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Raura es una operación con más de 60 años de vida, y hasta hace poco más de 6 años estuvo muy cerca de cerrarse. Activos vetustos y de baja productividad, constantes pérdidas económicas, severos pasivos ambientales y conflictos sociales crónicos habían prácticamente dictado la sentencia de esta vieja operación, ubicada a 4,800 msnm en la región Huánuco.

Sin embargo, una nueva gestión con un nuevo enfoque estratégico vislumbró una luz al final del túnel, había una oportunidad de recuperar la vieja Raura y volverla rentable. Se trazó así el plan de la nueva Raura, un proceso de transformación integral que se implementa desde el 2012 que tiene como propósito lograr una operación eficiente, moderna, sostenible y de clase mundial. Esta ambiciosa nueva Raura se sostiene en 4 pilares, siendo la Sostenibilidad el principal. Además, de la identificación de recursos minerales, la mecanización de las operaciones y la eficiencia de los procesos.

La Sostenibilidad es un enfoque de gestión empresarial integral, bajo el cual se asume un compromiso con los diversos grupos de interés que va más allá de las obligaciones legales. Se evidencia en acciones que generan valor para cada uno de ellos de forma ética, trasparente e integrada a todo el funcionamiento de la organización, como parte de su ADN.

Hoy la realidad de Raura es diametralmente distinta. En el año 2016 logró consolidar el llamado turnaround empresarial; es decir, voltear la situación negativa y lograr cifras en azul, y no solo en el aspecto financiero. De acuerdo con su gerente, Martín Esparza, el aspecto ambiental ha sido la línea de gestión más importante dentro del nuevo enfoque de Sostenibilidad. Por ejemplo, a la fecha, han podido recuperar todas las lagunas de su entorno, las cuales evidencian un estado saludable. “Todas las lagunas de nuestro entorno cumplen con los estándares de calidad ambiental que ordena la Ley. Raura tiene 2 puntos de descarga de aguas: las lagunas Rupahuay y Tinquicocha. En ambos puntos tenemos plantas de tratamiento de aguas residuales, que limpian el agua y la devuelve al ambiente con mejor calidad que la fuente. Eso se corrobora con los monitoreos constantes que hacen laboratorios certificados. Nosotros hacemos públicos esos resultados, además conducimos procesos de monitoreo participativo”, señala Esparza.

El directivo señala que la empresa destina importantes inversiones anuales en planes y proyectos para tener una gestión eficiente del agua, para devolver agua limpia al medio ambiente, para recuperar las lagunas, para cerrar pasivos y gestionar adecuadamente los residuos, respetando estrictamente las leyes peruanas. “Somos constantemente auditados por los organismos pertinentes como la OEFA, la ANA y el MINEM, quienes vigilan nuestros estándares ambientales. Es por eso por lo que podemos salir a mostrar los resultados que tenemos”, explica el funcionario.

En cuanto al aspecto social, Raura ha pasado de la gestión del conflicto a la cogestión del desarrollo sostenible. La clave es la generación de confianza. Por eso el aspecto ambiental y la comunicación constante son piedras angulares. Hoy llevan a cabo programas productivos que permiten apuntar a un futuro común con la población. “Las piscigranjas que existen en las lagunas de nuestro entorno son una importante fuente de desarrollo económico y el mejor indicador del estado de las lagunas de nuestro entorno”, afirma Martín Esparza.

 

Raura ha identificado minerales para unos 20 años más. Para sus funcionarios esto es positivo en muchos niveles porque es lo que permitirá seguir invirtiendo en planes ambientales y sociales, además de dejar recursos para la región mediante canon y otros impuestos. Aún quedan muchos retos como la mejora continua en tecnología y procedimientos que permita alcanzar la clase mundial. Esparza manifiesta sus aspiraciones: “Queremos ser una empresa con propósito social. Además de los programas de truchas, ganadería y becas, podemos participar en infraestructura, turismo, ser socios del desarrollo sostenible y concertado, compartir los beneficios de una minería sostenible. Es lo que merece la población y el país”.