Inés-Temple

Por Inés Temple

Hemos hablado de lo importante que es generar esa primera impresión. De cómo hacemos para llevarnos bien con una persona que nos está entrevistando, una persona la cual estamos conociendo recién o en general con cualquier persona con quien vamos a entablar una relación. Hablaba de la importancia de sonreír. Se que suena casi como un cliché, “claro todo el mundo sabe que tienes que sonreír”, pero les pregunto: ¿si tuvieran que contratar a alguien para trabajar con ustedes en un negocio o proyecto, contratarían a alguien que les cae mal? ¿Contratarías una cara pesada? Probablemente no. Hay una frase que uso siempre, pero me parece tan buena, y es “uno no puede cambiar la cara que tiene, pero sí la cara que pone”. En los procesos de entrevistas y de establecer química, es fundamental qué cara uno decide poner. Esto es algo que uno lo hace antes de la situación. Decides cómo vas a querer comportarte en esa entrevista. Claro que hay variables que pueden terminar cambiando el plan original, pero sonreírle a la persona que está al frente no nos quita credibilidad.

No es la cara que tienes, es la cara que pones