Un análisis sobre la coyuntura que atraviesa el sector mineroenergético hizo el ex ministro de Energía y Minas, Jaime Quijandría Salmón. La debilidad de ProInversión, el propósito de un polo petroquímico y la respuesta a temas sociales, entre otros asuntos, fueron examinados en entrevista concedida a ProActivo. Sin afanes de protagonismo en la política nacional, el también ex ministro de Economía y quien fuera director del Banco Mundial, accedió a responder sobre la crucial situación del país para mantener el desarrollo alcanzado.

¿Cómo creció la minería hasta el boom vivido junto a Camisea?
Definitivamente hay bastante evidencia y comentarios desde diversas posiciones reconociendo que fue una década muy fructífera para el país. Incluso los críticos del modelo lo admiten y los resultados están a la vista. Podemos afirmar que uno de los componentes fue el crecimiento del sector energía y del sector minero.
Lo importante es recordar que para lograr esos aportes con tasas de crecimiento, inversión, empleo y tributos, hubo una reforma de por medio, que si bien no fue ciento por ciento buena, hubo sub sectores con resultados más claros que otros.
Fue importante salir de ese esquema, que en el sector eléctrico y el petrolero significaba monopolio del Estado, empresas integradas y probablemente sobredimensionadas. Se pasó a una situación de mercado en donde se introdujeron factores de competencia y donde no se podía, se impuso factores de regulación.
Así, el sector creció casi en paralelo con la economía. Algo que no imaginamos, ni tan largo como período ni tan alto como los niveles a los que se llegó.
Lo usual eran tasas de crecimiento de 2 y 3 por ciento, excepcionalmente a 6 y bajamos a menos 3. Entonces, tener 10 años seguidos con tasas de 6.4 en promedio anual, fue un gran logro de todos.
Hubo una preparación para conseguirlo y eso me lleva al otro tema: no podemos sentarnos y decir “¡qué bien nos fue!” cuando sabemos que la próxima década será dura porque si la pretensión es crecer, captando inversión en niveles mayores o dar una mejor calidad de empleo, o dar participación ya no vía conflictos sino vía negociación -sobre todo en minería- tenemos que prepararnos para eso, aceptarlo y desarrollar mecanismos para que así sea.

Planificación

¿Cómo será la próxima década?
Pudiera ser otra década de crecimiento y las reformas por hacer son cualitativamente más difíciles de implementar, por eso le planteamos al gobierno la necesidad de planificar y de generar consensos.
Fíjese, en el caso del gas al sur, hay una ley aprobada sin embargo sigue la discusión si es de norte a sur o de sur a norte, si la planta está acá o aquí. Esto refleja que no planificamos y lo necesitamos.
En el caso del sector minero también será diferente, los proyectos tienen que entrar a la cancha cuando estén listos, luego de analizar los posibles impactos, incluido el social y político; y no tratar de sacar adelante aquellos que no están maduros.

¿Cuáles son las reformas que se necesitarían? ¿Qué requiere actualizarse?
En los modelos hechos -no hablo de algo que me tocara (mientras fue ministro de Energía y Minas)- cuando se inicia la reforma eléctrica y la petrolera estaba del otro lado del mostrador, siempre me hice mi propia idea mientras estaba en la distribución eléctrica como parte de una empresa privatizada y en el sector gasífero a cargo de una distribuidora de gas.
Considero que en algunos casos se copió y adaptó bien algunos modelos, como en el caso eléctrico, mientras en el petrolero quisimos innovar, con un modelo nunca antes aplicado, vía la separación de Petroperu en 20 unidades de negocio que se venderían por separado, pero que por razones políticas y otras no fue así y nos quedamos con una empresa que, como siempre he dicho, no es ni chicha ni limonada. No se privatizaron las 20 sino 10; y quedaron 10 de un lado del río y 10 del otro.
Esas 10 primeras tuvieron su vida independiente que son la refinería La Pampilla, la planta de Petrolube, la naviera; pero lo que se quedó en manos del Estado fue un conjunto de sobrantes de una privatización fallida, en el buen sentido de la palabra.
¿Que hacer? En el caso petrolero, redefinir con realismo el rol del Estado. Al entrar en esta discusión pregunto ¿cree políticamente viable hablar de la desaparición de una empresa estatal? No. Entonces, discutamos: es tal la empresa, potenciémosla.
Sin embargo, tampoco cerremos los ojos y pidamos que aparezca una firma linda como Petrobrás o Ecopetrol. Para llegar ahí hay que trabajar 10 años, darle los recursos, la autonomía y tener un plan.
Esta empresa de la cual soy parte (Laub &Quijandría) hemos sido consultores de Petroperu durante todo este período y con deseos de ayudarlos pero nunca vimos un plan. Habían mensajes del gobierno “quiero que te fortalezcas, que crezcas, que regreses al pasado”, pero no hubo un conjunto de ideas para decir, “bueno, primero vamos a hacer esto y luego lo otro”.
Petroperu está descapitalizado desde el punto de vista humano, la gente que manejaba la exploración y producción que es adonde quieren regresar, se fue o se jubiló o consiguió una mejor opción en el sector privado, que ofreció mejores opciones laborales en esta década.
En el sector petrolero hay que decidir respecto a la empresa estatal, definir el horizonte y el rol que debe jugar el gas en la matriz energética.
Decir claramente, nos apoyamos desde el punto de vista del balance energético y por lo tanto haremos esta infraestructura y finalmente queremos darle mayor valor agregado y vamos por la petroquímica.
Pero lo que no podemos hacer es tener cuatro polos de petroquímica en el país porque no somos potencia como Brasil.
Digamos al que quiere invertir: Acá, como gobierno, le doy facilidades, y le digo dónde. Tal como ha sucedido en la mayoría de países; Singapur y aquellos que tienen polos petroquímicos, decidieron dónde hacerlo y dijeron al privado “¿quiere venir? ¡Macanudo! Venga, estas son las reglas”.

¿Cuál es el polo petroquímico que queda en pie? La referencia es que ya se cayeron dos con toda seguridad.
Eso sucede porque no definimos dónde hacerlo, hagamos un estudio de localización entre Arequipa y Moquegua.
Sé que ahora el tema es “mejor no, porque se va a armar un lío entre las dos regiones” ¡por Dios! el gobierno no puede esquivar eso, tiene que decidir. No sé cuál sea mejor, pero alguien tiene que decirlo.

¿El tema social se impone al técnico?
No sé si se impone pero le pone restricciones y a veces como entramos sin una preparación previa a estos conflictos, terminamos cediendo más de la cuenta.

Respecto al Gasoducto Sur Andino con la explotación del shale gas en Estados Unidos ¿cuánto pierde el país?
El tema es, si usaremos el gas no solo para generación eléctrica sino para desarrollar mayor valor agregado. Habría que definir ¿qué queremos a partir del gas natural?
Obviamente no podemos apuntar a todo, querer ser campeones en fertilizantes y en plástico. Identifiquemos y sobre eso demos facilidades. Ello implica, reglas de juego flexible respecto al precio.
Los proyectos que estuvieron y se fueron, no fue porque Perú no les haya gustado, o no les gustó el cebiche, sino porque el precio del gas ha bajado en otros países.
Entonces, hoy a CFI (CF Industries de EE. UU.) le sale más cómodo poner una planta en Estados Unidos que en Marcona. Igual le pasó al proyecto de Orica: cierra momentáneamente por un tema de precios.
Tengo la impresión que partimos de un supuesto equivocado: “tengo el gas, entonces me buscarán porque todos quieren hacer petroquímica”. El tema es a la inversa.

¿Realmente tenemos solvencia en energía o sólo hasta el 2017?
Hay energía. El balance de recursos es favorable y pueden ser puestos en términos monetarios vía proyectos.
La duda a partir del 2016 se debe a la falta de velocidad en los proyectos y si la economía sigue creciendo habrá desajuste. No estamos contra la pared como para decir que habrá apagones, soy contrario a ello. Hay tiempo y elaboré un artículo “Desabastecimiento no, si planificamos”.
¿Qué falta? Acelerar las hidroeléctricas en ejecución y después de eso identificar nuevos proyectos.
Si ve el planeamiento de largo plazo del ministerio los proyectos bancables en el 2020 se acaban, entonces desde ahora tenemos que identificarlos y hacer estudios para el periodo 20-40.
Para hacerlo también necesitamos consenso ¿se harán grandes proyectos en la selva? ¿Se hará Inambari? ¿Se harán mini hidroeléctricas, como muchos proponen a lo largo de toda la costa? ¿Serán cientos de esos proyectos chiquitos o se harán otros proyectos? ¿Se concretarán los proyectos fáciles y medianos? ¿Cómo el que hace Odebrecht, en Chaglla, o el que hace Cerro del Águila? De esos quedan algunos proyectos antiguos identificados pero las fechas aprietan, hay que comenzar a definirlos y ver quién los hará.
Gas. Creo que tendrá que jugar un rol muy importante, el sur lo reclama, espero que encuentren una fórmula para llevarlo porque abaratará el transporte de energía.
Hoy llevamos energía del centro al norte y del centro al sur. Sin embargo, la demanda futura de las mineras, viene del sur.
Soy de los que piensan que el ducto lo planean en un horizonte temporal que no es realista, querer inaugurarlo, no sé si hasta Ilo o incluso hasta Quillabamba, al 2016, es algo que habría que pensarlo porque no se trata de hacer el proyecto, sea como sea, sino como parte de un plan de largo plazo viendo el 2020, 2030 y 2040. Esa es mi recomendación.

¿Cuál debería ser la ruta del gasoducto del sur? Hay uno trazado por Kuntur.
Es difícil de anticipar, supongo que el de Kuntur es técnicamente válido.
Lo que me preocupa, me pone nervioso es cuando dicen “¡en marzo!”. Estos proyectos hay que estudiarlos bien antes de licitarlos porque lo peor que puede pasar es hacer mal una licitación.

¿Qué es lo peor de una mala licitación?
Quedarnos sin enseñanzas, sin aprender la lección y salir otra vez con todo el riesgo de que no se presente nadie en la segunda y eso ha pasado sobre todo ahora que tenemos a ProInversión bastante debilitada.
Le dije a Jorge Merino, con quien he trabajado muchos años: resulta que ProInversión te ha tocado en el momento bastante debilitada se ha ido mucha gente y en los últimos años no se han concretado muchos proyectos importantes.

¿No hay una cartera atractiva para el inversionista?
Sí… Felizmente hubo otras inversiones pero si queremos asociaciones público-privadas, son complicadas de financiar.

¿Las público-privadas no son atractivas?
Sí son atractivas pero hay que trabajarlas bien, se prestan a suspicacias ¿Por qué el Estado participa? ¿Por qué se lo da a este? Hay que tomar las decisiones a través de mecanismos transparentes.

En el tema minero ¿cómo ve lo ocurrido en Conga, Tía María y Cañariaco?
Mirando a largo plazo, tengo la percepción que a veces no sacamos las conclusiones de los propios enfrentamientos y reveses que tenemos. Recuerdo Cerro Quilish, los actores -con algunas excepciones- son los mismos y ninguna de las partes aprendió la lección porque unos cuantos años después otra vez peleamos por similar razón.
En aquel caso se dijo que había una preocupación de carácter ambiental porque el agua que utiliza Cajamarca pasaba a través del cerro que además tenía características especiales: era sagrado.
Eso hizo que la minera, Yanacocha, tuviera la decisión de acelerar la construcción de un proyecto grande sin analizar todos los componentes; y la población se levantó.
¿Quiénes encabezaron la protesta? Muchos de los que ahora enfrentan Conga –no voy a dar nombres porque no viene al caso- ni el gobierno, ni las personas que tomaron la vocería de quienes se oponían al proyecto hicieron cambios. Supongo que los últimos buscaban fortalecer los mecanismos de evaluación ambiental y evitar que se produzcan daños que afecten a la población. Bueno, eso no ha sucedido.
A ningún ministerio le dieron más plata para que tenga más gente y hagan mejores evaluaciones de los proyectos.
Usted conoce mejor que nadie el ministerio de Energía y Minas y verá la cantidad de gente dedicada a ello, es pequeñísima en comparación con la tarea.
No es mi experiencia de que se trate de funcionarios corruptos, indolentes o que no deseen la inversión privada sino que simplemente no pueden, en un esquema, recibir ocho o nueve solicitudes de EIA para los cuales no están preparados ni técnica ni numéricamente ni tienen los recursos para pedir opinión de terceros.

¿Cómo ve la creación del Senace?
Ojalá lo manejen bien. Hablé de esto con el ministro (Pulgar-Vidal) y le comenté que necesita recursos además del mensaje vía marco legal o mensaje político. A pesar de que solo manejarán proyectos grandes, requiere 50 profesionales de primer nivel, bien pagados y con cierta garantía de que no los botará el próximo ministro.
Llevar a la gente que hoy evalúa en pesquería, energía a otro ministerio ¿hará la diferencia? No.
Además, le comenté que necesita plata para tercerizar. Que manden a las universidades los expedientes, que den una segunda opinión, mejor todavía si es la universidad local. Deberíamos hacerlo porque además da más confianza que varios hayan mirado el proyecto.
Qué más, diálogo, pero no cómo se entiende ahora. No una mesa cuando ya saltó la chispa y está a punto de estallar.
Diálogo para mí es divulgar en forma anticipada lo que pasará con el proyecto y que la población no tenga sobresaltos y no los engañen. Minimizar aquel mensaje “te van a dejar sin agua y se van a morir los animales”. Ese tipo de cosas debería ser parte de la avanzada de los trabajos pero por lo general las empresas no lo hacen.
Algunos proyectos grandes trabajan en un entorno que creen que es su área de responsabilidad, pero la oposición viene de afuera y al final en la asamblea aparecen unos políticos de unos 50 o 100 kilómetros de distancia para ver qué hay para ellos.

¿En este asunto sociopolítico qué rol cumple la ley de la consulta previa?
No sabemos, es una gran incógnita y ojalá nos vaya bien porque sino podría ser una traba a la inversión.
Como empresa hicimos dos desayunos con firmas petroleras y les contactamos con autoridades que gentilmente nos aceptaron. La última vez se le dijo a un grupo que tal vez en mayo de este año funcionaría dicho mecanismo ¿Qué va a pasar? No sé, supongo que los proyectos que ya tienen evaluación estarán caminando y no necesitarán, otros esperarán; pero es mejor establecer cuanto antes cómo funcionará.

¿Considera que los cambios en tributación fueron justos?
El gobierno manejó bien el tema tributario. Mi sugerencia al primer ministro, al ingeniero Lerner, fue: ustedes que son gobierno nuevo podrían pedir facultades delegadas y que por un período de 90 días les den la posibilidad de hacerlo. Me escuchó, lo tomó en cuenta y al final decidieron otro camino y les fue bien.
Hay gente que sigue llevando la contabilidad y dice que rendirá menos de lo anunciado y me parece que no es un pecado grave porque el problema minero al final no es falta de recursos del Estado para hacer más obras sino falta de capacidad para gastar lo que hay.
Hay quienes piden una reforma mucho más profunda, pero lograr el consenso en el Congreso no es fácil, sacar normas tributarias es casi como pellizcar un vidrio.
Estoy convencido que hay que aumentar progresivamente la presión tributaria.

¿Qué hacer frente a la menor producción del cobre y el oro, que son los principales commodities del país?
Varias cosas. El ciclo de exploración no puede parar. El éxito del país está en desarrollar nuevas áreas para explotar.
Pero la exploración es una tarea de largo aliento que lo hacen pequeñas unidades -las Juniors- cuyo rol es muy importante porque ninguna empresa grande hace estos trabajos sacrificados en zonas donde no se ha trabajado antes.
Deberían mantenerse en número y no requiere mucho porque saben a lo que vienen. ¿Qué sería un gran estímulo para ellos? Los permisos ágiles. Hoy una Declaración de Impacto Ambiental demora 18 meses… Recuerdo que era tres meses.
Lo otro es que se requiere coordinaciones intersectoriales que no habían y que aún no están reglamentadas.
Le pongo como ejemplo, el otro día con un cliente nos tocó ir desde Energía, hacia Agricultura, tras un expediente. Preguntamos ¿por qué lo reciben? Dijeron no haberlo pedido sino que se los habían mandado. Al preguntar que harían con el expediente dijeron estar tan atareados que no lo iban a ver. Preguntamos ¿Cuándo? Dentro de tres a cuatro meses, respondieron… Al final lo miraron y nos llamaron para decir “Es un trámite que no tiene por qué venir a Agricultura” y lo devolvieron.
El ministerio a donde regresó, que es Energía dijo que era bueno coordinar ahora con otros sectores después de Conga, por eso le llamamos “El efecto Conga” y es cuando se toman más precauciones de las que manda la ley, solo por si acaso.
Eso ocurre y en el tema petrolero es más serio, por eso hay tantas empresas que entraron en cláusula de fuerza mayor.

¿Se ha reducido también el número de empresas petroleras?
Así es y algunas importantes como Conoco. En una reunión con el ministro, propiciada por la SNMPE para ver qué problemas tenía, el representante de Conoco dijo que por favor lo ayudaran a salir, ya había terminado los papeleos pero no le daban el permiso para irse. Lo dijo en broma pero refleja preocupaciones.
Habría que revisar qué causan las demoras porque no creo que sea mala voluntad de la directora de Ambientales. El problema es que hemos puesto normas sobre normas y ahora ese tallarín no lo desenreda nadie.

¿Se requiere un reordenamiento en Energía y Minas tal como se hizo con el apoyo del Banco Mundial?
Claro, eso fue un lindo trabajo. El responsable de esto es el actual viceministro de Transporte, el ingeniero Chang.
Energía y Minas, fue uno de los más ágiles en su reforma porque se dieron cuenta que había que modernizarlo y se hizo en la parte catastral, minera y estadística.
Los problemas ahora son de otra índole. En mi experiencia no es fácil trabajar con las regiones, las DREMs (Dirección Regional de Energía y Minas) terminan dependiendo del presidente regional.
Quisimos darles apoyo sistemático pero no fue fácil. Hicimos un convenio, les dimos una camioneta, un celular, un satelital, una computadora y luego encontramos que todo pasó a manos del presidente regional. Esa relación hay que fortalecerla.

¿Un rediseño institucional?
Empezaría por crear espacios de planificación en el sector. A lo mejor lo que tenemos es simplemente un exceso de unas áreas y un defecto en otras.
Ese ministerio sigue teniendo a menos de 800 personas y la responsabilidad que tiene es muy grande. En ciertas áreas no se trata de traer gente, si se puede tercerizar enhorabuena, pero démosle plata, que haga concursos, que traiga a ONGs, instituciones de investigación y universidades, pero que les pague.

Respecto a la ley de Consulta Previa cómo ve su aplicación en el sector petrolero. ¿Es posible “El efecto Conga”. Es decir, lo que ocurra en el lote 1AB podría rebotar para el resto de proyectos?
Espero que no pero la verdad es que podría suceder si comienzan a salir mal las consultas. Ello puede ocurrir por dos motivos: porque no cumple con su propósito y al final no se logra una decisión ni en un sentido ni en el otro; o si se comienza a observar que en la mayoría de los casos la población se opone.
Si la población se opone, aún cuando digan que no es vinculante, échese usted a sacar un proyecto con 88% de votación en contra. Creo que será imposible, tengo la impresión de que no evaluamos bien esa ley aprobada por más de 96 votos… Quiere decir que nadie le vio observaciones.
Lo que hicieron fue un acto de fe, decir “es bueno que la gente sea consultada” pero no pensaron que Perú aún no tiene los cimientos para montar esa consulta.
No digo que no se haga, pero por ejemplo se ha establecido que el ministerio de Cultura establezca los parámetros, reglamentos y normas pero cada sector será responsable de sus consultas ¿Qué significa? Que los parámetros y exigencias tendrían que ser iguales y nunca lo han sido ¿cómo entrenar al personal que irá?
Pienso, son 31 comunidades diferentes en un solo lote, todos con traductor y la ley dice que son 120 días, pero me temo que podría ser mucho más, por la diversa connotación del tiempo en aquellas culturas.
Acá van, se suben al avión y tienen que ir en 48 horas con el acuerdo bajo el brazo. Pero ciertas comunidades pueden estar semanas discutiendo. Quieren entender y están en su derecho.
Tengo la impresión de que antes de lanzarlo, pese al anuncio de que en marzo habrá una consulta, sería bueno que se sopese los pro y los contra, que hagan ensayos.

El país ha perdido competitividad ante el Instituto Fraser ¿Qué hacer?
Bueno, rebalancearlo. Nadie cuestiona nuestra capacidad de tener una dotación de recursos importantes, siguen reconociendo al país como de potencial enorme. En diciembre asistí a una convención de Baker & McKenzie, en Estados Unidos y me pidieron que de una charla sobre la minería en Perú, vi que también invitaron a un colombiano, mexicano y chileno. Encontré un furor enorme por el Perú en minería, a pesar de los Conga y Tía María. Todo se sabía, sin embargo no había duda del potencial del país en cobre y oro. El tema es cómo hacer buenos proyectos y cómo relacionarse con la comunidad.
En Perú ya no hay la traba para conseguir financiamiento.

Perú sigue siendo muy atractivo por su potencial minero.
Sí, pero podría dejar de serlo si tenemos un nivel de conflictividad, de eso tendríamos que cuidarnos. Ver cómo manejar situaciones como Conga y Tía María que no pudo sacar adelante su última audiencia.

¿El tema social es el talón de Aquiles para el sector minero?
Digamos que sí. Es el tema para el cual estamos peor preparados. Los ingenieros han dado muestras de lo que pueden hacer, los geólogos y los financistas.
Hoy el tema es de los especialistas en temas sociales, ambientales y políticos, por ahí vienen las balas.

¿Algo que quiera agregar?
Desearle éxito en los próximos 10 años a ProActivo… Si han tenido 10 tendrán 10 más.