Foto: PEMEX.COM

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A Petróleos Mexicanos (Pemex) le ha llegado el momento de ceder. La petrolera mexicana pondrá en el mercado algunos de sus activos para financiar proyectos que la modernicen y la ayuden a superar la crisis en la que está sumergida. El primer plan es la reconfiguración de tres refinerías para aumentar y mejorar la calidad de la producción de los combustibles. La reestructura costará 23.000 millones de dólares y la inversión será pública y privada.

Pemex vive ahora uno de sus peores años con pérdidas que superan los 20.000 millones de dólares, sumado al imparable declive de su producción. Además, durante 2015 el Estado ha recortado su presupuesto en 4.170 millones de dólares, mientras continúa imponiéndole una carga fiscal del 70%. La compañía ha dado un giro para encontrar el financiamiento que le permita respirar a través de sociedades de inversión que toman en garantía las propiedades de la petrolera. Pemex buscará recursos a través de fibras de inversión, contratación de servicios y sale leaseback —el alquiler de activos para obtener financiamiento—.

“Estas compañías privadas toman una participación importante del capital de los activos. La reforma energética plantea la independencia de la empresa para salir y buscar financiamiento”, explica Alberto Martínez Sibaja, director de la división de Transformación Industrial de la firma. Esta no es la primera vez que la petrolera mexicana busca este tipo de financiamiento: en marzo Pemex cerró una alianza con los fondos de inversión Black Rock y First Reserve para respaldar el 45% del gasoducto Los Ramones, que va desde el sur de Estados Unidos al centro de México.

La petrolera echará mano de sus activos también para costear la construcción de proyectos de cogeneración de energía en refinerías y centros que procesan gas. Además, pondrá en marcha la producción de combustibles bajos en azufre para disminuir las emisiones de contaminantes en México. Martínez Sibaja ha explicado que en lo que va del año, la compañía ha perdido 1.900 millones de dólares en refinación por el mantenimiento de las instalaciones. La firma importa el 48% de las gasolinas que se consumen en México.

Fuente: El País