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Un nuevo atentado se produjo el sábado 22 de octubre, muy cerca de donde ocurrieron los derrames de los kilómetros 55.5 y 52.4 del Tramo I del Oleoducto Nor Peruano (ONP) en agosto pasado. Esta vez el ataque se cometió cerca de la comunidad nativa Nueva Alianza, distrito de Urarinas, Loreto.

La estatal Petroperú,  informó en un comunicado que “la fuga de crudo ya está contenida” y que han solicitado el apoyo de las fuerzas del orden para garantizar la seguridad del oleoducto.

En la madrugada del domingo 23, el equipo técnico de dicha entidad colocó una  grapa prefabricada en el ducto afectado, para contener la  fuga de crudo. Asimismo, trabaja intensamente en la quebrada Sabaloyacu y las riberas del río Marañón a fin de  minimizar el impacto ambiental que pudiera ocasionar el derrame.

Petroperú lamentó que dicho atentado sea motivado por la indebida pretensión de obtener beneficios económicos, situación que una vez más denuncian ante las autoridades  competentes y exige la captura y detención de quienes resulten responsables.

Al mismo tiempo invocó a las comunidades nativas, instituciones y a la opinión pública, a no dejarse sorprender por quienes por provecho personal, afectan el ambiente y la salud de la población, así como los activos estratégicos del país.