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Estoy cansada que en entrevistas de trabajo me pregunten mi edad, si estoy casada, si tengo hijos, o pienso tenerlos. ¿Puedo rehusarme a contestar?

De acuerdo a mi experiencia, estas situaciones se dan con cierta frecuencia, sobre todo entre ejecutivas jóvenes, lo cual no implica que esté bien o deje de ser incómodo.

Por un lado, pregúntate si quieres trabajar para un jefe o empresa que hace este tipo de preguntas en pleno siglo XXI.  Por otro lado, piensa en que hay quienes hacen preguntas personales sin saber que pueden ser discriminatorias.

En entrevistas nada está dicho y te vas a enfrentar preguntas a veces incómodas, las cuales debes estar preparada para responder con altura, a no ser que atenten contra tu dignidad; en cuyo caso, puedes rehusarte a responder y optar por retirarte del proceso.

Dependiendo del contexto, también podrías darle vuelta a la situación para que juegue a tu favor.  Por ejemplo, podrías trabajar algunas respuestas de antemano,  responderlas con seguridad y terminar con una sonrisa:

  • “Casarme (o tener hijos) no está en mis planes por el momento, mi prioridad es crecer profesionalmente.”
  • “Interesante pregunta. Soy una persona multifacética y muy comprometida. Siempre he tenido evaluaciones muy buenas y mis responsabilidades personales nunca han sido un impedimento para mi desempeño laboral. Estoy convencida que tampoco lo serán en el futuro.”

Muy aparte, tomaría nota porque es un tema que probablemente tengas que poner sobre la mesa en algún momento y debes estar consciente que este tipo de preguntas pueden ser un reflejo de la cultura corporativa o de los temores de quien las hace, sobre todo si se trata de tu eventual jefe.

Dicho esto, se ha hablado mucho de las bondades y beneficios de trabajar con mujeres; quienes además por una ley ineludible de la naturaleza, suelen cumplir un rol adicional, el de ser mamá. Esto trae múltiples beneficios y también conlleva que dos o tres veces en toda su vida laboral, se ausenten en los primeros meses para estar cerca a su recién nacido, costumbre que en algunos países más avanzados también incluye al papá.

Hay empresas (y personas) que valoran esta realidad y otras donde su aceptación es menor, por lo que aprovecho el artículo para compartir algunos tips para quienes entrevistan, a fin de generar mayor sensibilización sobre el tema:  

  1. Resiste la tentación. Evita hacer “la” pregunta, es discriminatoria y no hablará bien de ti ni de tu empresa. Pondrás a la entrevistada en una situación incómoda, que además, no mide su capacidad para agregar valor a la empresa.
  2. Da el beneficio de la duda. La ausencia pre y post natal puede generar cierta incomodidad en algunas personas y empresas, pero no tiene que ser así si se toman las precauciones necesarias para suavizar la transición.   Hasta ahora, no he escuchado casos de empresas que quiebren porque alguien sale de licencia de maternidad o de otro tipo.
  3. Sentido de Responsabilidad. Me atrevo a generalizar que la mayoría de trabajadoras o ejecutivas embarazadas son lo suficientemente responsables para dejar todo ordenado y recomendar o entrenar a quien las reemplazaría temporalmente.

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Fuente: Semana Económica