Marita-Chappuis

A TAJO ABIERTO

Por Marita Chappuis

El cobre ha mostrado una fuerte baja que ha afectado seriamente a la BVL, que es una de las pocas bolsas del mundo con resultados tan negativos en lo que va el año.

Pero los mineros de cobre están optimistas.  Consideran que el precio paulatinamente se irá recuperando a partir del segundo trimestre. También la baja del precio del petróleo ayuda en los rigurosos planes de reducción de costos que se han impuesto en todas las compañías mineras. Para los mineros, esta caída brusca de la cotización del metal rojo se originó en los hedge funds chinos que apostaron a la baja; además de pronósticos como los del Grupo Internacional de Estudios de Cobre, que anunciaban un exceso de oferta de 400,000 TMF, para este año. Este exceso de oferta posiblemente se corrija recién en el 2017.

Para sustentar su optimismo, los mineros muestran que mientras que el cobre bajó 10% en las primeras tres semanas del 2015, el zinc lo hizo en 1.7%, mientras que el plomo subió en la misma proporción que cayó el zinc. A partir de estas cifras deducen que el origen no es una caída por problemas en la economía mundial. Se espera también que la caída del precio de los combustibles tenga un efecto multiplicador positivo en  los desempeños de las mayores economías.

Los pronósticos para el cobre para este año fluctúan entre US$3.22/lb lanzado por ABN AMRO Bank NV hasta US$2.74 por DZ Bank AG Deustche Zentral.  Las empresas mineras estiman para este año un precio de US$2.85, US$2.90 para el 2016 y US$ 3.00 para el 2017. Recordemos que el precio del cobre estuvo sobre los US$3.00 desde el 2006 hasta el año pasado; y pisó los US$4.00 en el 2011. Los precios no mejoran porque China, el gran consumidor, tiene un crecimiento descendente. China crecía a 10.4% en el 2010, mientras que el año pasado sólo creció 7.4%, y se espera que este año llegue a 7%. Sin embargo,  Estados Unidos podría crecer 3% este año, y sea la locomotora de la economía mundial.

¿Qué puede hacer el gobierno con estas perspectivas? En primer lugar aceptar que los tiempos de holgura que se vivieron nunca más volverán. Transferencias por canon inacabables serán un recuerdo.  Entonces tiene que volverse eficiente, y apoyar en las mejoras de eficiencia de las empresas. Productividad laboral será un factor cada día más importante, pues nuestro país ha tenido costos competitivos por una combinación de excelentes ‘leyes’ (contenidos de metal por tonelada de mineral) y bajos precios de energía. Un estudio chileno afirmaba que el costo promedio mundial está en US$86/MWh, y en el Perú este costo era de US$74/MWh.

¿Tendremos excelentes ‘leyes’ y grandes volúmenes de reservas en el futuro?  Nadie lo sabe exactamente. El Minem no brinda buenas estadísticas que podría obtener de la amplia información que mantiene a través de la DAC (Declaración Anual Consolidada) que todos los titulares mineros reportan todos los años.  El Minem podría estar reportando cómo están creciendo los costos  en la industria minera, y cómo están bajando las leyes, así como también ha crecido la inversión social y bajado el consumo de agua por tonelada. Así como también que nuevas tecnologías se están introduciendo en nuestro país.

El Minem reporta trimestralmente la ‘cartera de proyectos’,  recogiendo la información que las empresas publican a la prensa. Los montos de inversión están subestimados (porque provienen de antiguos estudios), y son optimistas en cuanto a plazos.

El tiempo para desarrollar proyectos se están alargando, en nuestro país más que en otros países del mundo;  los niveles de inversión están creciendo, por lo tanto el período de recuperación del capital se demora más y se torna más riesgoso.

En este entorno necesitamos autoridades  que apuesten por ser referentes técnicos en lugar de entes burocráticos que miden sus logros según el monto de multas que han impuesto. No necesitamos ‘n’ instituciones que se ocupan de la minería, sino sólo una institución. La calificación ambiental no puede estar en una institución novata que nadie sabe qué criterios utilizará, pero se marquetea como la ‘ventanilla única’ sin haber obtenido la delegación de funciones de ninguna institución. En resumen necesitamos más seriedad, menos improvisación, porque la fiesta ya se acabó.

Semana Económica