Luego de ganar las elecciones del 2014, y reelegirse como mandatario de Bolivia, Evo Morales Ayma, a voz en cuello dijo que su país estaba preparado para ser el centro energético de Sudamérica.

Amparado en el proyecto hidroeléctrico Banda Azul, situado en la provincia Chapare en el norte del departamento de Cochabamba, el Presidente altiplánico, sumó todas sus expectativas para venderle gas licuado de petróleo (GLP) a Perú, Paraguay, Brasil y Argentina.

En el presente año, la situación ha cambiado. Si bien, todavía Argentina y Brasil le compran el hidrocarburo a Bolivia, las alarmas se han encendido por las últimas noticias llegadas desde ambos países.

peligro para bolivia. Un informe publicado por Money, diario digital financiero; daba cuenta en noviembre del año pasado que Argentina estaba adquiriendo escala y eficiencia con su megayacimiento de gas Vaca Muerta, poniendo de esta manera fin a una época larga de importaciones de gas.

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De esta manera Bolivia comienza a sufrir en su producción y ha reducido los volúmenes de exportación a Brasil y Argentina. Así lo reveló el secretario de Minas, Energía e Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, Herland Soliz.

En esa misma línea, el experto comentó que Brasil desde el 2015 ha tenido una reforma energética, donde se ha liberado el comercio de hidrocarburos hacia el sector privado.

El secretario de Energía de Argentina, Javier Iguacel, anunció que en dos años ese país no necesitará el gas boliviano debido a que mejoró su producción interna.

Este panorama evidentemente preocupa al mandatario boliviano, pues los subsidios del gas provienen de los réditos económicos que le deja al país altiplánico la exportación de gas a ambos países.

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Entonces, y dada la coyuntura, donde el gobernador regional de Puno, Walter Aduviri Calisaya es el más entusiasta, esa especie de forado que quedaría, sería tapado vendiéndole gas a Perú.

Evo Morales está jugando todas sus cartas para alcanzar ese objetivo, que evidentemente prolongaría la hegemonía energética de Bolivia por algunos años más.

El funcionario argentino, había dicho: “Estamos discutiendo esto porque en dos años ya no vamos a necesitar el gas de Bolivia, ni nada, pero entendiendo que hay un contrato a largo plazo estamos tratando de ajustarlo a algo que sea bueno para los dos países”, precisó.

Hace poco menos de una semana la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) de Brasil recomendó restringir la compra de todo el volumen de gas natural procedente de Bolivia por parte de Petrobras.

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El ente regulador del sector hidrocarburos duda de la capacidad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) de atender la demanda incluso de operadores privados.

Esta incertidumbre es la que impulsa a Morales venderle gas a Puno y al sur del Perú.

Fuente: Correo