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Expertos peruanos usan inteligencia artificial para medir la pureza del oro

Para determinar la pureza de metales preciosos, el sistema actual utiliza químicos contaminantes. Un proceso robotizado creado en el Perú prescinde de estos aditivos, ofrece un análisis más preciso, emplea menor tiempo y eleva la productividad.

Un equipo de investigadores peruanos ha creado un sistema automatizado que optimiza el método manual que se usa para determinar el grado de pureza del oro y la plata extraídos de centros mineros.

“En la actualidad existen laboratorios que, mediante ensayos químicos al fuego, determinan los valores económicos de estos metales, pero esta práctica toma tiempo y es nociva para el trabajador y el medio ambiente. Hemos mejorado esos procesos usando inteligencia artificial”, explicó a El Comercio el ingeniero Javier Córdova Ortega, de la empresa J Ramón del Perú S.A.C.

Bajo el nombre de Mejora del Proceso de Acondicionamiento y Dosificación de Muestras de Minerales en Laboratorios Químicos, esta iniciativa tecnológica tiene el objetivo de mejorar procesos iniciales de determinación de la pureza del oro y la plata.

“Para ello hemos diseñado y fabricado un prototipo mecatrónico, que permite disminuir el tiempo de este trabajo en un 50 %. Además, reduce el costo del proceso y mitiga los riesgos para la salud del hombre, por manipulación directa de las muestras minerales”, señaló el ingeniero Córdova.

El proyecto fue cofinanciado entre la mencionada empresa y los recursos de Innóvate Perú Fidecom, del Ministerio de la Producción, los cuales son administrado por los Fondos para la Innovación, Ciencia y Tecnología (Fincyt).

Estudio objetivo

Los análisis químicos manuales -aseguró el especialista- pueden dar lugar a desvíos considerables de gramos y hasta una variación del valor comercial. “Es por ello que también se usan equipos de fluorescencia, espectrometría y densimetría, que buscan el grado de precisión que se alcanza con el análisis al fuego”, dijo.

El prototipo, que tiene la forma de una mesa circular de 2,50m de diámetro y un peso estimado de casi una tonelada, fue elaborado en simultáneo en las ciudades de Lima y Arequipa.

Se eligió la ciudad sureña porque cuenta con talleres especializados en mecánica y el aporte del doctor Dennis Barrios, experto en robótica e inteligencia artificial de la Universidad Católica San Pablo.

“Con la inteligencia artificial fueron reemplazadas las percepciones humanas, relacionadas al análisis del laboratorio, donde con la visión y el olfato se va determinando la pureza del metal. Esto quedó atrás y nuestro sistema toma esa decisión y su data se alimenta y mejora a medida que examina más trabajos”, explicó el especialista.

Este proceso trajo como resultado también la creación del sistema integral denominado Hat System, que interactúa con el sistema de automatización de procesos. “Esta es una primera etapa para la determinación de la pureza de los minerales. Estamos trabajando para proseguir y seguir optimizando los otros procesos”, indicó el ingeniero Córdova.

El equipo pretende lograr el objetivo de robotizar el análisis. “Todo creado con tecnología peruana. Solo haremos algunos ajustes para traerlo de Arequipa a Lima y exhibirlo”, aseguró.

Eliminación de agentes contaminantes

De acuerdo con los especialistas que desarrollaron la tecnología, la reducción en el tiempo de este proceso será de 1.700 horas a 430 horas. Ello permitirá realizar un mayor número de análisis y generara mayores ingresos a las empresas. Además, se dejara de depender de personal altamente especializado.

“La optimización de este proceso permitirá el acceso y la oportunidad a más personas a desempeñar dicho cargo, dado que los ensayos podrían ser aplicados directamente en la mina y ser operados por personal con menos experiencia en la especialidad, sin impactar en la confiabilidad de los resultados obtenidos del ensayo”, expresa el ingeniero Javier Córdova.

Todo este proceso asegura, además, la racionalización del uso del óxido de plomo como insumo de este trabajo, algo que perjudica al medio ambiente y a la salud de los profesionales o técnicos dedicados a esta actividad.

Fuente: El Comercio