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Visitar el pueblo de Servilleta, en el distrito de Suyo, provincia de Ayabaca, es una tarea peligrosa, pues no solo hay que sortear el abrupto camino, apenas afirmado, sino también a los lugareños, quienes no pueden ocultar la tensión que les causa ver a desconocidos merodeando por sus tierras.

Para la policía, la aparente falta de hospitalidad en esta parte de la sierra piurana -muy cerca de la frontera con Ecuador- obedece a las organizaciones criminales que sobreviven gracias a la minería ilegal e informal. Hace una década, Servilleta y otros pueblos aledaños sucumbieron en la depredación indiscriminada de los suelos y a la violencia que rodea la extracción ilegal del oro.

INTERDICCIÓN. A pesar de las múltiples interdicciones que ha realizado la Policía Nacional en dicho distrito, los mineros ilegales retornan a la zona para continuar extrayendo oro. De acuerdo al jefe de la Región Policial de Piura, general PNP Luis Bisso Pun, este tipo de actividades son financiadas por organizaciones criminales dedicadas al lavado de activos y el narcotráfico.

“La minería ilegal lleva a una serie de delitos como lavado de activos, sicariato, trata de personas. En las interdicciones se destruye, pero (los mineros) regresan porque son grandes cantidades de dinero que se mueven por el lavado de activos y el narcotráfico. Vamos a continuar golpeando en esa zona”, indicó Bisso Pun.

Precisamente, durante la última interdicción realizada en Servilleta, se detectó que una organización integrada por peruanos, ecuatorianos y bolivianos financiaba el material que utilizaban los mineros ilegales en sus actividades diarias.

En dicha operación se destruyeron 18 campamentos mineros ilegales, se decomisó bienes valorizados en S/ 2.7 millones, y se intervino a 21 personas.

AL LÍMITE. Un minero que extrae oro ilegalmente en Servilleta, quien prefirió no ser identificado por temor a represalias, contó a Diario Correo que muchos campesinos cambiaron la agricultura por la minería porque resultó ser un negocio más rentable. Sin embargo, también pasaron a ser víctimas de extorsión.

“A ellos (organizaciones criminales) solo los controlas pagándoles. Les doy casi S/ 3,000 mensuales (a la banda) para que me dejen trabajar. Si se enteran que extraes más, te cobran más, y si no pagas, te matan. Sabemos que (los líderes) son del otro lado (Ecuador), pero no los conocemos”, mencionó.

Extorsionar a una persona en esta zona fronteriza se ha convertido en una actividad cotidiana debido a la poca vigilancia. Esta vulnerabilidad se ejemplifica en el puente internacional que une Suyo (Perú) con su similar en Macará (Ecuador). Del lado peruano cualquiera puede transitar y cruzar sin control alguno, mientras que del lado ecuatoriano pocas son las veces en que se realiza control de identidad.

INSEGURIDAD.La comisaría de Suyo no cuenta con suficiente personal para controlar la zona fronteriza. Solo tiene 18 policías, 2 camionetas y 2 motocicletas para realizar patrullaje. Además, tiene comunicación por radio, pero es deficiente.

 El alcalde distrital de Suyo, Jorge Huanca, admitió la grave inseguridad que afrontan, pero dijo estar atado de manos para combatirla.

“Nosotros intervenimos eventualmente, pero es insuficiente. Tampoco tenemos mucho presupuesto para contratar más serenos que apoye a la Policía. Además, el pueblo sobrevive de minería y sería ganarse problemas”, indicó Huanca.

Para los pocos policías peruanos que viven allí, la inseguridad en esta zona ha contribuido a que, en los últimos cinco años, el número de asesinatos vinculados al tráfico de oro haya sumado 33 casos, sin que ninguno haya sido resuelto.

A ello se suma que el distrito ha sido tomado por el narcotráfico desde hace varios años. Ellos utilizan trochas carrozables de la zona para transportar droga a Ecuador.

Según información policial de la División de Operaciones Especiales Antidrogas Norte (Divoea-Norte), los narcos ahora usan Suyo y Las Lomas para transportar la droga.

“(Los narcos) ya no solo se desplazan por Aragoto, Ayabaca o Huancabamba, ahora se reinventan. Una de las rutas más comunes parte desde Suyo y Alamor, lado peruano, hacia Zapotillo, lado ecuatoriano”, dijo el jefe de Divoea-Norte, coronel PNP Beltrán Córdova López.

La principal deficiencia que tiene la División Antidrogas es la falta de policías: solo tienen 52 efectivos para combatir el narcotráfico en todo el norte del país. A esas carencias de personal se suman las logísticas: solo tienen dos camionetas con cinco galones de gasolina diarios, y un local compartido con otras dependencias de la policía en Piura.

CONTAMINACIÓN. Para la titular de la Fiscalía Especializada de Medio Ambiente de Piura, Silvia Rumiche Rochabrún, las interdicciones en la región deben realizarse de manera coordinada y continua, pero para ello necesitan que la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de Piura entregue la información a tiempo.

“La DREM debe entregar la información de ubicación exacta de los (mineros) ilegales y la Policía debe apoyarlos con el plan táctico y estratégico de operaciones”, mencionó.

De acuerdo a Silvia Rumiche, a la fecha no existe ningún trámite de interdicción pendiente ni tampoco un requerimiento de interdicción solicitado por la DREM.

“Ahora nos encontramos en proceso de recolección de información sobre minería ilegal en Huancabamba. Hemos participado en reuniones con funcionarios de la DREM para cruzar información importante”, finalizó la fiscal.

 

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