Rómulo Mucho, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).

Ing. Rómulo Mucho – Exviceministro de Minas

Los impactos de las empresas mineras que eran evaluados tradicionalmente con énfasis en los puntos de vista económico y financiero, son evaluados ahora bajo la perspectiva social. El proyecto “Tía María” de Southern Copper en la provincia arequipeña de Islay representa una magnífica oportunidad para evaluar de una manera más minuciosa y real, los verdaderos efectos que una operación minera puede tener sobre el desarrollo de las comunidades de su entorno. La noticia de que el virtual alcalde de la provincia de Islay, Richard Ale Cruz, “no desestimará la ejecución de proyectos mineros que cuenten con un Estudio de Impacto Ambiental positivo”, muestra una posición objetiva para el desarrollo del proyecto “Tía María”.

La autoridad recientemente elegida está planteando también la intervención del Servicio de Proyectos de la Organización de las Naciones Unidas (UNOPS por sus siglas en Inglés), para el análisis del Estudio de Impacto Ambiental de este proyecto que legalmente y técnicamente ya está aprobado y también se debe respetar el trabajo de los profesionales peruanos que lo elaboraron.  Yo sugeriría además la participación de la juventud estudiosa de la provincia de Islay en la medición de los impactos ambientales y sociales de este proyecto, previa capacitación por parte del Estado y/o de Southern Copper, con el apoyo de la Universidad.

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Otra actitud que debemos superar es la de no medir. En tal sentido propongo que los tres gobiernos locales involucrados y Southern Copper realicen conjuntamente: (1) la inmediata medición del Índice de Desarrollo Humano de las comunidades del entorno de este proyecto, (2) la propuesta de medidas para mejorar los tres componentes de este índice: salud, educación y nivel de vida y (3) estimar un escenario futuro en el que se cuantifique la mejora alcanzada en este índice.

Se debe colocar especial cuidado en el desarrollo del agro, la utilización del agua y mejora sustancial tanto de la cobertura como de la calidad en la educación. Los pobladores de Islay deben cuantificar por un lado, la capacidad de creación de riqueza por parte de la actividad agropecuaria del valle, la capacidad de los terrenos para los sembríos que se adecúan a sus fértiles campos, la capacidad de crianza de animales mayores y menores, la posibilidad de agroexportación y por otro lado, deben valorar el gran aporte que significa la actividad minera para su desarrollo y que la empresa ya ha explicado a la población en los talleres informativos y participativos que ha realizado.

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En un lado de la balanza deben colocar el beneficio de la minería y el agro juntos. En el otro, la pobreza material que existe en Islay, la baja remuneración en el agro, la educación deficiente, los proyectos de represamiento de agua postergados, la baja calidad en los servicios de salud, etc. La minería se complementa con el agro, no se le opone. Brindemos un mejor futuro a todos los islaínos actualmente sumergidos en la pobreza material. “Tía María” es la oportunidad para demostrar que es posible la convivencia armoniosa entre agro y minería, entre lo rural y lo urbano, entre la empresa, el Estado y la población.

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La República