plataformas-petroleras-mexico

-Antes del desplome de los precios del petróleo a mediados del 2014, las grandes petroleras acumulaban una deuda neta total de US$ 71,000 millones, frente a un mínimo de US$ 13,000 millones a mediados de 2008.

Cuando los precios de las materias primas se desplomaban a finales de 2014 los ejecutivos del sector petrolero podían mirar a sus compañeros de la industria minera con aires de superioridad.

Por entonces, las principales petroleras del mundo gozaban de unos balances relativamente sólidos, con una deuda baja en relación al valor de sus activos.

Las compañías mineras se adentraban en la crisis en un estado muy diferente y algunas de las más importantes -como Rio Tinto Plc, Anglo American Plc y Glencore Plc- tuvieron que recortar dividendos e implementar recortes de gastos draconianos para hacerse con el control de su deuda.

Dos años después, uno podría entender a los ejecutivos de la minería por resultar algo engreídos. Con unos precios del crudo por debajo de US$ 50 el barril, Exxon Mobil Corp,Royal Dutch Shell Plc y otros gigantes del petróleo han visto aumentar su deuda más de un 100% a un total conjunto de US$ 138,000 millones, suscitando temores de que las empresas tengan que continuar reduciendo el gasto en bienes de capital y que puedan verse obligadas a recortar dividendos en el futuro.

Lo que es peor, el nivel de endeudamiento -que se ha multiplicado por 10 desde 2008- podría aumentar aún más en el tercer y cuarto trimestres de este año, según ejecutivos y analistas del sector.

“Respecto a la deuda, podría aumentar antes de reducirse”, dijo el director financiero de Shell, Simon Henry, a los inversores la semana pasada. “Y el factor principal es el precio del petróleo”.

La mayor preocupación es que hasta ahora las empresas no han conseguido evitar el aumento de la deuda, dijo Harold “Skip” York, vicepresidente de energía integrada de la consultora Wood Mackenzie Ltd. en Houston.

“El semáforo de la de deuda está en amarillo”, señaló. “Ante la ausencia de un repunte de los precios del petróleo o de unas ventas de activos significativas, el compromiso por mantener el pago de dividendos se va a ver presionado.”

El problema de las grandes petroleras es simple: las compañías están gastando mucho más de lo que ganan. Tanto el West Texas Intermediate como el crudo Brent, las dos principales variedades de referencia, han entrado en un mercado bajista esta semana tras caer más de un 20% desde principios de junio.

“Los resultados correspondientes al primer semestre indican que las petroleras posiblemente generen flujos de caja negativos importantes para todo el ejercicio”, dijo Dmitry Marinchenko, director asociado de Fitch Ratings en Londres.

Véase el caso de Chevron Corp . En el primer semestre de este año la compañía generó US$ 3,700 millones con la producción de crudo, las actividades de refino y la venta de gasolina y otros productos.

Pero esto no fue suficiente para cubrir los US$ 4,000 millones que pagó a los accionistas durante el mismo período y mucho menos los US$ 10,000 millones que invirtió en proyectos.

Aunque Chevron intentó cubrir el hueco con la venta de activos valorados en US$ 1,400 millones, tuvo que asumir una carga de deuda nueva de US$ 6,500 millones en seis meses.

El desequilibrio explica por qué la deuda ha crecido tan rápidamente durante los 10 últimos años. Antes del desplome de los precios del petróleo a mediados del 2014, las grandes petroleras acumulaban una deuda neta total de US$ 71,000 millones, frente a un mínimo de US$ 13,000 millones a mediados de 2008 cuando los precios del petróleo alcanzaron un récord de casi US$ 150 el barril.

Los niveles de deuda en la actualidad aumentan a una tasa anual del 11.5%, más del doble del 5.1% registrado entre 2009 y 2014, dijo Virendra Chauhan, analista del sector del petróleo de la consultora Energy Aspects Ltd. en Singapur.

“Si bien los mercados de crédito han sido expansivos y accesibles durante este periodo, los temores de los inversores acerca de la sostenibilidad de esa tendencia son válidos”, señaló.

Fuente: Gestión