Stiglitz-Ampudia

En un encuentro con estudiantes de la PUCP, el Premio Nobel de Economía 2001 consideró que los recursos naturales deben ayudar a reducir las brechas en los países.

Muy temprano y pese a ser un día feriado, los pasillos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) lucían llenos de jóvenes estudiantes, egresados, profesores, analistas…, todos expectantes ante la llegada de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001 que había anunciado su visita en esta casa de estudios.
Pasadas las 9:30 de la mañana, luciendo un semblante alegre y enfundado en un terno oscuro y camisa celeste, el economista estadounidense llegó hasta el auditorio –que para aquel momento ya lucía abarrotado–, y se confundió en un efusivo abrazo con el ministro de Educación, Jaime Saavedra, quien hizo las veces de maestro de ceremonias, y saludó con una amplia sonrisa a los presentes, que le dieron la bienvenida con sonoros aplausos.
Las palmas no solo provenían del auditorio, en el que estaban los más afortunados, sino también de la cafetería, en la que se habían apostados varias decenas de jóvenes estudiantes (de Economía, Derechos y otras especialidades) que seguían la intervención del Nobel  vía streaming.
Ya todos ubicados, el titular de Educación planteó el motivo del encuentro “Economía y desigualdad, tendencias y retos de las políticas públicas” y Stiglitz respondió brillante, como siempre.
El Nobel se refirió a la materia prima, y sin reparos dijo que el cobre, petróleo y demás recursos naturales son propiedad de los peruanos (y no de las empresas privadas), y su explotación debe colaborar en la reducción de las brechas sociales, es decir reducir la pobreza.
“La paradoja es que en los países con mayor cantidad de recursos naturales hay mayor inequidad”, disparó.
Interrogado por el ministro Saavedra sobre las políticas de inversión en educación que tomó el gobierno del presidente Ollanta Humala, el economista consideró que los países en desarrollo, como el Perú, tienen que implementar reformas no solo educativas.
“Hace falta reescribir las reglas bajo las que se rige el mercado actual”, sostuvo.
Recordó que luego de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. tomó una de las mayores decisiones de su historia: brindó la mejor educación posible a toda la población, absolutamente gratuita, “de modo que quienes tenían la capacidad de hacer un doctorado, eran apoyados por el Estado”.
Para el Nobel de Economía,  esta decisión del Gobierno de aquel entonces apuntaló todo el auge económico que hoy conocemos.
No obstante, cuestionó que el presidente Obama no tenga la resolución de emprender una reforma similar. “Se viene discutiendo desde hace años, pero parece que quedará en nada”, lamentó.
Joseph Stiglitz se mostró crítico sobre la forma de proceder de los gobiernos latinoamericanos y dijo que en los años de bonanza se han preocupado por muchas cosas menos por lo realmente importante: el capital humano.
Además, se dirigió a los docentes y padres de familia, a quienes pidió reflexionar sobre la opción vocacional de los jóvenes.
“Nuestros mejores alumnos optan por la carrera de Finanzas solo porque paga bien, me pregunto si es la forma correcta de usar el talento que tenemos”, indicó.
Gael Giraud, de la Agencia Francesa para el Desarrollo, también se refirió al tema educativo y dijo que la educación es competencia del Estado.
“Los privados pueden intervenir, pero el principal responsable siempre será el Gobierno”, agregó y dijo que si se quiere invertir en educación el primer foco tiene que ser la formación primaria.
Fueron dos horas en los que los asistentes se nutrieron de una de las mentes más brillantes del mundo, los estudiantes en todo momento tomaban apuntes, grababan las intervenciones del Nobel y manifestaban su agrado por sus opiniones.
“En cuatro años de carrera, ningún maestro me había hablado tan claro sobre la realidad”, dijo un estudiante a la salida del seminario.
Stiglitz se retiró tal como llegó, con una sonrisa de oreja a oreja y entre aplausos que parecían interminables.

Perú, el segundo país en AL que más redujo la pobreza extrema

Kaushik Basu, primer vicepresidente del Banco Mundial, destacó que el Perú es el segundo país en la región que más redujo su pobreza extrema, solo por debajo de Bolivia y superando a las economías más importantes de América Latina, como lo son Brasil y Chile.
“Antes se decía que para salir adelante las personas debían trabajar duro, pero esto no es suficiente, hace falta que los gobiernos emprendan verdaderas reformas”, señaló.
Agregó que en los últimos 20 años, en América Latina la pobreza se redujo de 18% a 6% lo cual es un gran indicador, sin embargo, en Asia y sobre todo en China la pobreza se redujo de 60% a 4% mediante la fuerza de la industria.
La República