Foto. PCM

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Delincuencia, contrabando, minería ilegal y corrupción, son los elementos que se asocian en Suyo para convertir este lugar en tierra de nadie. Cualquiera ingresa a sacar oro y venderlo, asaltar o matar sin que ninguna autoridad ponga orden. Incluso ecuatorianos y chilenos llegan a trabajar al lugar.

En la comunidad San Sebastián de Suyo, donde casi la totalidad de las 16.000 hectáreas están dedicadas a la minería, más del 50% de los mineros son ilegales, que operan sin mayor control. Según fuentes de la Dirección de Energía y Minas, en el lugar unos 270 mineros presentaron declaración de compromiso, que fue el primer paso para la formalización, pero de esos solo 130 continuaron con el proceso, los demás fueron anulados o decidieron continuar como ilegales.

Sin control

El Tiempo visitó el lugar y comprobó que los mineros ilegales actúan con total impunidad. La comunidad es un gran parque minero informal.

El ruido de los motores ha apagado el canto de los pájaros. Los motores son usados para extraer el agua del subsuelo, para sacar el mineral con mayor facilidad. Luego, este mineral es procesado en las “chanchas”, una planta artesanal formada por un molino que va separando el mineral. Después se le aplica mercurio para extraer el oro. El relave, que es el desmonte del mineral, es arrojado a las quebradas.

La mayoría de los trabajadores, entre ellos algunos menores, no usan ningún implemento de seguridad, como se ve en una de las fotografías, trabajan con el mercurio con las manos descubiertas. A lo largo de la comunidad hay unas 20 plantas artesanales, donde se procesa el mineral. Esto a pesar de que están prohibidas en la zon. Además hay pozas de cianuración que también están prohibidas.

Socavones a granel

Otro de los problemas de la zona son los socavones abandonados. Contamos unos 40, pero según algunos mineros pueden llegar a superar los 100.

Muchos son grandes hoyos en el suelo, que pueden llegar a los 50 metros de profundidad. Otros son hechos en los cerros y tienen hasta 60 u 80 metros. Todos han sido abandonados.

Otros son pequeños, porque los mineros llegaron, excavaron unos cuatro a cinco metros, armaron toda su planta para procesar, derribaron y quemaron árboles, pero cuando se dieron  cuenta que el mineral era de baja calidad abandonaron todo.

Delincuencia

En este panorama la delincuencia gana terreno y se ha apropiado de la comunidad. Hace un mes, unos 10 delincuentes llegaron en una camioneta y varias motos, ingresaron a una mina, encañonaron a los trabajadores y tras amarrarlos, se llevaron el mineral, sus celulares, dinero y hasta la comida. Los mineros afirman que en este sector merodean delincuentes de Trujillo, Chiclayo, Sullana y Tumbes, quienes actúan en cualquier momento.

En otra oportunidad, según denuncian los mineros que tienen miedo a revelar su identidad por temor a represalias,  hasta 50 hombres llegaron a una mina que no tiene autorización y empezaron a trabajar explotando el mineral. Ante ello la propietaria denunció el hecho en la Comisaría de Las Lomas, pero supuestamente los policías habrían ordenado que trabajen por grupos. Luego de esto se repartieron el mineral.

Uno de los mineros contó, “Si usted viera por las noches, llega un patrullero y de inmediato aparecen varias motos y se acercan al vehículo, da la impresión que uno está viendo un arbolito de Navidad”, cuenta.

El Tiempo llamó al jefe de la Dirtepol Piura, general Dennis Pinto el domingo. El jefe policial pidió nombres de los agentes, pero se comprometió a investigar el hecho. Nos citó para el lunes. Pero ayer se excusó diciendo que iba a salir de viaje. Ahora pidió que sean los mineros quienes denuncien los hechos.

El Tiempo