Newcrest Mining, principal productora de oro de Australia, y St. Barbara son dos de las mineras que crean empresas conjuntas y toman participaciones en compañías más pequeñas para reforzar las carteras de exploración con el fin de distribuir costos y reducir riesgo.

Decididas a no repetir errores del pasado, las compañías mineras auríferas ahora propician la expansión en pequeñas dosis en lugar de repetir el frenesí de adquisiciones del comienzo de este decenio que derivó en un aumento del endeudamiento y fuertes rebajas de valor.

Newcrest Mining Ltd., principal productora de oro de Australia, y St. Barbara Ltd. son dos de las mineras que crean empresas conjuntas y toman participaciones en compañías más pequeñas para reforzar las carteras de exploración con el fin de distribuir los costos y reducir el riesgo.

El multimillonario administrador de fondos John Paulson estima que las compañías mineras sufrieron caídas de valor de activos por US$ 85,000 millones desde el 2010 a raíz de fusiones y adquisiciones inoportunas, y ha exhortado al sector a enmendar su comportamiento.

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“Es una disminución del riesgo de exploración o del gasto en fusiones y adquisiciones… es una manera estructurada de mejorar ese gasto y está creando opciones”, dijo en una entrevista Peter O’Connor, analista de Shaw and Partners Ltd en Sídney. “Ciertamente, es una tendencia que cada vez se extiende más”.

El oro avanzó 14% el año pasado, más que nunca desde el 2010. Ese aumento podría impulsar la búsqueda de nuevos activos para crecer este año, aunque principalmente a través de la senda más segura de las empresas conjuntas. El mes pasado, Newcrest dijo que invertirá US$ 250 millones por una participación en Lundin Gold Inc. para aumentar su presencia en Ecuador y luego siguió con acuerdos en México y Chile.

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“Este avance en los Estados Unidos, o en el continente americano, es sensato”, dijo en una entrevista James Brennan-Chong, analista de UBS Group AG. “Parece no haber mucho dinero disponible, hay menos proyectos en los cuales invertir y por esa razón se ve volver a Newcrest al continente americano”.

Otros proyectos de Newcrest son una opción sobre Jarbidge en Nevada y diversas asociaciones para exploración en Asia y África, incluida una empresa conjunta con Randgold Resources Ltd. en Costa de Marfil. El tema es global.

La empresa canadiense B2Gold Corp. dijo este mes que no se propone realizar acuerdos de fusión y adquisición importantes y que tratará en cambio de crecer mediante empresas conjuntas e inversiones en compañías mineras de menor envergadura.

El objetivo de Newcrest de aumentar la exposición a cinco yacimientos de minerales de nivel 1 antes del 2020 demuestra que la compañía se encamina hacia una diversificación indispensable, dijo Brennan-Chong en una nota fechada en febrero.

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El tema salió a relucir este mes cuando su mina Cadia en Australia, que representa una cuarta parte de la producción, interrumpió su actividad luego de la ruptura de un embalse de relave, apenas transcurrido un año desde que un terremoto afectó las operaciones.

La semana pasada, St. Barbara tomó una participación del 10% en ABM Resources NL, que emprenderá este año una serie de perforaciones en busca de oro en sus proyectos Bluebush y Suplejack en la región de Tanami del Territorio del Norte.

La compañía con sede en Melbourne firmó este año un acuerdo similar con Catalyst Metals Ltd. para explorar la zona de Bendigo en el estado sureño de Victoria. St. Barbara lleva adelante una estrategia “multidimensional” que incluye tomar posiciones estratégicas en compañías de exploración, o empresas conjuntas, según un portavoz de la compañía.

Fuente: Bloomberg