MARTIN WOLF

El periodista económico del Financial Times responde esta pregunta: ¿cuáles son perspectivas de la economía china?

MARTIN WOLF

¿Cuáles son las perspectivas de la economía china? Pocas preguntas relacionadas con la economía pueden ser más importantes que ésta. Acabo de regresar del Foro de Desarrollo de China de este año en Beijing, que reúne a líderes empresariales y académicos occidentales con altos responsables políticos e intelectuales chinos, donde esa pregunta ocupó un lugar preeminente.

Fuera de China, el pesimismo ha crecido con respecto a la capacidad del coloso para sostener su rápido crecimiento. Los estudiosos del tema están prestando especial atención al exceso de capacidad, inversión y deuda. Comparto la opinión de que la transición a un crecimiento más lento y más equilibrado es un desafío extraordinariamente difícil, incluso para China.

Sin embargo, las apuestas en contra del éxito de los responsables políticos chinos han carecido de sentido. Cuando un caballo extraordinario se encuentra con un nuevo obstáculo, las apuestas deben favorecer al caballo. Pero incluso el mejor caballo puede caer.
Yang Weimin, un viceministro en el gobierno, planteó nuevas “directrices para la profundización de la reforma integral” del país en un documento de referencia invaluable. Esto señala varias condiciones nuevas.

En primer lugar, China es un país de ingresos medianos altos,con un producto bruto interno per cápita de US$6.700. Ahora está abordando la tarea rara vez exitosa de convertirse en una economía avanzada.

En segundo lugar, el entorno internacional es menos favorable de lo que solía ser, en parte debido a que las economías de altos ingresos están estructuralmente debilitadas y en parte debido a que la economía china se ha vuelto mucho más grande en relación a todas los demás.

EXCESO DE CAPACIDAD

En tercer lugar, la economía en sí ha cambiado. La tasa de crecimiento potencial se ha reducido al 7 u 8%, en parte debido a una disminución de la fuerza de trabajo; el exceso de capacidad es masivo, incluso para los estándares chinos; los riesgos financieros han aumentado, impulsados por el excesivo endeudamiento de las autoridades locales, las burbujas inmobiliarias y el crecimiento de la banca paralela; ahora más del 50% del país ha sido urbanizado, pero sus ciudades sufren una serie de males, incluyendo la contaminación.

Por último, el crecimiento y el uso intensivo de recursos naturales están llegando a sus límites, en particular con respecto al agua, que no es una mercancía directamente comercializable.

La “decisión sobre importantes asuntos relacionados con las reformas de profundización integrales”, que se acordó el pasado noviembre, es la respuesta. Es el modelo para la próxima ronda de reformas y propone, en particular, sustanciales reformas institucionales y políticas, incluyendo la transformación de un “gobierno imperativo y administrativo” a un “gobierno por la ley”.

El mercado desempeñaría un papel “decisivo” en la asignación de recursos. El gobierno, a su vez, sería responsable por “la regulación macroeconómica, la regulación del mercado, el servicio público, la administración social y la protección del medio ambiente”. Occidente reconocería todo eso.

Esto implica cambios en el papel de las empresas de propiedad estatal. También implica un cambio de listas positivas a listas negativas de lo que se les permite hacer a los nuevos participantes: en lugar de obtener aprobaciones, las empresas pueden hacer lo que no está prohibido. Esto podría ser algo revolucionario. También son importantes los cambios propuestos en el sistema de permisos de residencia, lo que debería permitir que 100 millones de migrantes se conviertan en residentes urbanos permanentes.

Para la mayoría de los extranjeros el lenguaje de las declaraciones oficiales es abrumador. Sin embargo, después de haber escuchado al ministro Li Keqiang y al viceprimer ministro Zhang Gaoli, me pareció que todo esto es convincente, al menos desde una perspectiva analítica. Ambos líderes reconocen claramente la necesidad de tomar decisiones firmes en respuesta a los desafíos que enfrentan.

El Comercio