minería, en Sudamérica y que debe superarse este problema con las normas en discusión.

Finalmente, consideró que ante la amplitud de los servicios de salud ocupacional, es necesario definir o esquematizar un modelo de servicios para las empresas, entre ellas las mineras.