Foto: Andina

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ENTREVISTA Juan Fernández Dávila, presidente de Termochilca

Producto de las intervenciones del Estado en el mercado eléctrico, que han implicado 45 cargos a la tarifa de transmisión, hay 40 concesiones eléctricas, sin subsidios, que no avanzan.

El mercado eléctrico está a punto detener cambios, como lo anunció el ministro de Energía y Minas. Gonzalo Tamayo. El presidente de Termochilca considera que hay tres factores que están distorsionando el mercado eléctrico, que este Gobierno debe resolver: el esquema de costos marginales idealizados, el esquema de ingresos garantizados que se cargan en la tarifa eléctrica, y el Gasoducto Sur Peruano (GSP).

Cuando Termochilca empezó a invertir en el Perú, en el 2008. había determinadas reglas de juego. ¿Han cambíando estas?
Cuando empezamos a invertir, la única distorsión que había en el mercado eran los costos marginales idealizados, que evitaban que los costos marginales subieran excesivamente para los usuarios finales, considerando los problemas de transmisión y del gasoducto de Camisea. El problema es que ese sistema se  institucionalizó y no parece tener término.

¿Cuáles eran las condiciones para invertir entonces?

No obstante esos costos marginales idealizados, las condiciones eran favorables para todos, no había discriminación y una empresa podía participar fuera con un proyecto térmico, hidroeléctrico o cólico. La competencia era el precio (más bajo de generación).

Luego, en el 2010 (en el Gobierno de Alan García), se decidió garantizarles el ingreso, de USS 60 por megavatio/hora (MW/h) a grandes hidroeléctricas, cuando a nosotros (las térmicas en general) nos costaba USS 40 por MW/h.

¿Considera que hubo necesidad de adoptar esa medida?

No, porque para entonces, todo el mercado regulado (clientes a quienes Osinergmin fija la tarifa eléctrica) con la última licitación que se hizo en el 2010, tenía el suministro de electricidad contratado (y asegurado)al 100%.

¿Qué otros factores influyan en asa distorsión?

Hay 45 cargos distintos que (en el Gobierno de Ollanta Humala) se han cargado al peaje de transmisión (que es parte de la tarifa eléctrica) que incluyen a generación con plantas eólicas, solares, biomasa y pequeñas hidroeléctricas, y final mente el
GSP. más las térmicas del Nodo Energético del Sur que se abastecerán de ese gasoducto, cuando el concepto inicial de ese peaje era pagar una anualidad solo por líneas de transmisión.

Tarifas altas

En la práctica, a pesar de que hay sobre oferta de generación que ha llevado a bajar los precios en al marcado libra, las tarifas eléctricas cada vez son más altas. ¿Cómo afecta esta distorsión a las inversiones que no reciban estos ingresos garantizados? Quienes se benefician de las bajas en los precios de la generación eléctrica (en el mercado no regulado), donde llegan a USS 30 por MW/h. son los clientes libres, es decir los industriales y las empresas mineras. En consecuencia, todos (los clientes libres) están incumpliendo contratos con las empresas eléctricas, y el tema se está judicializando.

¿Cuál es la situación de los proyectos de generación térmica a gas en el país (que no reciben ingresos garantizados)?

Todos los proyectos que se pueden hacer con gas están parados, incluyendo nuestro proyecto Surpay, y entiendo que un proyecto de Enersur, de400 M W. así como otro de Endesa, en Curibamba (Junín), así como el de Celepsa, en Atocongo. y otro en Lurín, están parados.

¿Cuál es la situación da las concesiones de generación?

Adicionalmente a los proyectos antes citados, debe haber más de 40 concesiones que no avanzan porque no hay demanda, todo esto a consecuencia de estas intervenciones que han venido desde el Estado.

¿Cuáles son los resultados de esta distorsión para los usuarios finales?

El resultado es que el cliente final termina pagando una tarifa que es de USS 60 por MW/h, frente a USS 40, como es el precio que tuvo, por ejemplo, la licitación de Termochilca. Entonces, no se entiende la lógica que tuvo el privilegiar hidroeléctricas, cuando la forma más barata de expandir el sistema era que las térmicas a gas se conviertan a ciclo combinado con el gas de Camisea.

El ministro Tamayo ha señalado que este Gobierno no va a seguir aplicando el esquema de ingresos garantizados que se recargan en la tarifa eléctrica y la elevan para subsidiar nuevos proyectos, pues reconoce esto ha distorsionado el mercado. ¿Cree que es posible cambiar ese esquema?

Las declaraciones que se han dado de no permitir más proyectos con ingresos garantizados y de no aceptar cambios en la cláusula anticorrupción del Gasoducto Sur Peruano (GSP) son decisiones correctas. Es una medida promercado, antimonopolio. El Gobierno. en poco tiempo, está dando señales para superar las distorsiones, pero es un proceso largo que va a tener dificultades.

¿Qué se debe empezar a hacer para eliminar estas distorsionas?

La regla es que no ha ya ingresos garantizados, sino que los empresarios asuman sus costos, que el Estado no les garantice nada; además, que el empresario decida dónde se localizan sus inversiones, sea en Lima o el interior del país.

Ahora, el Gobierno ha dicho que en futuras licitaciones la inversión ya no se cargará a las tarifas. ¿Eso no es suficiente?

Pero hay una ley vigente, la Ley de Desconcentración del Sector Eléctrico, que establece que las generadoras en el interior tienen que operar con el m ismo precio que operan en Chilca (sur de Lima), es decir con el mismo precio del gas de Camisea; es decir, que la diferencia (por el mayor precio de transporte de gas que tendrá el GSP) se paga vía el peaje de transmisión (lo que implica una tarifa final mayor).

¿Quiere decir que se tendría que cambiar esa ley?

Sí, pero aún no se ve una intención de cambiarla. Por otro lado, este Gobierno está anunciando que van a licitar nuevas plantas con energías eléctricas renovables no convencionales (RER) y va a decidir dónde se van a ubicar.

¿Cree que la exportación de electricidad a Chile puede resolver el tema del exceso de capacidad de generación que hay en el país, y la falta de demanda en el sur? Soy escéptico respecto a los sistemas ele interconexión. Chile y Argentina desarrollaron en los 90 una interconexión energética, se construyeron 5 gasoductos del sector privado sin garantías del Estado, más una línea de transmisión, y de un día para otro el Gobierno argentino decidió no continuar exportando.

¿Cuál es la situación de la oferta en Chile?

En Chile se invirtió mucho dinero en generación en ciclo combinado. Hoy se concesionaron 2,000 MW en renovables y llegará a 6,000 MW. Soy escéptico en la exportación (de Perú a Chile), es probable que haya interconexiones, pero creo que será en términos spot, no creo que sea en contratos de largo plazo.

Planta de Termochilca sale en marzo del 2018

La ampliación de la planta de Termochilca, que construye esa empresa al sur de Lima, de forma que amplíe su capacidad de
producción, de 200 MW actualmente, hasta 300 MW, estará concluida y deberá entrar en opera ción en marzo del 2018, estimó Juan Fernández Dávila, presidente de la citada compañía.

Explicó que la ampliación consiste en que dicha planta pase de su tecnología de ciclo abierto a otra más avanzada de ciclo combinado, que permite aprovechar el gas que hoy se desecha en el proceso productivo, para producir más energía.

Señaló que de esta forma, la inversión en la actual planta, que ha ascendido a USS 200 millones, se elevará a USS 300 millones con esta ampliación a ciclo combinado.

Explicó que en el financiamiento de este proyecto de ampliación, además de Scotiabank, participan el Banco de Crédito del Perú, la Corporación Andina de Fomento (CAF) más Cofide.

“El proyecto tiene posibilidad de expansión a una planta gemela, es decir, podría llegar a tener 600 MW, pero hoy considerando el mercado no es realista tomar esa decisión”, anotó

Explicó que la inversión en la actual planta aún no se recupera. En general , dijo, toma diez años en recuperarse una inversión de este tipo.

Fuente: Gestión