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Proceso de legalización inició hace dos años con 200.000 ilegales. PCM sostiene que los mineros no han demostrado voluntad

De los 200.000 mineros ilegales que, según estimaciones del Gobierno, operan en el Perú, menos del 1% logró formalizarse por completo el pasado 19 de abril, último día de un proceso que inició hace dos años.

Según las leyes publicadas entre 2012 y 2013, aquel sábado los mineros artesanales no solo debieron presentar la Declaración de Compromiso —el primer paso—, sino todos los requisitos restantes, como el contrato de explotación sobre la concesión minera, la acreditación para el uso del terreno y la presentación del Instrumento de Gestión Ambiental Correctivo (IGAC).

Ese objetivo estuvo lejos de ser completado. El Comercio recogió las cifras de extractores formales en diez direcciones regionales de Energía y Minas —de las regiones donde más se lleva a cabo esta actividad— y halló que menos de 2.000 operadores consiguieron la autorización final.

DE NORTE A SUR

En Piura, ningún pequeño minero obtuvo la aprobación. En Cajamarca, si bien hay nueve empresas formales de la pequeña minería y minería artesanal, ellas no obtuvieron sus resoluciones en este proceso de formalización, sino en el 2010, de la manera tradicional.
En La Libertad, no hay extractores formales. Sin embargo, 50.721 mineros artesanales tienen sus Declaraciones de Compromisos, es decir, entraron a la Etapa de Saneamiento que inició el 20 de abril.

Solo Ica y Puno tuvieron buenos resultados. En la primera, 14 unidades mineras (constituidas por una o más personas) cumplieron todos los requisitos y en la segunda solo 10. Ambas regiones reunirían a los únicos 2.000 mineros formales citados párrafos arriba.
En Pasco, Huancavelica, Arequipa, Madre de Dios y Junín no hay mineros formalizados.

PROCESO DE SANEAMIENTO

Pese a que las leyes indican que el 19 de abril debían completarse todos los pasos del proceso, Daniel Urresti, alto comisionado para la Formalización de la Minería de la PCM, explica que ese día iniciaba recién la segunda parte de todo el proceso, con 70.000 declaraciones de compromiso otorgadas que entraron a la etapa de saneamiento.
“No sé porque a la primera etapa le pusieron Etapa de Formalización. Tal vez lo que debieron ponerle es otro nombre, como etapa inicial, o de registro. La segunda etapa es la de saneamiento, donde se debe consolidar la formalización con aquellos que se inscribieron”, anotó.

Especialistas y autoridades coinciden en que la Etapa de Saneamiento sería en realidad una interpretación más flexible de los plazos del proceso de formalización. Pero lo que es confirmado es que esta nueva etapa está llena de complejidades.

“Hemos detectado dos problemas. Primero, la titularidad de los terrenos superficiales: el minero debe conciliar con el dueño del terreno, y a veces el dueño no tiene títulos de propiedad. Segundo, la superposición de las concesiones. Hay concesiones mineras sobre otras agrícolas, por ejemplo. No hay organismo en el Estado que tenga las competencias para poder decidir cuál prima”, sostiene Urresti, quien agrega que muchos mineros no han demostrado un deseo de formalizarse, pese a que muchas normas difíciles se simplificaron.

El Comercio