RepsolEl directorio de la petrolera podría acordar el 30 de abril que las funciones ejecutivas sean traspasadas al consejero delegado Josu Jon Imaz.

Madrid (Reuters).- Repsol anunció que su presidente Antonio Brufau tiene previsto entregar el mando ejecutivo en abril al consejero delegado Josu Jon Imaz, luego de una década al frente de la petrolera española.

En un documento presentado al regulador, Repsol dijo que espera que su directorio acuerde el 30 de abril que las funciones ejecutivas sean traspasadas al consejero delegado, un ex político vasco, que ya se encargaba de la estrategia y funciones cotidianas del grupo desde que fue nombrado hace casi un año.

Después de crear la figura de consejero delegado, Brufau seguía conservando el control de áreas tan importantes como la de comunicación y finanzas.

Brufau lideró a Repsol durante un turbulento periodo que incluyó la nacionalización de su unidad YPF impulsada por el Gobierno argentino en el 2012.

Las acciones de la petrolera operaban estables en 17,440 euros a las 1240 GMT, en línea con el índice del sector de energía de Europa.

La compañía dijo previamente el jueves que solicitaría a sus accionistas reelegir a Brufau como presidente, esta vez en un cargo no ejecutivo, durante la junta de fines de abril.

El empresario de 68 años se convertirá tras este posible último mandato en el presidente más longevo en la historia de la petrolera, aunque ya será considerado como consejero externo.

Brufau traspasará los poderes tras conseguir otro de sus objetivos en la petrolera: reforzar el negocio de producción y exploración de la compañía con la compra de la canadiense Talisman por US$ 13,000 millones.

Imaz fue contratado por Brufau en el 2008 y ascendido en el 2014 al puesto de consejero delegado, quedando a cargo de la gestión diaria de la compañía, aunque su jefe mantenía el control sobre la estrategia y las finanzas.

El ejecutivo vasco fue el piloto de la compra de Talisman y su experiencia política podría ser clave para una compañía donde las relaciones institucionales con gobiernos y accionistas son importantes.

La adquisición de la canadiense, que dará a Repsol presencia en más de 30 países, abre una nueva fase en la historia del antiguo monopolio petrolero español, seguramente más enfocada en el negocio de hidrocarburos duros, después de periodos de zozobra política y luchas de poder en el seno del consejo de administración.

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