El manejo de la crisis siempre ha sido la clave para el éxito o el fracaso de empresas, instituciones y hasta partidos políticos. James Meszaros, vicepresidente de Asuntos Públicos Internacionales de Weber Shandwick estuvo en Lima invitado por el Tercer Congreso de Relaciones Públicas y Encuentro Latinoamericano (IPRA).

Meszaros refirió que en la actual era de la globalización, entre los cambios que se producen está la falta de confianza que empezó con las entidades gubernamentales y le siguieron grandes empresas e instituciones financieras.

Explicó que ello se debe a la crisis económica cuya responsabilidad recayó en el comportamiento de las grandes empresas y los grandes bancos, que ocasionaron el colapso financiero en Norteamérica y que ahora empieza a vivir Europa.

El experto señaló que la desconfianza, combinada con otros factores, dio mayor poder a la clase media, “hay más gente con dinero, vemos ONGs y organizaciones de la sociedad civil y guardianes de los negocios y reguladores que tienen cada vez más poder, mejor financiamiento y están mejor relacionados. Saben cómo trabajar unos con otros”.

Dicha situación, puede notarse en los temas ambientales y laborales, así como de derechos humanos, anotó.

En tal sentido, cuando actúan de manera conjunta con herramientas para comunicarse e informar inmediatamente, son más poderosos.

El futuro

La tendencia es que en la era de los wikileaks, los ciudadanos estarán más preocupados de la sostenibilidad de sus vidas y la mejora de las mismas, debido a que gozan de rapidez en las informaciones mediante la internet.

Por otro lado, las empresas administrarán mejor sus políticas y programas de responsabilidad corporativa y de relaciones públicas como parte de su programa de comunicación.

Muchas ya cuentan con programas de responsabilidad corporativa a nivel regional y son cada vez menos las que trabajan solas para construir, por ejemplo, una escuela o una posta médica, pues procuran desarrollar programas más integrados, en alianzas con ONG’s, la sociedad civil e instituciones multilaterales y gobiernos en sus distintos niveles.

Meszaros explicó que ello ocurre porque este tipo de programas son los que tendrán mayor impacto cuando se enfrenten a una crisis.

Señaló que en el pasado se veía que la empresa tenía dos grupos de personas que asumían el liderazgo y respondían en casos de crisis: los asesores legales, para orientar sobre la información que podían liberar; y los de relaciones públicas que desarrollaban estrategias y tácticas para comunicar.

De arriba hacia abajo

Sin embargo, dijo que ahora se alienta “desarrollar una cultura de arriba hacia abajo en toda la organización y la primera línea de comunicación tiene que ser interna”.

Subrayó la importancia de ganar reputación para restaurarse luego de una crisis. Es decir, no solo sobrevivirla sino cambiar de comportamiento luego de ocurrida, lo que involucra a los clientes, contratistas y obviamente a los empleados.