AFPLas opciones de pensión para los jubilados del sistema privado de pensiones podrían reducirse a solo seis, si la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) aprueba la circular que elimina la venta del producto renta vitalicia garantizada, que asegura el pago del 100% de la pensión a los herederos legales en caso de fallecimiento del titular.

Actualmente, el producto pensionario solicitado por el 86% de los jubilados de las AFP es el denominado Renta Temporal con Renta Vitalicia Garantizada, que en ‘cristiano’ implica acceder a un monto mayor de pensión hasta por dos años, a través de la AFP –modalidad llamada retiro programado–, y recibir una cifra menor hasta el tiempo que viva el titular, mediante una aseguradora –denominada Renta Vitalicia–.

Según la ley, si muere el titular en el tramo en que la pensión es pagada por la compañía de seguros, el cónyuge solo accederá al 42% del abono que recibía su familiar. Y en el caso de tener hijos, el cónyuge recibe solo el 35% y cada hijo el 14%. Sin embargo, si el jubilado toma el contrato garantizado, asegura que sus herederos por un período determinado de 10 o 15 años recibirán el 100% de la pensión. El 50% la pareja y el otro 50% es repartido entre los hijos.

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 Así, dado el compromiso y el riesgo que asume la aseguradora, el monto de la pensión ofrecido es hasta un 7% menor frente a la que se obtendría de no tomar el contrato garantizado.

Si bien la opción podría no gustarle o convenirle a algunos, es una más de las que tiene para elegir el trabajador retirado, dentro de la poca oferta que hay. No obstante, la SBS propone eliminarla.

“Se trata de una norma demagógica que perjudica a la familia del jubilado. Le quita a los afiliados del sistema privado de pensiones un producto que es el más popular del mercado. Casi nueve de cada diez afiliados utilizan esta opción”, alertó Marco Rivera, socio de la firma de abogados Osterling.

El especialista manifestó que las motivaciones del regulador podrían basarse en un móvil populista o político para apaciguar las críticas que hoy rebalsan sobre el sistema privado de pensiones.

El Comercio buscó comunicarse desde temprano con la SBS para conocer los argumentos de su propuesta pero hasta el cierre de esta edición no tuvo éxito.

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Melvin Escudero, ex intendente de AFP de la SBS, opinó que el regulador pretendería eliminar el contrato de período garantizado debido a que podría haberse convertido en muy costoso para los afiliados.

Sostuvo que si la SBS está haciendo cambios en una coyuntura en que el sistema es muy criticado es porque es positivo para los futuros jubilados.

 No obstante, una postura contraria tiene la Asociación de Empresas de Seguros (Apeseg).

Eduardo Morón, presidente del gremio, indicó que su organización consultó al regulador sus motivaciones de la eliminación de la opción y estas fueron “bastantes pobres”.

Afirmó que la SBS quiere suprimir esta opción debido a que le da una menor pensión al jubilado, sin embargo reduce el abanico de opciones para este.

Pero este no es el único cambio a la normativa. La SBS también eliminaría el plazo de hasta dos años de la pensión a cargo de la AFP a fin de aumentarla de entre tres a cinco años.

Así, esta modalidad se convierte en un tanto riesgosa para el pensionista, dado que asume los riesgos que podría experimentar su fondo al estar en manos de la AFP.

UNA DECISIÓN VITAL QUE DEBE TOMARSE CON TRANQUILIDAD

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Antes de decidir por qué tipo de pensión se va a optar, es necesario que el futuro jubilado se tome un tiempo para recapacitar. Esta es una decisión que depende de muchas circunstancias particulares de cada afiliado. No hay una receta única.

Sin embargo sí hay preguntas claves que pueden orientarlo en su decisión. La primera que debe responderse es si su pensión va a ser su única fuente de ingresos en esta etapa de su vida. Ello porque puede ser que además tenga otras rentas, como el alquiler de inmuebles o las ganancias de un negocio propio.

La segunda pregunta es cuánto necesitará para vivir una vez que ingrese al período de jubilación.

Aquí hay que tomar en cuenta el estilo de vida que lleva. La pregunta final es cuál es su estado de salud y si puede seguir trabajando o no superados los 65 años.

Adicionalmente hay que recalcar que todas estas preguntas deben responderse tomando en cuenta cuál es su grupo familiar relevante. ¿Vive solo?, ¿tiene cónyuge?, ¿tiene familiares que dependen económicamente de usted?

Piénselo tranquilamente y busque toda la orientación necesaria antes de tomar esta decisión trascendental.

El Comercio