Cristina Portocarrero, gerente regional ambiental de Piura.

La región Piura impulsa una estrategia que conjuga acciones para adaptar las actividades de los diversos sectores y personas frente al trastocamiento que implica el cambio climático, informó Cristina Portocarrero, gerente regional ambiental de dicho departamento.

“Es una estrategia que involucra en acciones concretas a todos los sectores e instituciones, como transportes, educación, salud, ONGs y universidades, entre otros”, declaró a ProActivo Cristina Portocarrero, gerente regional ambiental de Piura.

Sostuvo que -por ejemplo- en transportes, toca implementar mecanismos eficientes de revisiones técnicas. para ejercer un estricto control y retirar vehículos obsoletos, tarea de la municipalidad provincial y a la dirección regional del ramo, explicó.

Recordó que dicho instrumento -elaborado en un año- concluyó en octubre del 2011 y que muchos sectores, sin reconocerlo, cumplen con dichas actividades.

Asimismo calificó de positiva, la implementación de un plan de comunicaciones para homogeneizar mensajes e incorporarlos en la vida cotidiana.

Según Portocarrero intensifican gestiones para posicionar dicho asunto a nivel político y lograr mayor presupuesto. “Algunas dependencias del gobierno local y regional aún tienen enfoques estructurales, más de fierro y cemento, y poco en procesos de atención al fenómeno climático”, criticó.

“Los presupuestos están diversificados por sectores y cada cual usa los fondos en sus planes operativos, pero se necesita que combinarlos para acciones con efectos más positivos.

En Trujillo

Iñigo Losada, Investigador de Universidad de Cantabria

Entre tanto, Iñigo Losada, Investigador de Universidad de Cantabria, dijo que la investigación en Trujillo prevé soluciones socialmente aceptables y ambientalmente correctas para el grave problema de la gestión del agua: elevado nivel de napa freática, ocupación de zonas vulnerables y falta de capacidad para afrontar las inundaciones.

Con relación al país, resaltó la posibilidad de aprovechar el interés internacional al respecto, para conseguir financiamiento a proyectos que den a las zonas vulnerables “mayor capacidad adaptativa”.

Advirtió que “el agua que perdemos en los glaciares (…) si no se retiene en la cuenca y se almacena; afecta sobre todo a las comunidades de las zonas alto andinas”.