Miguel Palomino (IPE), Carlos Galvez (IDEM) y Piero Ortiz (IPE)

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La actividad minera en el Perú tiene un impresionante efecto multiplicador en el desarrollo económico nacional, todo lo cual conlleva progreso y bienestar para el país, destaca el Libro “El valor agregado de la minería en el Perú”, elaborado  por el Instituto Peruano de Economía (IPE) con el apoyo del Instituto de Estudios Energéticos Mineros (IDEM).

“A través de una mayor generación de empleo, impuestos, exportaciones y valor agregado, la minería sigue siendo un motor productivo fundamental para nuestro  país”, remarca la publicación en sus conclusiones.

 La fuente agrega que Independientemente de su importante aporte al financiamiento fiscal, el encadenamiento que genera la minería con otros sectores de la economía, hace de ella un componente vital en el desarrollo nacional.

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El libro alude a la Tabla Insumo Producto 2012 (TIP 2012) del INEI, en la que se calcula algunos efectos beneficiosos que tiene la minería, entre ellos: S/1,000 extra de exportaciones mineras generarían en promedio, S/1,200 adicionales de PBI nacional; por cada puesto de trabajo directo crea adicionalmente 6.25 empleos en el resto de la economía; y S/1,000 extra de exportaciones mineras generarían entre S/272 y S/282 de ingresos adicionales para el gobierno.

 La obra subraya que subsiste dos erróneas impresiones sobre la minería: Por un lado de que las actividades productivas iniciales de transformación del mineral (exploración, explotación y concentración) son poco valiosas; y que las actividades posteriores del proceso (fundición y refinación) son las que generan mayor valor agregado. “El valor agregado de producción de las actividades de exploración, explotación y concentración es 70%”, señala, frente al valor agregado de los procesos de fundición y refinación, que es sustancialmente menor.

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  “De acuerdo con empresas productoras y refinadoras, en el caso del cobre, el precio del concentrado representa el 90.6% del precio final del metal refinado; y para el estaño el 81.9%. Tomando en cuenta además, el costo de transformación del mineral, queda claro que la contribución al valor de los procesos de transformación posteriores en ambos minerales, es relativamente baja comparada con la contribución de los procesos primarios de exploración, explotación y concentrado”, detalla la publicación.