Buenaventura

El grupo minero peruano ha implementado una serie de iniciativas que tienen como objetivo mejorar las competencias de sus colaboradores en todos los niveles, involucrando incluso a los habitantes de las comunidades aledañas a sus operaciones.

Es una realidad de la minería mundial el que existe una brecha entre la demanda por trabajadores especializados y la oferta, aspecto que es más crítico en los países de la región latinoamericana debido al importante crecimiento que ha tenido la actividad en las últimas décadas y a la realidad socioeconómica de cada una de estas naciones.

Para Compañía de Minas Buenaventura, una de las empresas mineras más relevantes del Perú, esta temática ha adquirido una importancia estratégica, por lo que ha desarrollado una serie de programas que tienen como fin asegurar el flujo de talento para sus operaciones y proyectos. Estas diversas iniciativas están orientadas a diferentes grupos, atendiendo desde pobladores de comunidades aledañas a sus operaciones mineras, hasta profesionales universitarios. Como declara Juan Pablo Zoeger, director de Gestión y Desarrollo Humano de la empresa minera, “los programas de formación cumplen un rol primordial en el desarrollo de capacidades de las personas que ya se encuentran trabajando en la empresa como de las personas que están por ingresar; esta vocación refleja una visión empresarial de compromiso con el desarrollo sostenible de las comunidades y de su equipo humano”.

Formación en cada nivel

Ver también:  Buenaventura obtiene permiso para proyecto Yumpag y crece expectativa por Trapiche y San Gabriel

El Programa de Formación Laboral de Buenaventura, también llamado Programa de Prácticas, está dirigido a los estudiantes que cursan los últimos ciclos de carreras universitarias o técnicas, y tiene por objetivo introducirlos al mundo laboral, que conozcan los procesos internos de una empresa, puedan ampliar su visión sobre el sector minero, profundizar sus conocimientos técnicos y realizar prácticas de campo. Estos programas normalmente se realizan en los meses de enero, febrero y marzo, cuando los estudiantes están de vacaciones.

La empresa también desarrolla el Programa de formación BEP (Buenaventura Extensión Profesional), el cual se inició en 2004 y que está dirigido a egresados universitarios con el objetivo de formar profesionales competentes en operaciones minero-metalúrgicas y cubrir, en el mediano plazo, las posiciones que la minera demandará en los próximos años con el inicio de nuevas operaciones. Como explica Zoeger, “en esos años ya teníamos dificultades para atraer profesionales especializados en minería con las competencias que la empresa requería y eso, sumado al boom de la demanda de profesionales debido a las grandes inversiones en minería y al desarrollo de nuevos proyectos, empezó a generar dificultades en los procesos de reclutamiento y selección. En ese sentido, el poder contar con un programa de formación como el plan BEP nos abrió la posibilidad de contrarrestar de alguna manera esa deficiencia del mercado”.

Por otro lado, como parte de su política de responsabilidad social compartida, la empresa tiene el Programa de Formación Laboral para las Comunidades que busca mejorar la empleabilidad de las personas que habitan en los poblados cercanos a las operaciones de Buenaventura, así como también contar con personal especializado en técnicas mineras. Estos programas cobran mucha importancia, sobre todo al inicio de una nueva operación minera, y se complementan con los programas de entrenamiento técnico/operativo de la llamada Mina Escuela. Este programa se enfoca principalmente en las actividades de riesgo propias de la industria, como equipos en movimiento, desprendimiento de rocas, energía eléctrica, manipulación de herramientas, y trabajos en altura, entre otros temas. El nombre de “Mina Escuela” se debe a que, además de las capacitaciones en aula, se realizan prácticas al interior de la mina.

Ver también:  Buenaventura: Minem autorizó explotación del proyecto minero Yumpag, con una inversión de US$ 84 millones

Cada uno de estos planes busca mejorar el desempeño de los trabajadores que forman parte de Buenaventura, en distintos niveles. En el caso de los egresados de las carreras de Ingeniería de Minas, Geología y Metalurgia, se busca asegurar un estándar de competencias específicas requeridas por la empresa minera, asegura Zoeger. Según el ejecutivo, “los profesionales cumplen con un programa de entrenamiento durante 18 meses que completa su formación académica combinando la capacitación en aula con prácticas de campo rotando por diferentes áreas y unidades mineras. Durante el proceso, los becarios presentan proyectos de mejora que deben sustentar ante la gerencia con la finalidad de implementarlos y le reforzamos el trabajo en equipo y sus habilidades de comunicación”.

Ver también:  Buenaventura integra índice ESG de Standard & Poor’s y la BVL

En el caso de la capacitación a las comunidades, los retos son aún mayores, ya que con los programas de formación se han detectado que muchas personas tienen dificultades de aprendizaje, de tiempo disponible (por sus actividades laborales), problemas de alimentación e incluso no cuentan con instituciones de formación cercanas que permitan una capacitación adecuada. Esto implica que Buenaventura diseñe programas de capacitación de mayor duración desde la preparación básica, para después continuar con los cursos de especialización. A esto se suma la concreción de inversiones en infraestructura educativa, transporte y alimentación para los estudiantes, quienes pueden acceder incluso a viáticos de manutención.

Balance positivo

Respecto a los resultados de estos programas, en Buenaventura celebran que ha impactado favorablemente en la calidad de sus colaboradores y en los resultados de las operaciones del grupo, lo que ha traído también como efecto que estos trabajadores sean valorados por otras empresas del sector minero. En ese sentido, el ejecutivo de Buenaventura enfatiza que “el seguimiento es vital para el buen desarrollo de cada uno de los programas de formación. Mediciones al inicio, durante y después, informes, elaboración de proyectos, evaluaciones de desempeño y entrevistas con los jefes contribuyen a evidenciar los resultados y nos proporcionan inputs para rediseñarlos y modificarlos cuando sea necesario”.

Latinominería